Capitulo 1. Un nuevo dia

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Verano

Era tan solo un día más, ¿era un día de cien o incluso un día de miles? Ya no me importaba, el tiempo en este lugar era eterno.

Dormí en la guarida del este, estaba rodeado por un par de muebles, un viejo sofá, un par de ventanas y la puerta principal. Cuando observaba el exterior parecía que estaba en medio de un bosque, la mayoría de los edificios lucían como arboles gigantescos, y las calles estaban pavimentadas de musgo y césped, junto con un cielo oscuro y tranquilo. La madre naturaleza empezaba a recuperar lo que por derecho era suyo.

Hoy es día de caza, necesitaba madrugar y salir lo más rápido posible, muchos salían y pocos regresaban mínimo con una ardilla y como máximo un conejo. No era normal ver animales de bosque en la ciudad, pero la madre naturaleza actúa de formas que están fuera de nuestra comprensión.

Mientras observaba el exterior me equipaba mi "armadura" de caza, consistía únicamente en las coderas y rodilleras del resto de mi equipo, y de armas solamente un arco, flechas y mis cuchillas.

Parecían las 5 o casi 6 de la mañana, el sol aun no aparecía para deslumbrar la ciudad, esas horas eran más que perfectas para salir, me daban el tiempo de ir a preparar las trampas y recorrer los alrededores buscando rastros de los animales. ¿Era un buen cazador?, bueno no sabría cómo contestar eso. A pesar de que tan solo lograba cazar entre 1 o 2 ardillas e incluso un conejo, estaba entre los mejores. Si yo pensaba que eso era casi nada, no me imaginaba los que tenían menos suerte que yo.

El día no fue tan malo como esperaba, cuando vi que el sol se encontraba en su punto más alto, supe que era el momento de retirarme, al final tenía conmigo un conejo y una ardilla. Cuando me retiraba, vi a varios con tan solo una ardilla y a otros llorando en el suelo por no tener ni eso. Ni yo misma sabia como le hacía en realidad, solo tenía en mente la idea de sobrevivir como todos. El mundo exterior me hacía pasar días y noches de hambre, llegaba a pensar que moriría de esa forma hace tiempo, no me hubiera importado morir así, ya no tenía fuerzas para seguir, pero... seguía y seguía arrastrando los pies.

El sol seguía brillando con intensidad, había llegado a la zona Central de la ciudad. Aquí es donde se encontraba más del 60% de la población, y donde también se encontraban la mayoría de las "atracciones". El mercado donde intercambiaba los recursos que tenía por comida o viceversa, el coliseo, donde hombres y mujeres luchaban para conseguir recursos. Y los almacenes donde los principales traficantes de la ciudad estaban.

Al llegar al mercado y vendí lo que cacé, no fue mucho lo que entregaron a cambio, pero era lo que necesitaba; un paquete con 30 balas. Me quedaba muy poca munición y en esta ciudad los muertos no son solo la única preocupación que tenía. Al salir del mercado fui a los almacenes, había un traficante que me conseguía la mayoría de mis provisiones y suministros a cambio transportar su mercancía a otras partes de la zona de cuarentena. Su nombre era Luis.

- Jake, mi amigo, ¿Qué tal que te trae por aquí? - Si mal no me falla la memoria, creo que venía de Detroit. Según los rumores se decía que antes de todo esto traficaba drogas y armas. Era el mayor distribuidor de las pandillas de Detroit.

- Tú sabes muy bien a que he venido Luis hoy. - Era día de pago.

- Wow, oye tranquilo más despacio hombre, ¿ya ni saludas a hermano Luis?, y a propósito ¿No has visto a Sarah?, ya lleva tiempo que no se nada de ella y no vino por su pago desde hace días. - Ella era mi compañera en este "trabajo", según lo que había escuchado, tenía otra actividad además de transportar.

- ¿Qué te hace pensar que se dónde está?, no soy su maldita niñera y para ser sinceros Luis, me importa un bledo lo que haga.

- Ouch, oye tranquilo man ¿Problemas en el paraíso? - Como le gusta estarme jodiendo con eso.

Lo ultimo que quedo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora