Desperté, vi el reloj y marcaban las 6:35am, aun llegaba a mi mente lo sucedido anoche, imagino que pase la noche pensando hasta el punto de dormirme. Agarre mi celular y le escribí a Stella.
-Alex termino conmigo sin haber empezado. Me dijiste que me arriesgara y que si nada funcionaba, tendría tu hombro para llorar. ¿Aun estas disponible?.
Me llamó y quedamos en vernos más tarde.
Stella es una de mis mejores amigas desde bachillerato, ella conoce lo difícil que se me hace enamorarme, tenía miedo que de que nunca lo hiciera y confiaba en el buen corazón de Alex, creía que era bueno para mí y cuando le conté sobre mis sentimientos se maravilló y me aconsejó arriesgarme a vivir lo que sentía por mi mejor amigo. Nos vimos en el centro comercial, ella me abraza y me dice.
-Cuéntame lo que paso.
-Nada. Solo que no está seguro de lo que siente por mí. -Dije con tranquilidad.
-Pero, si es tonto. Él me había dicho que te amaba. -Contestó.
-La verdad no dudo que lo haga, pero recuerda que para el yo no soy una chica común, soy su mejor amiga. Yo te dije antes de que iniciara todo esto que el en verdad no me amaba como mujer, solo creía que estaba enamorado de su mejor amiga y por eso no se atrevía a hablar porque no quería perderme. -Le recordé.
-Sí, seguro se sentía tan bien contigo que pensó que estaba enamorado. -Dijo.
-Pero, cuéntame, como te sientes tú?. -Continuó.
-¿La verdad? No sé, yo te dije en un principio que no era buena idea que yo le confesara lo que sentía porque sabía que no era el chico que Dios tenía para mí. -Contesté.
-¿Pero no te duele?. -Me preguntó.
¿Qué pregunta era esa? Sonreí sarcásticamente y dije.
-No, como crees que me va a doler que me diga que está confundido y que eso sea todo lo que tenga para decir, justo cuando yo había acepado mis sentimientos por él y me estaba arriesgando tanto.
Ella sonrió apenada. Vimos una película de terror, bueno solo la mitad porque ya era tarde y teníamos que volver a casa. Salimos de la sala del cine y fuimos a coger un bus, con dificultad porque ya eran pasadas las seis de la tarde. Por fin llego uno y nos fuimos. Al llegar al centro de Nagua, ella llamo a su pareja para que nos fuera a buscar.
Al cabo de unos minutos llego Félix, su esposo, un hombre 13 años mayor que ella, pero que había logrado atrapar su corazón libre dejándola cautivada por algo más fuerte que llaman amor, minutos más tarde, nos montamos y nos fuimos. Dentro de mi sentía un gran remolino, algo me decía que no me gustaría lo que iba a ver, sabía que por la calle me encontraría a Alex en casa de Carmen la ex novia de Fer, su amigo, por alguna razón ellos terminaron y Alex continuaba yendo a la casa de ella, me había contado que Carmen estaba interesada en él, pero que no sentía nada por ella, que eran amigos.
No me gustaba verlo allá, sentía celos por ella porque era una mujer más fácil de amar sin limitaciones y él podría fijarse en ella porque para que un hombre se enamore solo tiene que estar presente en la vida de la chica y hacer lo que ella pida y él estaba, al menos eso pensaba yo.
Sabía que lo vería ahí y no me equivoque, solo que jamás pensé que vería algo que me lastimaría profundamente. Era el, con su suerte negro y cabello despeinado, sentado en la cera de la casa de Carmen, bajo poca luz con un brazo alrededor de ella. Eso me dejo fuera de base, baje la mirada, puse mis manos sobre mi rostro, me incliné hacia adelante y se me salió.
-¡ausch, eso duele!.
Stella no lo había visto, así que intrigada me pregunto.
-¿Qué?
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Menos que perder
Short StoryMenos que perder es una corta historia donde Anabella una chica cristiana, luego de ser lastimada por algunas personas conoce a Alex un chico que alivio el dolor, pero que luego se encargó de cavar su propio espacio en el corazón de esta joven ocasi...