_LA PROPUESTA__

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Suena el teléfono.
Eran las 5 de la mañana según vi, había llegado un mensaje de Alex. Pidiéndome perdón, pidiéndome que no me alejara de él, que al parecer se había quedado sin novia y sin amiga, que no dejara de ser su amiga porque él había renunciado a mi amor para conservar mi amistad que no le parecía justo perderme.

-No puedes pedirme que me quede a tu lado, disimulando ser tu amiga porque me duele, porque me siento lastimada, engañada, esto no es fácil para mí, todo está en tu contra quiero creer que lo que me dices es cierto, pero me la pusiste difícil. --Respondí.

-No quiero que te alejes de mí, no quiero perderte. Sé que soy un cobarde, que te mentí, no fui sincero. Está bien, si quieres alejarte de mí lo aceptare, es tu decisión. -Escribe.

¿Mi decisión? ¿Con eso lo resuelve todo? No sé porque se me hace tan difícil alejarme. No sé porque tengo que creer conocerlo. ¿Cómo separar a una mujer enamorada que se siente traicionada de una mejor amiga que piensa que conoce al personaje, como separarlas cuando son la misma persona?.

Tengo que recordarme una y otra vez que soy su mejor amiga y que no es justo que me aparte, que todo ha pasado porque así lo quiso Dios, porque no es su voluntad que yo sea novia del que era mi mejor amigo. De modo que teclee algunas palabras en el celular.

-Tranquilo, no me alejaré de ti, eres mi amigo y te aprecio. Además tampoco toleraría estar lejos de ti.

Respondí eso para hacerlo sentir mejor, lo apreciaba demasiado como para quitarle a su mejor amiga, no podía hacerle eso porque sé que lo lastimaría yo sabía que lo lastimaría, aunque también me parece solo una excusa porque no sé cómo podría alejarme de él, no sería fácil.
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Ya es domingo en la tarde y no sé nada de él, tuve que decirle a Antonio que no tendría nada con Alex. Ya me había encargado de decirles a algunos de mis amigos en la iglesia que tendría un novio que no es cristiano y que yo escogía estar con él porque quería vivir lo que sentía aunque después Dios me agarra de la oreja y me apartara, y así ocurrió más temprano que tarde.

Estoy en mi habitación, pensándolo quizás. Lo extraño tanto que me parece escuchar una motocicleta pararse en frente de la casa y escuchar cómo suena la corneta. Me levanté rápidamente, pero recordé todo lo que había pasado y me di cuenta que Alex no tendría motivos para venir a verme. Así que continúe en el cuarto.

Minutos después escucho que tocan la puerta del cuarto y alguien dice.

-Ana, ¿qué raro que no le salió a Alex?

Qué? Si era Alex el que estaba allí, si vino a verme a pesar de todo, no era producto de mi imaginación y de extrañarlo tanto. Salgo y contesté a mi papá.

-¿Alex estaba ahí? No me había dado cuenta, ¿Por qué no me dijeron?

Tome el teléfono y le escribí que no me había dado cuenta que estaba fuera que me disculpara y al cabo de un rato ya estaba en casa otra vez. No me gusto lo que vi, andaba bien vestido, como recién bañado y fresco quizás, pero su mirada era distante, vacía, como si tuviera un rio de lágrimas que querían salir pero que no permitía que salieran. Y dice.

-Andaba buscando a Franklin para hablar, pero no lo consigo, es el único con el que me atrevo a hablar de ti.

-Puedes hablar conmigo de mí, al fin y acabo soy tu mejor amiga. -Respondí sonriendo. El me mira y disimula una sonrisita.

-No, no puedo hablar de ti, contigo. -Dice en voz baja.

¿Qué es lo que quiere hablar de mí con Fran? Franklin es un amigo que tenemos en común, cuando conocí a Alex andaba con él, crecieron juntos y fue nuestro amigo intermediario, yo lo conocía desde hace varios años, cuando era novia de Andrés, para entonces tenía 15 años, orita tengo 21.

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