Capítulo 4: Clubes (Parte 1)

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Ya era mi segunda semana en el Instituto Royal, el día anterior la directora Manuela había anunciado que habría una jornada de clubes para que todos los cursos participen. Debíamos asistir con nuestro uniforme de educación física -que ya estaba limpio luego del desastre del primer día-

Los estudiantes vagaban por los pasillos haciendo resonar el eco de sus conversaciones, busqué con la mirada algún rostro familiar sin éxito. ¿Dónde estaban mis amigos? ¿Es que ya se habían mudado de nuevo? Tal vez se habían ido a Maldivas con mis padres, no sería la primera vez.

Todos los salones de los clubes estaban decorados de acuerdo a su temática, había gente repartiendo panfletos y folletos por todos lados, incluso había alguien regalando pegatinas para el coche con el logo del club de equitación. Tomé una para mi bicicleta, nadie me iba a preguntar porqué no andaba con un caballo en su lugar.

Lana: -¡Rayita! Por fin te encuentro. ¿Ya te has apuntado a algún club?

Rayita: -No, todavía no. Pero me han ofrecido cosas muy interesantes a cambio de una membresía.

Lana: -Sí, la gente se toma muy en serio lo de pertenecer a un sitio... Sin embargo, yo te llevaré al mejor de todos.

Rayita: -¿Qué? ¡Espera!

Muy tarde para contradecirla, Lana me arrastra con ella a un salón en la planta baja. Hay guirnaldas triangulares colgadas y cientos de rollos de telas en toda la habitación, máquinas de coser, agujas, almohadillas de diferentes estampados, algunos vestidos y perchas... No sabía que Lana estaba en el club de jardinería.

Lana: -Este es el club de corte y confección. Aquí hacemos las mejores prendas de vestir, ositos de peluche y hasta nos encargamos de los disfraces del club de teatro.

Rayita: -¿Estos los han hecho ustedes?- Digo apuntando a una foto de un montón de estudiantes.

Lana: -No, esos son los estudiantes que fallecieron el año pasado a causa del accidente con las agujas de tejer...

Mi expresión es tomada por la sorpresa y la aberración.

Lana: -Solo estoy bromeando. Sí, esos son los disfraces del año pasado, hicimos "Orgullo y Prejuicio y Zombies". Tuvo excelentes críticas.

Rayita: -No me había fijado que todos los de este lado eran zombies. Ahora entiendo porqué les faltan partes del cuerpo.

Lana: -¿Por qué no pruebas hacer un patrón en esta tela? Es bastante sencillo...

A nuestro alrededor hay varios estudiantes recorriendo el salón y otros tantos probando las máquinas y las agujas de crochet, alguien hizo un Pikachu muy mono y otra chica hizo el retrato de la Mona Lisa en un telar. Estaba muy distraída por todos los colores y sonidos como para escuchar las explicaciones de Lana.

Lana: -¿Por qué no lo intentas ahora tú?

Rayita: -Eh... sí claro. -No podía ser tan difícil ¿O sí?

Intento situar mis manos sobre la tela, mi pie en el pedal de la máquina y mi vista en la aguja. Al principio todo marcha bien, Lana celebra aplaudiendo y animándome a seguir. Acelero la velocidad, mis manos van cada vez más rápido hasta que no puedo detenerme y entonces... Grito.

Lana: -¡Rayita!- Desconecta la máquina.

Mi dedo está ensangrentado y ni siquiera el hilo rojo puede cubrirlo. Comienzo a alborotarme y agitar la mano en el aire en señal de dolor. Todos los aspirantes se enfocan en mi descontrol y se apresuran a huir despavoridos por mis gritos. Lana intenta calmarme tapándome la boca, pero para ese punto ya estaba llorando desconsoladamente. Más gente empieza a abandonar el lugar sin darme tiempo de explicarme.

Mis Amigos Youtubers (Vol. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora