Capítulo 2

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Faltaban 5 minutos para que dieran las 3:00 a.m y todos se encontraban durmiendo o por lo menos fue lo que Mingyu creyó mientras se deslizaba silenciosamente por el pasillo hasta la habitación de Wonwoo, abrió la puerta lentamente asomandose apenas, solo para comprobar lo que ya sabía.

Wonnie, ¿estas despierto? —preguntó Mingyu en un susurro mientras terminaba de adentrarse en la habitación.

—Ya sabes que sí —le respondió Wonwoo de igual forma mientras se acomodaba en la cama.

—Veo que me estabas esperando —dijo en tono juguetón mientras observaba de pies a cabeza Wonwoo, que solo tenía puesto una camisa aguada y unos pequeños boxers, haciendolo lucir provocativo a los ojos del más alto.

—Igual que siempre —dijo Wonwoo mientras abría un poco más las piernas invitando al menor a acercarse, invitación que el otro aceptó con gusto pues para cuando se dió cuenta ya se encontraba incado sobre sus piernas.

—Eres tan hermoso —le susurró Mingyu mientras se acercaba a sus labios hasta unirlos en un tierno beso que se fue volviendo más apasionado conforme pasaba el tiempo. El menor tomó ventaja de la distracción de la distracción de Wonwoo para recostarlo por completo en la cama y situarse arriba de él mientras acariciaba y besaba sus muslos aprovechando para quitarle los ajustados boxers negros, que por cierto eran los que mejor le quedaban al mayor, según pensaba él y así seguir con su camino de besos que rodeaban su masculinidad dejando pequeñas marcas rojizas que subían hasta la cadera y se perdían en el borde de la camiseta, que no tardó mucho en desaparecer en algún punto de la habitación.

La imagen del azabache en aquel momento, desnudo, sonrojado y excitado fue suficiente para que Mingyu se perdiera unos escasos segundos, pero los suficientes para que el no tan sumiso Wonwoo decidiera tomar el control de la situación quedando ahora sentado sobre el miembro del moreno, que aún sobre la tela del pantalón pudo sentir endurecerse y chocar contra su trasero haciendolos gemir a ambos. Aquello fue tan placentero que Wonwoo siguió restregandose en aquella zona mientras le quitaba lentamente el pantaló del contrario, el cual era lo único que evitaba el total roce de sus cuerpos.

—No tan rápido —le susurró Mingyu al oido mientras tomaba sus manos evitando que terminara de quitar aquella prenda-. Aún no terminamos de jugar.

Apenas terminó de decir aquello, Mingyu volvió a cambiar de posiciones dejando a Wonwoo nuevamente acostado para así poder recorrer su torso con la lengua creando un rastro de saliba que llegaba hasta sus pezones.

—¿Qué pasa si muerdo aquí? —preguntó con tono burlesco mientras lamia el botoncito derecho para luego morderlo, logrando sacar leves gemidos del mayor. Se entretuvo lamiendo y mordiendo aquel pedacito de carne hasta por fin dejarlo rojo y endurecido y así pasar al del lado izquiero. Una vez que hubo terminado su tarea en aquella zona bajó en un camino de besos hasta llegar a la cadera, ya bastante marcadapor manchitas rojas y purpúreas e incluso pudo jurar que vió sus dedos sellados en la pálida piel del mayor. Divertido por aquella idea, Mingyu pensó en jugar un poco más, así que empezó a lamer las ingles del pelinegro bajando hasta su entrada mientras le abría las piernas para tener mejor acceso.

—Sigues siendo tan estrecho —dijo con voz ronca para después pasar su lengua por ese lugar tan especial. Se mantuvo lamiendolo hasta que se aburrió y sin darle tiempo al más bajo de reaccionar, introdujo su lengua a aquella cavidad moviéndola en círculos. Esto hizo que Wonwoo se retorciera de placer y curveara la espalda buscando más de aquel contacto delirante.

—Y-ya por favor ¡Ah! —El azabache ya se sentía al límite, por lo que ya no le importaba suplicar pues sabía que eso era lo que el moreno quería desde el principio.

—Dime, ¿qué es lo que quieres? —Se burlaba, sí, pero estaba igual de ansioso, aunque eso no impedía que jugara con su mayor.

—Por f-favor, mmm ¡Ya follame de una maldita vez! —dijo el pelinegro con un notorio sonrojo a lo cual el más alto se rió.

—Así me gusta, Wonnie. —Y sin más Mingyu, en un rápido movimiento, se quitó los pantalones y volvió a su posición anterior.

—Estas listo —dijo el menor con una sonrisa lasciva mientras posicionaba su miembro en la entrada del azabache.

—¡Metelo ya! —dijo, más bien, suplicó el mayor.

Esto fue lo últumo que se necesito para que el más alto se introduciera en Wonwoo de una sola estocada haciendolo gemor de dolor y de placer mientras soltaba unas lágrimas traicioneras que fueron retiradas por los labios del menor quien se encargó de distraerlo repartiendo besos en su cara y pecho.

—Avísame cuando pueda moverme —le susurro dulcemente al oído mientras acariciaba su miembro para aliviarlo un poco.

No pasaron más de unos minutos cuando Wonwoo movió sus caderas buscando mayor contacto. El menor entendió esto como una señal de que ya podía comenzar.

En un principio las embestidas eran lentas pero fuertes, aunque no tardaron mucho en volverse más rápidas y profundas. En ese punto ya no les importaba los gemidos sonoros ni el ruido de la cama chocando con la pared, ahora se estaban volviendo uno solo.

Después de varias estocadas más, el mayor llegó al climax haciendo que contrayera sus paredes apretando aun más el miembro de Mingyu haciendolo correrse en su interior.

Una vez que hubieron terminado, el moreno salió lentamente del pelinegro, quien soltó un último gemido apagado, para poder recostarse a su lado.

Pese a que estuviesen cansados, no consiliaron el sueño inmediatamente pues eran pocas las ocasiones en las que podían estar juntos sin aparentar, aunque aquella tranquilidad no duró mucho.

—¿Qué tienes? —cuestionó el menor al ver la seria cara de su amante.

—Nada —dijo secamente.

—Wonwoo, te conozco mejor que nadie, se que tienes algo.

—Es solo que, ¿seguiremos así por siempre?

—¿A qué te refieres? —pregutó Mingyu algo confundido.

—¡A esto! Tu y yo, ¿hasta cuándo lo ocultaremos?

—Ah... —soltó el moreno sin nada que decir.

—Mejor olvídalo —dijo con desepción en su voz.

—¡No! Es solo que no quiero que se compliquen las cosas. Sabes que no va a ser fácil y no quiero que te sientas mal o te arrepientas.

—Escúchame bien Kim Mingyu porque no lo repitiré —le dijo el mayor con más seguridad mientras se sentaba en la cama para poder mirarlo a los ojos-. Si para poder estar contigo tengo que cambiar todo lo que soy, renunciar a todo lo que tengo o incluso abandonar mis sueños, así lo haré, pues a tu lado me siento completo sin necesidad de más que tus besos —finalizó con completa seguridad en su voz y determinación en su mirada acompañado de un leve sonrojo apenas visible.

Apenas terminó de hablar, Mingyu se acercó rápidamente hacia sus labios y los unió en un tierno beso lleno de sentimientos.

—No te preocupes, todo saldrá bien —dijo el menor con voz suave y finalizo con una sonrisa cálida para luego recostarse y tomar al azabache entre sus brazos y quedarse dormidos.

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He hecho mi comeback... Ok no.
Gracias por esperar tanto y por el apoyo. Espero que les haya gustado el lemon, soy nueva en eso

Secrets [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora