Más problemas y... Alguien me salvó la vida

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-rayos!-
-qué ocurre mamá?-
-El auto está averiado-
-mierda!- dije. El auto sacaba humo y después de segundos se detuvo.
-mantente aquí, iré a revisar qué ocurre-.
-de acuerdo- dije con cierto tono de irritabilidad.
Mamá bajo de la camioneta, levantó el capo y empezó a mover todo tipo de cosas, yo preferí concentrarme en buscar cosas útiles en la camioneta, dejé a Bold a un lado y comenzé a husmear, en la cajuela sólo había una caja con un martillo y clavos, había un costal de comida para perros, un galón de combustible y unas bolsas del supermercado con comida, <<genial>>  tenía mucha hambre y había frituras y jugos abrí unos y los demás los puse en la mochila y me puse a comer. Después mamá llegó,llena de aceite, y también le ofrecí unas frituras y un jugo, se las zampó desesperadamente, tenía hambre. Después Bolt empezó a chillar y di por sentado que tenía hambre así que abrí el costal que había en la cajuela y dejé que comiera lo que quisiera.
-El auto no tenía arreglo, estamos varadas - dijo mi madre
-y ahora qué haremos?-
-pues ya es noche, nos quedaremos aquí, es más seguro que afuera-
-bien, pero necesito sacar a Bold a hacer sus necesidades-
-ve, pero lleva un bate y no te alejes-
Amarré a Bold con una cuerda al cuello, intentando improvisar una correa y salí, caminé hacia el bosque del lateral de la carretera, me adentré más o menos un Metro, Bold detectó algo y empezó a olisquear, hábilmente se soltó y salió corriendo.
-mierda!bold! Ven acá ahora!-
Y me puse a correr detrás de él, corrí como por un kilómetro hasta que Bold se detuvo de golpe y yo también. Me quedé alerta. El cachorro se acercó a mí sigilosamente y se quedó a mi lado. Se escuchó una rama crujir y pasos entre la maleza. Me armé de todo el valor del mundo, ya que mi perro estaba muy acojonado.
-quién está ahí?- pregunté entre dientes. Si era un zombi podría con el,pero si fueran dos o más, no lo creo. Tal vez sea un ciervo, espero.
Los pasos se fueron acercando a mi sigilosamente, pero no hubo respuesta alguna, la tenue luz de la luna hizo ver una silueta, llevaba jeans y una sudadera negra con el gorro puesto, así que no pude ver su rostro, me sacaba cono una cabeza y media de altura, vamos si fuera un zombie ya me habría atacado, entonces... Era alguien? Sin duda era un chico. Entrecerré los ojos en un intento de ver mejor en la obscuridad y me acerqué lentamente tomando el bate, digo por si me quería hacer daño.
-no voy a hacerte daño- dijo una voz grave. Qué extraño, parecía que sabia mis intenciones, lenguaje corporal, solo es eso, espero.
Nos quedamos a un paso de distancia, aún así no podía ver bien su rostro.
-y tú quién eres?- dije ya un poco más relajada.
Se limitó a hacer una media sonrisa, casi perversa, no entendía nada. Después sólo hubo silencio hasta que escuche muy a lo lejos a mi madre gritar mi nombre.
-coraaaaaaline, en donde estás?- Mierda, ahora el chico misterioso sabrá mí nombre.
-Coraline- articulo lentamente.
-Creo que debo irme, amm espero verte después, adiós- qué rayos acabo de decir!? Esas tonterías son de cuando jugaba con los vecinos en la primaria, en definitiva no esperaba "verlo después", no quería verlo, pero tenía que ser cortés de alguna manera.
Tomé al cachorro con un brazo y con el otro el bate, y me fui corriendo, voltee un segundo, pero el chico misterioso había desaparecido. Llegué con mi madre sin aliento, no planeaba decirle lo del chico, eso sólo la alarmaría.
-En dónde mierdas estabas?- dijo mi madre ya un poco molesta.
-lo siento el perro se ha escapado y simplemente he ido a buscarle- dije disculpándome.
-me tenías preocupada, nadie sabe lo que puede haber allí afuera- dijo.
-zombis, mamá zombis-
-bien bien los mentados "zombis" pero también pudo haber alguien allí afuera o un animal salvaje- dijo y se me hizo un nudo en el estómago, "alguien" ese "alguien" era lo que me preocupaba, pero también ese "alguien" era mi secreto.
-no para nada no te preocupes, solo Bold y yo-
...
Subimos al carro ya listas para dormir, aunque casi no podía soportar el hecho de estar cubierta de sangre, de cierta manera era un recuerdo de mi hazaña. Mi madre al contrario estaba cubierta de aceite y materia negra, por intentar reparar la camioneta.
-Estás cubierta de aceite- le dije
-Y tú de mierda de zombi- me dijo en tono de broma, nos echamos a reír.
-mañana será otro día- le dije
-sí, trata de dormir, buenas noches, te quiero- me dijo
-yo también te quiero, buenas noches-
...
Calculaba que era más o menos medio día, hacía mucho calor, y mamá estaba fuera de la camioneta esperando que un coche o un milagro ocurriera. Me puse a pensar, probablemente no veré a papá nunca y... Nuestra última conversación fue una pelea, me sentía una mierda de persona. Mamá entró al auto, ambas estábamos sólo con una camiseta debido al calor.
-Ma, probablemente nunca vea a papá y lo último que hicimos fue pelear- le dije.
-vamos no seas pesimista, los veremos-
-no, no es cierto, no los veremos esto es una completa basura, no me voy a engañar, y a ti tampoco, se fueron! Sin nosotras es hora de aceptarlo- dije gritando, estaba derrumbada, llorando.
-no hables así jovencita- dijo mi madre reprimiéndome.
-lo siento, solo me alteran los malditos zombis- dije aún gritando y siendo sarcástica.
-zombis...- dijo mi madre como ida, con voz baja.
-si! Los malitos zombis hijos de puta!- dije con bastante ira.
-no,... Zombis- dijo mamá en voz más baja, y me señaló con el dedo por detrás de mí.
Esto era jodidamente imposible, aunque bueno, estaba ocurriendo, una manada de zombis, no veinte, ni cuarenta, alrededor de 200 más bien. Venían por la carretera a unos 200 metros de la camioneta. <<mierda mierda mierda>>, sin pensarlo tomamos todo y salimos a toda velocidad, era como una conexión entre mamá y yo porque supimos a donde ir, al bosque. Bajé a Bold de la camioneta y aunque no me entendiera le dije:
-mantente cerca y no cometas ninguna estupidez- y pues al parecer me entendió demasiado, porque ladró, y eso hizo que los zombis pusieran su atención en nosotras, y apresuraron el paso, el olor era realmente repulsivo, tenía ganas de vomitar, hacía calor y una manada de zombies se aproximaba, no era una buena combinación. Así que sin pensarlo dos veces me eché a correr hacia el bosque, con mi madre y Bold, los zombis nos alcanzaban venían rápido y no podríamos con ellos, llegué a pensar que era el fin, bueno lo era, saqué el rifle y disparé unas cuantas veces, papá me había enseñado a tirar desde pequeña, todo tipo de armas. Teníamos un campo de tiro en los 2 km de jardín trasero. Al parecer el sonido del rifle disparandose los atraía aún más. Imposible ya estaban a unos pasos de nosotras, seguimos corriendo, mamá me comenzó a pasar su maleta.
-de qué va todo estó?- le grité, no entendía que era lo que ocurría.
-corre, yo los distraigo- me dijo
-no te dejaré aquí sola- grite por encima de los sonidos desagradables de la horda.
-vete, ahora, y nunca olvides que te quiero, has esto por mí y por tu padre-dijo mi madre dejando escapar algunas lágrimas.
-te amo- le dije, estaba al borde de las lágrimas. No me quedaba más remedio, me fui y mamá se quedó sola con su bate, sí que les daba pelea a los zombies, era una mujer fuerte, dentro de mí sabía que ella podía, para mí era invencible. Sonreí, les estaba ganando, daba todo. Pero... Se fueron amontonando más y más y más hasta que ya no la pude ver, ahogué un grito y me puse a llorar, todo se derrumbó, estaba colapsando, me sentí debíl, caí al suelo, todo a mi alrededor se fue nublando hasta que vi todo negro.

ZombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora