Bienvenido

529 68 11
                                    

La cálida suavidad que envolvía mi cuerpo apenas me dejaba pensar con claridad mientras mi mente iba despertando poco a poco.

No podía estar en casa. En casa, no había mantas de este tipo, tan perfectamente sedosas. Las mantas de casa realizaban su función de manera correcta, pero no se sentían así de bien sobre la piel ni mucho menos.

Lentamente, abrí los ojos para encontrarme con una acogedora habitación con un la chimenea que dejaba entrar todo el necesitado calor para este invierno frío. La habitación estaba pintada en tonos amarillentos y anaranjados, haciendo que la sensación de calidez aumentara hasta crear el lugar perfecto para descansar.

Pero obviamente, lo que más sorprendió a mis ojos fue la mirada curiosa y sonrisa infantil de un joven de castaño cabello.
Aquel joven que sería mi buen amigo Park Jimin, un chico con un gran corazón y una sonrisa encantadora.
—Buenos días. —el chico dijo, sus palabras estaban decoradas por un tono dulce que hacía juego con su rostro— me llamo Jimin,¿y tú?.
Antes de poder pensarlo, mis labios se adelantaron a responder.
—Hoseok. —fue mi simple respuesta. Acababa de despertarme y todo me parecía confuso, pero Jimin me inspiraba confianza y sentí que no tenía razones para mentirle a aquel muchacho que parecía de mi edad o incluso menor.
—Hoseok, encantado de conocerte. El amo Yoongi debió ver algo especial en ti. Creo que yo también lo veo. —acarició la punta de mi nariz con su dedo índice.
El amo Yoongi...Aquel caballero noble que me salvó de una muerte segura. Aquel hombre que me salvó pero me condenó a su vez.
—Pareces un buen chico,Hoseok. Espero que seamos buenos amigos —Jimin habló y parecía haber formulado un deseo sincero.
Lo único que pude hacer fue asentir.
No tenía ni idea de qué estaba pasando, pero asumí que Jimin era esclavo de aquel tal Yoongi, al igual que yo.
—El amo me pidió que te cuidara. Él está dando clase a sus alumnos hoy. Te curé las heridas mientras dormías y ni siquiera pestañeaste, por lo que me preocupé bastante. Por suerte, no son profundas y te recuperarás muy pronto. Parece ser que lo que más daño te hizo fue el cansancio...¿Cómo te encuentras ahora? — lo que acababa de soltar Jimin por sus gruesos labios me pareció demasiada información para mi mente recién despierta.
—M...Mejor —reconocí. Ahora que no había cansancio en mis ojos o mi cabeza, me sentía gratamente mejor.

Ojalá mi cuerpo hubiera mejorado tan rápido como lo demás.
Intenté levantarme de la cama, sólo para sufrir un agudo dolor en las piernas y en la espalda.
Jimin observó mi expresión de dolor con preocupación en los rasgados ojos.
—Hoseok, no te muevas. Deberías descansar algo más. —Jimin me ordenó con un firmeza, acomodando la almohada en la que reposaba mi cabeza.

Los ojos negros del joven se clavaron en mí por unos largos segundos.
No comprendía el por qué, hasta que escuché mi propio sollozo ahogado en lágrimas.
La salada y líquida tristeza recorría mis mejillas con fluidez.
Imágenes de la noche anterior arrasaron mi cabeza.
Mi hermana jugando conmigo, mi padre enseñándome a labrar la tierra, mi madre cantando para mí...
La cruda realidad que me atormentaba se hacía presente al fin.
Nunca volvería a ver a mi familia, nunca.
El corazón me dolía tanto que no sabía cómo aún seguía viviendo.

Algo inesperado ocurrió. Algo que cambió la inseguridad de estar frente a un extraño a sentir el confort de compartir espacio con alguien que ha pasado por lo mismo que tú.

Los brazos de Jimin me envolvieron, mientras que sus manos  acariciaban mi cabello con una delicadeza extrema, como si me tratara al igual que una muñeca de porcelana.
—Hoseok...Sé lo que te ha pasado. Yo soy igual que tú. Mi familia murió en la guerra...—acercó sus labios a mi oído— Quiero que sepas algo muy importante, Hoseok. Aún tienes familia. Yo soy tu nueva familia, el amo Yoongi es tu nueva familia. —su voz era tan clara, tan llena de esperanza y alegría.

Mis lágrimas cesaron eventualmente. Las palabras de Jimin llegaron a lo más profundo de mi ser.
Los dos éramos iguales, y si Jimin había encontrado una familia y ahora podía sonreír, eso significaba que yo también podría hacerlo en un futuro, a pesar de que siempre quedaría ese permanente dolor de la despedida de mis seres más queridos.

Jimin se separó de mí con cuidado, y pude reconocer el atisbo de una sonrisa en su rostro.

Bienvenido a casa,Hoseok.

——
Nuevo capiiii!:3 este capi es algo corto,pero es porque es una pequeña intro de Jimin y de la nueva vida de hobi (ni os penséis que va a ser bonita en un principio porque...nop, el pobre va a sufrir, lo aviso.
Espero que os haya gustado y que sigáis leyendo <3

♦ Sweet BoundsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora