Equivalente A La Morfina

Flor

Al voltear vi a Flor a compañada con un amigo me imagino. Cada vez que se hacer cavan al final se se levanto Nathan para saludarla y tanto como a mi como a ella le dio un ligero beso en la mejilla y estrecho la mano un su amigo Scott.

-Que milagro vernos por aquí y mas con Viola. Contesto como si en el pasado nunca hubiera pasado nada.

-Lo digo Flor y que hacen por aquí?

-Ya vez que esto es lo ultimo de moda.

-Ya veo.

-Tengo una gran idea porque no juntamos otra mesa y así conversamos mas.

No sabia que hacer solo la miraba con ojos de largate de aquí el es mi cita.

-No lo cree….

-Andale Nathan así para sacar la platica y hacer mas amigos. No es así Viola?

Su amigo Scott tanto el como a mi nos mirábamos como diciendo y hasta cuando va a terminar esto.

-De acuerdo. Ya que de tanto rogar no le quedaba mas de otra.

Juntaron otra mesa Nathan y Scott enfrente de nosotras ya con sus pedidos. Me rugia el estomago tenia hambre hasta que al final. Solo quería comer y irme ya que no me sentía yo misma.

El la hora de la comida mira a mi lados y vi los cubierto, colapse no sabia que usar para cada platillo que se nos iba presentando.

-¿En fin Viola has ido a la Mansión?

-No eh tenido tiempo tengo muchas cosas que hacer.

Los tres hablaban como buenos amigos pero me sentía excluida de todo no había viajando a todo los lugares que hacían. Nathan no me quitaba la mirada, me juntaba como niños chiquitos a su conversación. Pero solo sonreía como una buena chica.

-Si me permitieras Viola estas totalmente usando los cubiertos equivocados en cada comida que eh hemos cenado.

Todos los jóvenes que estaban a mi alrededor se reían, eso recordé al día ese día que jamás en la vida voy a recordar.

-Disculpa tengo que ir al tocador.

Cuando todos se levantaron seguido con ellos la copa de vino tinto se derramó por mi vestido ya que me di cuenta que el mantel de la mesa estaba en enganchado a mi vestido. No sabia que hacer y lo peor sin mas al darme cuenta tropecé con un mesero que traía nuestra orden de postres todos los pasteles, nieves se derramaron con el vestido. Perfecto que mas podía pasar llorar, así sin mas me fui al tocador disculpándome con todos. Antes de llegar al baños escuchaba todos lo que decían sobre mis espaldas, maldije miles de veces por lo que había ocurrido. Llegue al tocador me en cerré en el primero que encontraba disponible y me encerre como niña chiquita y ahora si después de buen rato de aguantarme estas lágrimas se me escorrieron por las mejillas no sabia como iba a salir de este lugar y dar la cara de lo ocurrido.