Capítulo 26

1.8K 73 0
                                    

—_____.
El sabor de mi nombre en sus labios era embriagador. Quería escucharlo una y otra vez. Los besos habían comenzado lento. Se inclinó suavemente hasta encontrar
mis labios, dándome tiernos y pequeños besos que rápidamente se volvieron más lentos y profundos. Sus manos ahuecaron mi cara, y lentamente se deslizaron hacia atrás para tocar mi cuello y jugar con mi cabello. Cuando los besos se hicieron más profundos, mis manos comenzaron a recorrerlo. Exploré sus bíceps y abdominales, maravillada por los atléticos y tonificados músculos de la parte superior de su cuerpo. 
Esto continúo por un tiempo, Harry manteniendo las cosas lentas y dulces, y yo 
estando en control. Sabía lo que estaba haciendo. Conocía el plan, y luego...Y luego 
Harry estaba murmurando en mi boca, mi nombre en sus labios, y me estaba 
derritiendo en él, sintiendo la misma necesidad que sentí en la biblioteca hace dos días. El deseo de meterme debajo de la piel de Harry, de fusionar mi cuerpo con el suyo. Comencé a sentirme mareada y a recostarme, tirando de él hacia abajo, a la cama junto a mí. Harry se apartó por un momento, sus ojos esmeralda encontrándose con los míos, interrogantes. Asentí con la cabeza rápidamente y lo besé, tirando de él más cerca. Sus labios se movieron lentamente contra los míos y sus manos se quedaron cerca de mi cara, moviéndose a través de mi pelo o tocando mi mejilla, nunca cruzando los límites. Fui yo la que impulsó más las cosas. Una de mis piernas se 
envolvió alrededor de su cintura, y pude sentir todo el cuerpo de Harry tensarse. 
Después de un momento, se relajó y continuó besándome, sus manos cada vez más 
valientes deslizándose por mis brazos, una avanzando lentamente bajo la camisa. 
Arqueé mi espalda y sus dedos fríos se deslizaron debajo de mí, moviéndose a través 
de mi columna vertebral, trazando la curva entre los omoplatos. 
Harry me deseaba. Podía sentirlo. No sólo a través de sus pantalones—aunque este 
factor sin duda estaba presente—sino que también en la manera en que me besaba. 
Todavía era lento, pero había un borde de hambre ahora. Eso era todo lo que había 
necesitado, cuando decidí hacerlo. Que él me deseara, que me necesitara. Podría 
haberlo rechazado entonces, dejándolo con el deseo insatisfecho, hacer lo que me 
había propuesto. Pero no me detuve. En cambio, puse una mano en el hombro de 
Harry y lo rodé sobre su espalda así estaba encima de él, a horcajadas sobre su cintura. Metí las manos bajo su camisa y Harry se inclinó para que la pudiera empujar sobre su cabeza. Los dos estábamos jadeando, pero nos seguimos besando. No podía dejar de tocarlo, no podía apartar mis manos o mi boca de su piel. Como si yo fuera el polo norte de un imán y él el sur. Se habría necesitado un gran esfuerzo para separarnos. No tenía ese tipo de resistencia en mí. Sus manos se movieron a mis caderas, sosteniéndome contra él, nuestros cuerpos oprimiéndose juntos por un largo rato antes de que una de sus manos se elevara ligeramente, vacilando en el dobladillo de mi camisa. 
—Sí—murmuré en su boca. 
Sentí el pecho de Harry subir debajo del mío cuando tomó una respiración profunda. Su mano levantó lentamente mi camisa, sus nudillos rozaron mis costillas. Hizo una 
pausa con la camisa levantada a tan sólo unos centímetros, y la retiró. Sus ojos 
encontraron los míos de nuevo, interrogantes, siempre interrogantes. Subí mis brazos sobre mi cabeza en respuesta. Se sentó conmigo aún en su regazo y tentativamente se quitó la camisa. La camisa cayó al suelo, pero Harry se quedó congelado, mirándome, tomándome. Por un momento, me sentí cohibida. Luego con una mano tocó mi rostro, arrastrando un dedo por mi mandíbula, cuello y clavícula, parando en el pecho, justo encima del lugar donde sentía que mi corazón se aceleraba. 
—Dios—suspiró—. Eres herm… 
Mis labios encontraron los suyos de nuevo, silenciándolo. Me apreté más fuerte contra 
él, sintiendo la novedad de su piel caliente contra la mía y lo empujé sobre la cama. 
Fue un poco más tarde, después de muchos largos y tiernos besos, que me encontré 
siendo recostada sobre mi espalda, y tomé un respiro mientras la boca de Harry dejaba la mía y comenzaba a trazar un sendero por mi cuello y hombro. 
—_____—murmuró de nuevo en mi oído. 
Sólo mi nombre, y me pareció tan maravilloso en su voz grave y profunda, tan 
relajante. Tan correcto, pero... 
Pero luego sentí su mano en mi espalda, buscando a tientas el broche de mi sujetador, 
y recordé. El juramento, la huelga, el plan que debía cumplir. Nada de eso me hizo 
dejar de querer lo que sabía que íbamos a hacer, porque todas las hormonas de mi 
cuerpo gritaban que eso era lo que quería. Pero recordarlo me llenó de una repentina 
sensación de miedo. Estaba aterrorizada al darme cuenta de cuán lejos dejé ir las 
cosas. Cuanto control había perdido. 
—No—jadeé, empujando el hombro de Cash—.No. No te preocupes. Yo-yo no 
estoy… 
Harry retiró sus manos de mí y se alejó, casi cayéndose de la cama doble cuando me 
catapulté a través de la habitación, lejos de él. 
—_____—dijo él—. _____, está bien. No teníamos que…no esperaba… 
—Te odio—dije toscamente mientras tiraba de mi camisa de nuevo. Lo dije en voz 
baja al principio, así que tal vez él no pudo oírme, y luego lo dije fuerte, más, mucho 
más fuerte—.Te odio. Te odio. 
—¿Qué? —preguntó, sonando sorprendido. 
—Lo hago —pero era mentira. 
No lo odiaba. Solo odiaba la manera en que él me hacía sentir. Lo amaba y lo odiaba. 
Estar con él, era estimulante, pero también peligroso. Muy, pero muy peligroso. No 
me puedo controlar con Harry, nunca pude, y eso me aterrorizaba. Esto nunca había 
sido un problema antes. Siempre, siempre fui capaz de mantener el balón en mi cancha con Liam. Pero con Harry... era difícil alejarlo. En su mayor parte, porque ni siquiera quería, a pesar de que sabía que tenía que. A pesar de que había jugado conmigo, y volvería a hacerlo.
—Eres un idiota—dije, me giré para enfrentarlo. Estaba sentado en su cama, con los 
ojos muy abiertos, confundido, su camiseta olvidada—. ¡Tú sólo juegas con las 
personas! Todo esto es sólo un juego para ti, ¿no? Haciendo que las chicas caigan 
rendidas por ti y luego nunca... juegas con las cabezas de las chicas haciéndolas pensar que son especiales cuando, en realidad, no te importa un carajo. 
Parpadeó ante mí una vez antes de encontrar su camiseta y tirar de ella por encima de 
su cabeza. 
—_____—dijo, habiendo recuperado el aliento. Su voz era suave pero baja—. ¿De qué 
estás hablando? 
—Juegas juegos mentales—dije—. Haces desastres con las cabezas de las chicas, y no 
deberías. Es malo, egoísta y cruel. 
—Espera, ¿yo juego juegos mentales? —Harry estaba de repente de pie, mirándome a 
través de la habitación como si estuviera loca—. No sé porque estás diciendo esto, pero estás siendo realmente hipócrita. Si alguien juega con las mentes de las personas eres tú. 
—¿Disculpa? 
—Toda esta cosa de la huelga se está convirtiendo en una forma de joder a las 
personas, _____—espetó—. Una cosa era cuando sólo era boicotear el sexo, pero 
ahora... Mírate. Estás usando el sexo para obtener lo que quieres, jugando con mis 
sentimientos para tu propio beneficio. Es por eso que viniste, ¿cierto? No soy estúpido. 
Tú eres la que es cruel, _____. No yo. 
Me burle de él. 
—No eres mejor liderando a los chicos que intentando seducirnos. 
—No estamos manipulando a nadie—dijo. 
—¡Sí lo están haciendo! —grité. 
—_____, los chicos no han hecho nada como esto—argumentó—. Quizás la cosa de la 
piscina estuvo mal, pero ni siquiera se compara a... 
—No estoy hablando de la maldita piscina. 
—No hemos estado coqueteando y gastando bromas a las personas como tú has estado haciendo. 
Lo fulminé con la mirada. 
—¿Así que estás de acuerdo con los otros chicos de la escuela? Crees que soy una 
calienta pijas, ¿verdad? 
La cara de Harry se suavizó un poco. 
—_____—dijo en voz baja—. El que escogieras no dormir con Liam no te hace una 
calienta pija. Te hace... bueno, te hace inteligente, pero aparte de eso, te hace 
independiente. No había nada de malo con tu decisión. Y no había nada de malo con 
la huelga al principio, cuando sólo era decir no… —Se acercó un poco más a mí, sus 
ojos verdes insistiéndome—. Pero hay algo malo con usar los sentimientos de las 
personas en su contra. Manipulándolos. La forma en que algunas chicas de la huelga 
lo están haciendo. La manera en que estás tratando de manipularme... Eso es lo que te hace una tentadora. Joder la mente de las personas para obtener lo que quieres, para obtener ese control por el que dicen estar tan desesperadas, sin dar nada a cambio. 
Tenía razón. Cuando todo esto comenzó, dije que no usaríamos el sexo como arma. 
Sin embargo algunas chicas lo hicieron. Incluso me animé. Pude sentir el escozor de las lágrimas en mis ojos. Dolía escuchar, dolía saber que realmente era una tentadora. Pase semanas discutiendo las etiquetas sexuales con las otras chicas, pero ahí estaba, deliberadamente atormentando a Harry con sexo. Estaba avergonzada de mí misma. 
Pero no podía dejar de pelear con él. 
—¿Así que soy una mala persona por no dormir contigo? —demandé, sabiendo que 
eso no era lo que él quería decir, pero necesitando herirlo. Necesitaba que se sintiera 
tan furioso como yo. Que se odiara a sí mismo como yo me odiaba en ese momento. 
Quería que lamentara todos los malos momentos entre nosotros como yo. Harry se estremeció. 
—No dije eso—dijo—. Y no tuve la intención de decir eso. _____, yo… 
—Bien—grité—. Porque... porque nada va a volver a pasar entre nosotros. —Estaba 
retrocediendo hacia la puerta de su dormitorio. Tenía que salir de ahí antes de que más cosas estúpidas salieran de mi boca—. Hemos terminado. Era solo un juego, ¿verdad? Toda la cosa entre nosotros, besarme en la biblioteca el otro día, todo el coqueteo. Todo fue un juego, así que tú ganaste la guerra. Bueno, fin del juego. Jugué, y ahora terminé. No puedo seguir haciendo esto. 
—No era un juego—susurró Harry—. No para mí. 
Pero apenas lo escuché, salí corriendo de la habitación. Poniendo una mano sobre mi 
boca para no decir nada más. No me dejé parar a pensar en lo que podría haber 
querido decir con eso. No me dejé sentir esperanza o soñar. Sólo corrí. Lo había 
perdido. Mi cordura, mi habilidad de pensar, mi control. Dejé a Harry tener lo mejor de 
mí. Perdí mi calma física y verbal. Estaba avergonzada, y antes de salir del remolque, 
lamentaba cada palabra que había dicho. 

♡Shutout (Harry Styles, Liam Payne y tú) ♡Where stories live. Discover now