Amor Sempiterno

Capítulo 26

No tenía ni la más remota idea de qué hacer. Él esperaba por ver mi reacción y yo no sabía qué debería decirle, ¿gracias? Para nada, sería completamente absurdo, eso en lo absoluto me lo esperaba; por lo tanto, permanecí en silencio y algo inquieta. 

-¿Y? -Preguntó mientras se balanceada de un lado a otro algo nervioso.
-Emm...- Dudé en lo que debía contestar
-¿Tan mal estuvo?- pregunta con cierto tono de ironía entregándome su mejor sonrisa.

-No, no es eso... Sólo que fue inesperado, así que me sorprendí. 

Tratando de evitar su mirada, miro hacia mis pies. Me muevo ligeramente mientras él me observa. 

-Te llevaré a casa.- asegura al tiempo que saca las llaves del coche para dirigirnos directamente a él.
-De acuerdo.

Todo el camino estuvo silencioso, de por sí algo incómodo y tenso entre los dos; y no era para más, nosotros no habíamos llegado a pasar de besos en la mejilla, o abrazos: algo simple. Para ser sincera, no me molestó, fue un beso tierno y algo... Apasionado, me gustó. Lo que me preocupaba realmente era si a él le había gustado o se habría arrepentido después de su acelerado movimiento. 

El motor se apagó, sólo había un incómodo momento entre Jake y yo; la tensión se podía cortar con un cuchillo. 

"De acuerdo a lo que ahora sucedió...Lo siento.- Se lamenta Jake. 

Lo sabía. Fue un error. 

-La verdad es que no sé qué me sucedió. -continuo - Fue un momento de...- Lo interrumpo
-Jake, no te preocupes, te entiendo. Fue un accidente. 
-¡No! No me refiero a eso, es que...- nuevamente lo interrumpo 
-No me tienes que dar explicaciones, en serio. -Termino diciendo al momento en que tomo mis cosas y me atrevo a abrir la puerta del coche, hasta que me percato que continúa con seguro. -¿Jake, podrías quitarle el seguro, por favor?

-No. Hasta que me escuches.- habla con severidad. 
-No quiero hablar más sobre éste tema. Por favor, olvidemos lo que pasó y continuemos como estábamos. -le pido tranquilamente 

Jake no tiene ninguna expresión reflejada en su rostro, no dice nada, no murmura... Nada. No hay  ninguna forma de  que yo pueda saber qué es lo que está pensando a no ser que se lo pregunte. 

-¿Jake?- interrogo chasqueando los dedos enfrente de él para llamar su atención

-Es que... Yo no lo quiero olvidar, Victoria. -confiesa cabizbajo 

-¿Qué?- pregunto algo confundida con su confesión 

-Así es. Me gustas. 

¡Boom! Eso fue una bomba arrojada sin piedad. 

Oh-mi-Dios. ¿Acaso escuché bien? ¿Yo? ¿Gustarle a Jake? ¿El chico rudo y temerario? No. 
Yo continuaba en un trance, mientras Jake me miraba divertido, yo sólo movía mis ojos en distintas direcciones excepto a él. De lo contrario, no sé qué sería de mí; sus ojos son insoportablemente intimidantes.

-Tierra llamando a Victoria, ¿estás? dice Jake cuando me acaricia la mejilla con sus suaves manos.

Podría permanecer con éste toque tan singular y especial por el resto de mi vida. 

Ay no, ¿qué estoy diciendo? Él es mi amigo y así seguirá siéndolo, pues... Eso es lo que quiero ¿no?
Mientras me debatía internamente conmigo misma sobre mis sentimientos y pensamientos sobre Jake, él se recuesta cómodamente en su asiento y enciende la radio y el auto. 

No me doy cuenta cuándo es que Jake tomó la carretera y cuando reacciono de mi trance es que le preguntó hacia dónde vamos. 

-Oh, vaya, vaya, miren quién reaccionó después de mi vergonzosa confesión.- habló con la mirada en el camino sonriendo de lado.

-No fue vergonzosa, pero ¿fue verdadera? O ¿sólo querías hacerme una broma?

Jake antes de responder, puso su mano en mi muslo izquierdo. 

-Claro que es verdadera. No jugaría con eso, amor. 

Amor. Sus palabras resonando en mi mente. 

Al notar mi incertidumbre, pregunta. 

-¿Qué debería hacer para que me creas?- habla con un tono seductor. 

-No es que no te crea, pero ¿yo?

-¿Por qué no? ¿Qué hay de malo con que me gustes? 

-No sé, es raro. -confieso timidamente

Jake orilla el auto y se gira hacia mí para mirarme. Continuo mirando hacia el suelo así que él toma mi barbilla y la pone a su altura. 

-No hay nada de malo en ti. No deberías ser tan insegura. -aconseja al tiempo que trata de leer mis pensamientos. 

Sus ojos penetrantes, que logran ver lo más profundo de mi ser, como si pudiera decifrarme de tantas maneras.

-Eres hermosa, sencilla, única... Especial. Y eso debería bastarte. Eres perfecta de todas las formas habidas y por haber, que lo más bonito es que no te das cuenta de ellas, y eso es lo que te hace tan diferente a las demás; tu forma de ver el mundo, a los demás... Que pones primero a los otros en vez de a ti. Me encanta que seas tímida, me encanta cuando te sonrojas, cuando te enfadas... 

Sonrío. 

-Podría seguir diciéndote qué es lo que me gusta de ti, pero... Creo que eso nos tomaría toda la noche. Si no tienes nada más qué hacer, estaría encantado. -mientras termina su discurso, él acaricia suavemente mi labio inferior. 

-Gracias. -siento correr por mis mejillas algunas lagrimas, pero antes de que las pueda detener, Jake lo hace. 
-No hay de qué, preciosa. Pero, no te dije todo eso para que lloraras- ríe.

Su risa es música para mis oídos. Son de esas carcajadas que con tan sólo escucharlas, te causan risa.

-Todo lo que dijiste es tan... Importante para mí, no sabes cuánto significa. -me atrevo a darle un abrazo, algo fuerte.

Cuando me separaba de su cálido abrazo, él sutilmente me regala un beso en la mejilla, es tan suave... tan tierno.
Luego de ese momento, Jake enciende nuevamente el auto y nos incorporamos en la carretera. No sé hacia dónde me llevaba pero estaba y me sentía segura con él. Todo el camino, estuvimos cantando diversas canciones con todo el volumen posible.

Cuando llegamos a nuestro destino; el cual no sabía cuál era, Jake sale del auto y lo rodea hasta llegar a mi puerta. Él toma mi mano y con el pie, cierra la puerta.

-Ven, quiero mostrarte algo. -me toma junto a él en un rastro de piedras formando un camino.

Estuvimos como máximo cinco minutos, recorriendo éste sendero hasta que llegamos a un lago junto a una pequeña cabaña. 

-Es mi escondite preferido, bienvenida.- dice al tiempo que entramos a dicho lugar.