Capitulo 27

22 3 0
                                    

-Wow- fue lo primero que logré decir.
Era algo hermoso, magestuoso, la vista era impresionante. Se trata de esos lugares de los que no pretendes irte, que te sientes a salvo, a gusto.

-Lindo, ¿no?- dice Jake mientras me observa atentamente con una sonrisa.
-Es espectacular- me tomo el momento para admirar el lugar detenidamente.- ¿por qué lo conoces?
Su mirada se tornó melancólica.

-Oh no, ¿dije algo malo?
-No, no! Es solo que estoy un poco nostálgico. Verás, esta cabaña es de la familia de mi madre. Su padre, mi abuelo; Erick, la construyó tiempo antes de morir. Le decía que así tendría un lugar para descansar, para reflexionar y alejarse del ruido de la ciudad.
-Oh, eso es lindo de su parte. -lo miro a los ojos
-Pues si. Cuando surgían problemas en casa, mi madre solía traerme a este lugar. Dejábamos todo a un lado y nos dedicábamos a disfrutar del silencio y de nuestra compañía.
-Me imagino que debieron ser tiempos agradables.
-Si, en realidad lo fueron. Por lo tanto, esta cabaña es un tipo de herencia, supongo. Es mi refugio.
-Es lindo. Pero, ¿por qué me traes aquí?-le cuestiono
-No hay un motivo específico. Solo quería que conocieras un lado de mi vida. -me ofrece una sonrisa ladeada.
-Gracias por permitirlo. Significa mucho.- lo abrazo instantáneamente

¿Q U É A C A B O D E H A C E R? O sea, ni yo misma me lo esperaba.
Jake me devuelve el abrazo extrañado.

-¿Qué fue eso?- sonríe de forma pícara
-Nada, nada, no fue nada. -trato de restarle importancia
-Sí claro.- ríe levemente- Oye, creo que es mejor que te lleve a casa. ¿te parece?
-Por supuesto. Se hace tarde.

Mientras íbamos camino a casa, me estuvo contando diversas anécdotas de cuando era pequeño. En una de ellas, hizo una apuesta con unos amigos y, lastimosamente, perdió, siendo el castigo: vestirse como una niña y modelar enfrente de la chica que le gustaba.

En realidad no fue tan malo como pensaba. Jake es un chico divertido, amable (cuando le conviene) tierno... Tiene...en fin, fue un tiempo agradable.

-¿En qué piensas?- se sumerge en mis pensamientos
-Mm, nada. Estoy pensando en qué voy a cenar.

Victoria, ¿en serio? ¿Fue lo más inteligente que pudiste pensar? Por Dios. Dirá que soy una fanática a la comida. Bueno, tal vez pero no lo debo demostrar.

Me río ante mis pensamientos.

-Veo que tienes unos pensamientos muy, pero muy importantes. Ni te debería interrumpir- habla con gracia
-Ja ja ja, muy gracioso. ¿Qué le pasó al antiguo Jake? ¿fuiste abducido por aliens? -utilizo mi mejor cara de asombro.
-Si te dijera... Te sorprenderías.
-Cuéntame y veremos.
-Tuve una época oscura. Tal vez te asustes.
-A ver...
-No soy hijo biológico de mi madre. Me dejaron en la puerta de su casa. Ella me adoptó y años más adelante, cuando era más maduro, me contó toda la historia. Quienes me dejaron allí, trabajaban para la NASA. Supuestamente soy un descendiente de una raza alienígena: Los Tiyunuri. Y le asignaron el deber de cuidarme y protegerme de los enemigos.

¿Qué? ¿Espera que me crea todo eso? Pues no, no soy tan ingenua. Pero, ahora que lo pienso, le seguiré el rollo.

-¿QUÉ? ¿va en serio lo que me dices?- abro los ojos más de lo que debería
-Sí, así como lo escuchas. -tiene un semblante serio pero divertido
-¡Sí! ¡Eres como yo! Pff, creí que era la única. Ya no tengo que guardar más este secreto, es un alivio. -aplaudo efusivamente

Jake me mira con cara de confusión y sorpresa. ¡JA! No se lo esperaba en lo absoluto.

-¿Qué pasa Jake? ¿por qué tienes esa expresión?- ladeó la cabeza haciéndome la desentendida
-P-p-pero, Victoria...
-¿se te comieron la lengua los ratones? Deberías estar emocionado, ¡somos iguales!
-Es que... -parecía petrificado

Y retumban mis carcajadas en el auto.

-Debiste ver tu cara, Jake. Debí haberlo grabado- secaba mis lágrimas resultantes de mi risa sofocante
-No me digas, ¿te estabas burlando de mi?- alza la ceja
-Tú empezaste. -lo señalo con un dedo
-Por un momento, estuve por creerte.
-¡No me mientas! Caíste, admitelo. -río.
-Está bien, está bien. -levanta ambas manos en señal de defensa. -Eres buena actriz, me engañaste.
-Lo sé.

A los pocos minutos, llegamos a nuestro destino: mi casa.

-Oye, Jake, muchas gracias por todo. Ha sido genial. Ah, y tendré de algo porqué reírme durante un largo tiempo. -sonrío, antes de tomar la manija y estar dispuesta a salir del auto. Pero algo, me detiene; Jake toma mi mano y me hace mirarlo.
-Gracias a ti. Fue lindo estar contigo. -estábamos rostro a rostro, separados por unos milímetros. Mi respiración se tornaba irregular, ¿por qué?

Antes de que ocurriera algo más, me bajé del auto.

-Adiós- le dije desde fuera.
-Hasta pronto, preciosa. Ah, y no te preocupes, que con lo de la broma que me hiciste, esto no se queda así. La venganza es dulce. Descansa.

Y se fue. Las luces de su auto desaparecían en cuanto se alejaba cada vez más.

***

Mi reloj sonó a las 8:30 a.m, odié la alarma, la anterior noche no logré dormir bien. La razón ya se la deben imaginar: Jake. Cuando estaba a punto de dormir, me llegó un mensaje de él y, por supuesto, le respondí. Se nos fue la madrugada contando anécdotas, chistes, bromas... De todo, a decir verdad.

Hoy tengo clases, pero el horario es menos intenso. Debido a que se hacen las reuniones  usuales de los profesores en cada semana. Así que, solo tengo que ver tres materias y regreso a casa a hacer lo que más me gusta: dormir. La octava maravilla del mundo.

Esta mañana, mi hermana, se levantó con una fiebre muy alta, así que no irá a clases, está en cama con mamá, quien la está cuidando. Por lo tanto, hoy hago mi desayuno; quiero hacer algo sencillo, pero no sé qué.

Elijo unos huevos revueltos con tostadas y café. ¿les mencioné que A M O el café? Me casaría inmediatamente con él. Desayuno en cinco minutos, cepillo mis dientes y camino directamente al baño, a ducharme.
Ah, bueno. Esa es mi rutina: primero desayuno y luego me baño. La mayoría de la gente lo hace al contrario pero así es como me gusta.

Hoy es un día, ¿extraño? Estoy indecisa de todo. No sé qué usar. 
Después de un interminable momento, escojo un skinny jeans junto con un buso color rosa y unas botas café.
Arreglo mi cabello en ondas y me maquillo mis labios de un color carmesí.

-Mamá, ya me voy. Cuídala mucho, me avisas cualquier cosa. -le digo, refiriéndome a mi hermana
-De acuerdo, hija. Te amo. Toma el paraguas que está cerca de la puerta, está lloviendo. Ten cuidado.

Ay no, ¿en serio? Quiero decir, me encanta la lluvia, excepto cuando tengo que salir. Quisiera ser Zeus, y controlar todo.

Al momento de estar buscando el paraguas, escucho el claxon de un auto. Le resto importancia. Segundo y tercer claxon.

-Pero a quién están esperando tan desesperadamente!?- menciono aunque nadie me escuche.

Me asomo por la venta y se me hace muy familiar el auto que está fuera. Bajan la ventanilla y puedo ver el conductor. Jake.



Amor SempiternoWhere stories live. Discover now