UN PERVERTIDO EN MI CAMA

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POV _______:

-_______ despierta, no puedes dejarme con toda esta gente loca. –Escuché decir a alguien mientras apretaban mi mano. Entonces empiezo a reaccionar y abro los ojos, cuando lo pretende la luz realmente intenta dejarte ciega. -¡_____! ¡Reaccionaste!- Con eso último Alice se abalanza sobre mí mientras trataba de incorporarme, por lo que podía sentir... aparte de que me doliera todo el cuerpo, es que tenía una mascarilla en mi cara.

-¿Dónde estoy? –Dije sacándome la cosa de la cara.- ¿Cómo logré salir? –Continúe sentándome a pesar de que ella trataba de volver a recostarme.

De alguna extraña manera respiraba normal, como si nunca hubiera estado a punto de morir por el humo. Observé atenta el cuarto para saber en dónde estaba... como era de suponerse, en un maldito cuarto hospital. Lo peor de todo: ¡Estaba en bata! ¡Puaj! ¡Quién me habría cambiado! Trate de no pensar mucho en eso.

-¿Cómo que no sabes? ¡Fue épico! –Dijo levantándose de la silla de al lado. Y alzando los brazos al cielo.- Pensé que te habías muerto cuando alguien te vio saltando de la azotea del edificio en llamas a la otra azotea. Caíste y te golpeaste la cabeza; si no fuera porque alguien te vio y grito, no nos habríamos dado cuenta.

-Ah... Ah... Sí, claro. –Dije tratando de recordar eso.

-No paso eso. ¿Verdad? –Hablo sentándose y amarrándose el cabello. Ante su pregunta solo negué.- Desembucha antes de que venga la policía, es obvio que te harán unas preguntas antes de dejarte ir.

-Espera. ¿La niña? –Dije recordando el motivo de mi casi suicidio.- ¿Cómo está?

-Está bien. Solo le limpiaron los pulmones, pero la sacaste a tiempo. Si no se hubiera asfixiado. Pero la culpa de su estado se la van a echar a la madre, no debió dejarla sola en casa. Aunque no te preocupes, las autoridades se encargarán de eso.

-Ella es muda y su madre es lo único que tiene, espero que se solucione.

-Lo sé, pero... ¡Espera! ¿Cómo sabes todo eso? –Pregunta lo último señalándome acusadora.

-Te lo cuento solo si no te exaltas y calmas tus ánimos. ¿De acuerdo?

Alice solo asintió y pase a contarle lo ocurrido. Pero como siempre no pudo controlarse y se exalto cuando le conté que me encendí, e casi grita cuando le conté de mi rara visión.

-Cuando tuve a la niña y me encendí sin quemarla, salte pero el piso también lo hizo conmigo. –Ella chilló, solo volví a rodar los ojos. No me sorprendería si nos botarán del hospital.- Caí en picada y para cuidar a Abigail me llevé yo el golpe. Me mareé, perdí el control y ya no pude volver a encenderme. El humo empezó a ahogarme y solo atine a escondernos, en el almacén de la izquierda del recibidor, aun lo recuerdo. El humo estaba en esa zona y por más que busque una puerta de escape no la encontré.

-Pero... cómo. Si tú. No entiendo. –Dijo la rubia frustrada jalándose la cola de cabello en que se ataba su cabello.

-Yo menos. La cosa es que nos escondimos, me quedé inconsciente y pensé que quedaría allí. Que tal vez algún bombero vendría a socorrernos pero lo creía poco probable.

-Espera. Si es como tú dices. ¿Cómo llegaste hasta el otro edificio? Y encima cómo subiste hasta el último piso si ya no había escaleras y desde afuera todo se veía como el infierno.

-No lo sé. Solo me resigne. –Respondí agachando la mirada.

-Tranquila ya paso, pero hay que pensarlo. –Ella se puso modo Sócrates mirando la ventana a mi derecha.- A menos... ¿Qué hubiera alguien más? Aunque es prácticamente imposible.

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2016 ⏰

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