DÍA NORMAL... BUENO CASI NORMAL

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 POV ______:

El sonido de las manijas del reloj aun con su lejanía arriba de la pizarra mezclado con el irritante silencio, hacía que mi cerebro quisiera estallar. Lo único que quería hacer en este preciso instante era arrugar el papel que tenía frente a mí y lanzárselo a la maestra que no dejaba de verme con el entrecejo fruncido gritando: "¡Váyase a la mierda!" pero una promesa me lo impedía y desgraciadamente también mi moral.

La promesa que me mantenía a raya en este momento se las había hecho a las personas más importantes de mi vida: mi padre y mi mejor amiga. Este juramento inquebrantable -a mi parecer- consistía aprobar el examen que estoy dando y...  ¿cuál era el curso del examen que estrujaba mis sesos?. Pues era Matemática... lamentablemente esta tenía cuatro extremidades; Trigonometría, Geometría, Álgebra y Aritmética.

Yo podría haberlo aprobado a las justas como  casi siempre lo hacía o solo desaprobar, pero mi gran colegio este año -coff este último viernes coff coff- decidió poner en práctica una nueva metodología de enseñanza haciendo que cuando llegáramos a la mitad del año escolar diéramos un examen de todo lo aprendido... para no enredarme a mí misma en esta explicación solo diré que este infortunio -que se daría en cada curso- decidiría si ibas a pasar el año o no, pues ocupaba casi todo el promedio.

Con ese pensamiento en mente mi padre me había ayudado a estudiar todo este fin de semana. Él se había amanecido junto conmigo enseñándome todas las fórmulas existentes de la manera más fácil para que mi TDHA no me permita olvidarlas. Además Alice me había pasado todos los apuntes de las últimas clases pues cada cierto momento de la semana pasada me retiraba a la enfermería para poder descansar debido a que los últimos malestares de la varicela me afectaban. Y sí, yo confieso que a mis 16 años recién me ha dado varicela... ¿y qué? soy en realidad muy valiente… muy pocos pueden soportar la típica picazón de las ampollas.

En fin, tenía que pasar esta prueba por ellos que me han estado apoyando y por mí para no desaprobar el año. Y con esta última reflexión volví a concentrarme en mi examen dificultoso ya por la dislexia, cuando suena la vendita campana anunciando el fin del tiempo.

-Pasen las hojas de atrás para adelante -escuché decir a la maestra mientras pasaba con angustia mi examen a mi compañero del frente y con único pensamiento en la mente: ¡Me quiero  morir!. Porque solo había logrado resolver un poco más de la mitad de mi examen, lo cual era un logro. No obstante, no estaba muy segura si mis respuestas eran correctas.

Malhumorada cogí con pesar mi mochila y la colgué en mi hombro mientras salía con paso apurado del salón. Me colé entre el montón de alumnos del colegio que inundaban el pasillo puesto que era la hora del almuerzo. Todos usando el mismo agrio uniforme.

Cuando entre al comedor estudiantil vi a Alice ya sentada leyendo un típico libro sobre agricultura en la misma mesa solitaria de siempre. Apenas me senté a su lado dejó el libro y se concentró en mí, yo por mi parte saqué mi almuerzo de mi mochila e hice cuenta de que ella no me daba una mirada seria. Abrí el taper donde se conservaba caliente mi comida pero justo cuando iba a hundir mi tenedor Alice habla.

-Señorita ____ -dijo y yo suspire resignada dejando el cubierto de lado- ¿Cómo te fue en el examen?

-Me fue bien –respondí sin ganas a lo que ella arqueó una ceja y continué sino no iba a dejarme comer- Solo conseguí resolver ¾ de la prueba… pero voy a aprobar eso tenlo por seguro –dije sonriendo desesperadamente lo último, al ver asomándose una mirada de decepción en sus ojos. Ver eso me dolió un poco, gracias al cielo ella luego me miro con confianza y asintió.

FUEGO EN EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora