CAPÍTULO 1

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Las calles de New York están siendo alumbradas por todas las brillantes luces de diferentes colores y los anuncios que sólo dicen "Happy New Year", e invadidas por muchas personas, quienes esperan con ansias que acabe el año para comenzar uno nuevo.  Familias sonriendo de oreja a oreja, parejas esperando a que el reloj marque las 12 para darse un beso lleno de amor y pasión, adultos cerrando sus negocios para irse a casa junto a sus familisa o simplemente para quedarse con la multitud.  

Se podría decir que hay dos clases de personas: las que a pesar del frío o la multitud de personas que hay este día, están más alegres que nunca, podría decir que son más alegres que en su mismo cumpleaños. 

Luego están las personas que en este día, en vez de saltar de felicidad, sólo están tranquilas.  Es ahí donde entro yo.

Mi nombre es Avery Pierce y me encuentro corriendo con un capuccino muy caliente en una mano y con la otra, voy empujando a los demás para que me dejen pasar.  Mientras todos se van con dirección al Times Square, yo voy en dirección contraria.  Sonará raro, pero me dirijo a mi librería favorita: "McNally Jackson".  Vi rápidamente mi reloj, 21:55 p.m.  Corrí más rápido, hasta que llegué; vi a Nancy, una señora no más de treinta y cinco años.  Con dificultad, me acerqué a ella y me apoyé en su hombro.

- Avery, ¿por qué estás tan sudada?

- Yo... estuve... corriendo - No pude hablar bien debido a mi falta de aire.

- Ven, entremos.

Volvió a abrir la puerta haciendo que una campana suene al chocar con el marco de la puerta.

Me senté en la primera silla que vi y me saqué la chalina roja que mi abuela me había regalado en Navidad.

- Dime Avery, ¿por qué has venido corriendo hasta aquí?

- Recuerdo que hace unos días, te llegó un libro, uno que no está a la venta aún.  Me dijiste que me lo prestarías ni bien lo termines de leer, así que eme aquí - Sonreí para luego tomar lo poco que quedaba de mi capuccino.

- Ok, pero qué te hace pensar que ya lo leí.

- Nancy, te conozco perfectamente.  Amas leer y sé que empezaste a leer ese libro el mismo día que llegó.  Seguramente ya lo terminaste.

- ¿Y no pudiste esperar hasta mañana? 

- Mañana no vas a abrir.

Suspiró - Está bien, te lo voy a dar, pero cuídalo.

Sonreí.  Se acercó a su cartera y sacó un libro grueso, calculo que de unas trescientas páginas, puede que un poco más.  Su color era de un naranja claro, casi del tono de la piel.

- Ten - Me lo dio - Espero que te guste tanto como me gustó a mí.  Créeme cuando te digo que llorarás.

Miré la portada.  A KILÓMETROS DE TI, ese es el nombre del libro, parecía que estuviera escrito por un pincel, era hermoso...  J.M. Al instante me entró la curiosidad.

- ¿J.M.?

- Es el nombre del escritor.

- ¿Sabes su nombre completo?

Negó con la cabeza- No, cuando le pregunté al que me trajo el libro, me dijo que el escritor prefiere mantener todo como un misterio.

- Eso es raro.  Tarde o temprano sabrán cuál es su nombre.

- Sí, pero no somos nadie para juzgar.  ¿No vas a pasar año nuevo en Times Square?

- No es lo mío.  Prefiero estar en casa, sentada al lado de mi ventana junto a una taza de café y leyendo un libro.  Es lo que hago desde hace tres años.

A Kilómetros De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora