CAPÍTULO 2

37 2 0
                                    

San Francisco, una ciudad hermosa a mi parecer pero a la vez , ¿cuál sería la palabra? Ah si, algo superficial. No digo que todo San Francisco lo sea, pero sí en el ámbito del trabajo. Siempre elijen a aquellos que tengan un buen físico aunque sean unos ineptos, pero no es mi caso. Soy alguien muy apuesto y además, inteligente, pero hay un gran detalle, no soy feliz. Siento que una parte de mí se fue junto con la que alguna vez llamé "amor de mi vida", pero eso ya es otra historia.

En estos momentos me encuentro en la empresa donde trabajo, se llama McAdam's Bussines. Sí, un nombre muy original. Noten mi sarcasmo. Lo irónico es que debería estar en la planta baja en la fiesta de año nuevo, pero prefiero quedarme en mi oficina en donde la ventana más grande da con vista hacia el puente de San Francisco, el cual sorprendentemente está decorado con luces blancas que hacen destacar el puente y la carretera.

Tenía una mano en el bolsillo de mi pantalón negro y con la otra sostenía un cigarro encendido. Fumar me desestresaba y también, de vez en cuando unos tragos no me venían mal, pero por ahora me conformo con fumar, no quiero que se repita el horrible suceso que me sucedió... Y que causé.

Elevo mi muñeca para fijarme la hora en mi reloj el cual marca las diez en punto. Diciembre, acaba rápido por favor.

Me presento, soy Jackson McAdams, hijo del dueño de la empresa, Connor McAdams. Él cree que al jubilarse, yo tomaré su puesto, pero la realidad es que a pesar de ser bueno en mi trabajo, no me proyecto a futuro como "Jackson McAdams, nuevo jefe de la empresa", prefiero dedicarme a otras cosas.

Desde pequeño me atrajo más lo que es la literatura. Mis mejores notas eran en esa materia, 10 en cada exámen. Era necesario que contraten un tutor para que me ayudara a subir mis calificaciones.

La primera vez que escribí fue en secundaria, mi profesora de aquel entonces nos pidió que redactaramos cualquier tipo de historia, la que se nos apetezca. Al principio no tenía idea de qué escribir, pero como si fuera por arte de magia, una gran idea vino a mi mente.

Agarré varias hojas y un lapicero de color negro, pienso que este color es muy elegante pero a la vez misterioso y lo puedes usar en cualquier ocasión.
La tarea nos la habían dejado un lunes y teníamos que presentarla el miércoles, por lo que decidí apurarme. Me senté en mi escritorio y empecé a redactar lo que sería el primer capítulo. No nos había pedido que sea una historia larga, por lo que solo escribí cinco capítulos.

El mismo día que dejó el trabajo, hice tres capítulos, y el martes, los otros dos. Me desvelaba hasta que alrededor de las tres de la mañana, el sueño me ganaba y me dormía en mi escritorio.

Todos teníamos que leer nuestra historia, algunas eran buenas e interesantes y otras no tanto, pero la mía dejó a todos maravillados, saco esa conclusión debido a los elogios que recibí. Mi historia trataba sobre el amor prohibido entre un demonio y un ángel, y por demonio me refería a ella y ángel, a él. Yo narraba la historia como si fuera un espectador invisible que veía todo lo que trataban de hacer para estar juntos. Al final deciden romper las reglas trayendo como consecuencia que se convirtieran en polvo, haciendo que nadie los recordara, a excepción de mí.

A partir de eso empecé a escribir, mi papá no lo aceptaba por lo un día decidió llevarme a una cena de negocios ya que con su compañero abrirían una nueva empresa, pero no me quejo, conocí a la chica más hermosa que puede existir. Su nombre es Phoebe Collins, pero como todo lo bueno empieza, tiene que terminar. Pero esa ya es otra historia que contar.

- Jackson - Volteo y veo a Ian, mi mejor amigo.
- ¿Qué pasa?
- Te estamos esperando, la fiesta está incompleta sin ti amigo.
Le sonrío - Sabes que no quiero ir, prefiero mirar por la ventana.
- ¿Prefieres mirar por la ventana? Por favor Jackson, ya no eres el mismo de antes. Olvídala, no es para ti.
- Es fácil decirlo cuando a ti no te han roto el corazón.
- Por favor, son las once. Celebra este año nuevo con tu mejor amigo - Me golpeó el hombro y lo miré - Somos piratas de por vida - Dijo tapandose un ojo mientras gruñía a lo que reí.
- No pensé que te acordarías de eso.
- Jamás lo voy a olvidar.
- Está bien. Vamos.

Les explico, ese "somos piratas de por vida", lo dijimos cuando aún éramos unos niños de siete años. Ese día a los dos nos había picado en el ojo un zancudo. Tan grande era la picadura que no podíamos abrir nuestro ojo, por lo que decidimos ser piratas. Ian Thompson, mejor amigo de la infancia, incapaz de hacerme daño.

Miré el puente otra vez antes de bajar junto con Ian hacia la fiesta.
La música inundó mis oídos en el primer instante, por lo que hice una mueca.

- Jackson, diviértete. Vamos a bailar con esas chicas de allá - Señaló a una rubia y a una morena quienes nos veían pícaramente.
- Está bien. Es año nuevo, igual no tengo nada más que hacer.
Nos acercamos a ellas.
- Chicas, ¿disfrutan la fiesta? - Habló Ian.
- Ahora que veo a tu amigo, sí - Me sonríe la morena.
- ¿Quieren bailar?
- Claro - Aceptó la rubia mirando a mi amigo.
Los dos se fueron dejándome con la morena desconocida.
- Entonces... ¿Quieres bailar? - Me preguntó mientras tocaba mi hombro.
Volteé a verla y dije, porqué no.
Agarré su mano y fuimos a la pista de baile y obviamente hicimos lo que se hace en una pista de baile.  La canción que sonaba era Stay With Me de Sam Smith.  Ella me miró esperanzada a que me pegara más.  Miré a mi alrededor, todos bailaban lentamente, algunas chicas apoyadas en el pecho de sus parejas.  Me topé con Ian y la rubia besándose como si el mundo acabara. 
Tomé de la cintura a mi "pareja" y ella se agarró de mi cuello.  Yo esquivaba la mirada mientras sentía la suya. 

- Es mala educación no ver a los ojos.
Suspiro y la miro.  Por un instante me pareció verla, a la que solía llamar "amor".
- Lo siento - Me disculpé.
- No te preocupes - Me sonríe.

Seguimos bailando por unos segundos más hasta que por alguna razón, ambos empezamos a acercarnos.  No sabía si era lo correcto pero no me importaba.
Nuestros labios se juntaron y la pegué más a mí.

- Vayamos a otro lugar - Susurró
Fuimos a un lugar más arrinconado y los besos comenzaron de nuevo.  Ella se sostenía de mi cuello y yo de su cadera.  El beso se iba intensificando cada vez más.  La cargué haciendo que enrrollara sus piernas alrededor de mí.
Sé que hacerlo en un lugar público y probablemente con mi padre cerca no sea lo apropiado, pero al demonio, puedo hacer lo que quiero.
Sentí sus manos bajar hacia mi camisa, la cual empezó a desabotonar mientras besaba su cuello.  Abrió mi camisa por completo.

Metí mis manos por debajo de su blusa la cual iba subiendo.  Pero la "magia" acabó cuando hablé.
- Te amo Phoebe.
- ¿Qué?
Listo, arruiné lo que iba a llegar a ser una noche...  Bueno, no me pierdo gran cosa si no la voy a volver a ver.
- ¿Qué? - Me hice al loco.
- Me llamaste Phoebe.
- ¿Lo siento?
Se bajó de mí y acomodó su cabello y ropa.
- Ni siquiera te molestaste en preguntar mi nombre.
- Pues, ¿cómo te llamas?
Me fulminó con la mirada y me sacó el dedo del medio para luego irse de mi vista.
Me apoyo en la pared y río.
- Phoebe, sal de mi cabeza de una vez.

Voy abotonando mi camisa mientras salgo de donde hubiera sido uno de mis errores.
- Jackson, amigo.  ¿Qué tal te fue con la chica?
- La llamé Phoebe - Su mirada pasó de una alegre a una seria - Lo sé, debo olvidarme de ella pero no puedo.
- Algún día tendrás que hacerlo y lo sabes.  Por favor Jackson, no lo vale.  Hay chicas mejores.
- Ella sigue siendo dueña de mi corazón.
Ian solo me tocó el hombro y me dedicó una sonrisa de apoyo.
Empezamos a escuchar como los demás comenzaban la cuenta regresiva.  El tiempo pasó volando.

10 - Gritaron todos, menos yo.
9
8
7
6
5 - Se unió Ian.
4
3
2
1

Y los fuegos artificiales empezaron a sonar por toda la empresa.  Besos y abrazos presencié, cosa que me incomodó un poco ya que era el único parado sin saludar a nadie, a excepción de Ian, a quien solo le dije "Feliz año nuevo hermano", seguido de un abrazo, pero se fue a buscar a la rubia con la que estuvo hace un rato.

Salí del edificio y vi las calles siendo alumbradas por faroles y los fuegos artificiales que intentaban llegar hasta el principio del cielo.

Saqué mi celular y le envié un mensaje a mi papá diciéndole que iría a casa solo.

Fui al estacionamiento y entré a mi auto Audi R8 negro.
Miré el asiento del copiloto.  Con Phoebe, cada año nuevo que pasamos juntos, nos íbamos ni bien el reloj marcaba las doce.  La extraño.
Cerré mis ojos y la imaginé sentada a mi lado dándome la mano mientras me decía Feliz Año Nuevo, a lo que yo siempre le respondía.

- Feliz año nuevo amor.

...♡...

Lo sientooo sé que me tardé medio año pero es que no había inspiracion pero no volverá a pasar
Otra vez lo siento y gracias por leer :) los quiero!

A Kilómetros De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora