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Estaba despierta.

Pero no había diferencia alguna de abrir los párpados y no ver nada, así que se mantuvo indiferente.

Estática sobre la cama intentando que su respiración fuera normal, el tacto frío de la caricia aún no se retiraba de su mejilla y ya empezaba incomodarle.

Pero así como entre sueños fue atraída a la realidad con el gélido tacto este se esfumó, solo así pudo soltar un suspiro de alivio.

Era consciente de todo su entorno ante su desarollada audición, escucho el momento exacto de la puerta siendo abierta lentamente y cerrarse poco después, el movimiento a su alrededor fue cauteloso, con intenciones de no despertarla.

Se sentía mal por haberle engañado pero había un motivo oculto el cual aún sentía su gélida presencia que estaba entre ellas.

Vainilla. —Llamo gentilmente, la nombrada se detuvo abruptamente cuando abría las cortinas para dejar entrar la luz del alba. La coneja soltó una leve risa.

¿Te desperté? —Se giro sobre sus pies, regresando sobre sus pasos deteniéndose una vez frente la cama, la eriza negó manteniendo sus párpados cerrados.

Llevaba un rato despierta. ¿Cream vino contigo? —Pregunto con esperanza de tener compañía nuevamente pero descartó esa idea ante el peso extra sobre la cama al tomar asiento.

Tenia que ir al colegio, pero no desesperes que en la tarde la tendrás a tu lado. —Una sonrisa invadió el rostro de la eriza, Vainilla palpeo su mano indicando empezar con la rutina mañanera que formaron ambas desde que la menor ingreso al hospital.

Amy se sentía algo inservible al no aconstumbrarse aún al lugar, se enfocaba en aprender de memoria los simples lugares de su habitación pero fallaba, no era igual que su hogar y aveces cuando se despertaba su conciencia le jugaba una mala pasada haciéndole creer que estaba en su antigua recamara provocando que se llevará unos buenos tropezones.

El señor Shadow llamo. —Vainilla hablo suavemente interrumpiendo el tren de pensamientos de la eriza.

¿Qué dijo? —Pregunto curiosamente siendo llevada al baño para que la enfermera empezará con su tarea asignada de ayudar a la pequeña invidente en tomar una ducha mañanera.

Que vendría por la noche, lamentablemente en su trabajo no han sido muy amigables respeto a su horario.

—Me sorprende que no haya explotado. —Murmuro con sorpresa pero después recapacitó, si el erizo se quedaba sin trabajo no podría aportar los gastos diarios del hospital, sus orejas se aplanaron.— Vainilla... —le llamo, la mencionada hizo un sonido que indicaba que le escuchaba al estar alistando la tina.— ¿Crees que pueda ayudarme en llamarlo después?... Quisiera desearle un buen día de labor.

—Por supuesto. —Afirmo la fémina con ternura, la más pequeña festejo más callo cuando la mayor empezó a desvestirla.

A los pocos segundo la coneja no contuvo un jadeó de sorpresa, Amy dudosa llevó su mirada a donde supone estaría ella.

¿Ocurrió algo? —Pregunta con inocencia, la mayor parece estar en duda en hablar o no.— ¿Vainilla?

—Es que... —Trago grueso.— Juraría que no tenía esos hematomas ayer, tampoco los rasguños. —Y para dar entender lo que decía con mucho cuidado tomo los brazos de la eriza.

Le ardió, pero se mantuvo serena, no quería llamar más la atención.

Oh. —Fue lo único que pudo decir, pues sabía que podría soltar de más y era lo que debía evitar.

¿No te duelen?

—Nop. Si no me lo hubiera dicho, jamás me hubiera dado cuenta.

—Amy, esto no es normal, sucedió lo mismo la semana pasada... ¿De casualidad alguien viene por... Las noches? —Su pregunta fue lenta, manteniendo su dulce tono con tal de convencer a la menor de hablar. Pero Amy nego.

El silencio que siguió fue abrumador para la menor, el baño fue lento ante los cuidados que tuvo la coneja a causa de su malherida piel, poco después de acabar todavía Vainilla tuvo la consideración de procurar sus heridas tomándose su tiempo en el baño.

Poco después se encontraba en la cama sentada y vestida, la mayor todavía se tomó las molestias de peinar sus cortas púas retirándose con la promesa de regresar pronto con el desayuno.

Amy se llevó su mano al brazo contrario rozando la manga larga de su blusa, sintió la textura de la tela en la llema de sus dedos y en su piel de su brazo la electricidad ante los rasguños adquiridos en la noche.

¿Cómo podría decirle a Vainilla que quien lo hizo no era alguien mortal como ellos?

Aparte de ser ciega la tomarían de loca. Suspiro derrotada y su cuerpo se crispó al sentir la temperatura de su habitación bajar.

Había vuelto.

Amyyyyy~ —Escucho sobre su oreja la voz cantarina del espectro provocando que brincara en su lugar, más unos brazos le sujetaron de la cintura atrayendola hacia el cuerpo contrario.— Te habías tardado, me sentí muy solo. —sollozo con tristeza mal fingida.

Soni-kun... Hace algo de frío. —Titiriteo apegándose más en el contrario, buscando algo de calor el cual claramente fue en vano.

Porque todo en él es frío.

¡Ups! Lo siento ames. —Inmediatamente le soltó agitando los brazos, la eriza suspiro cuando el cuarto retomo la temperatura normal.

Aveces se preguntaba cómo podía él afectar los grados en cualquier sitio.

Todo parecía ir normal lo cual agradeció. Aparentemente este momento iba hacer uno de esos días donde solo le abraza manteniéndose ambos en un silencio cómodo hasta que llegue su desayuno. Canto muy rápido Victoria la rosada y se reprendió mentalmente al confiarse pues a los pocos minutos sintió la respiración cerca de su cuello, la nariz fría rozando su piel provocándole ciertos escalofríos.

¿Ella te toco...? —Ya no estaba aquel tono juguetón o cantarin, no, estaba vez el erizo se encontraba serio provocando que la rosada tragara grueso.

—Lo normal, ella me ayuda a bañarme. —Aclaro temiendo que este tuviera otro arrebato y se desquitará con alguien ajeno.

Y tal como el ambiente se encontraba tenso inmediatamente volvió a la normalidad con la risa burlona del azulado, aferrándose más a ella como si temiera que se esfumará de sus brazos.

Soy muy celoso. —Se quejo con aparente puchero. Tanteando Amy llevo sus manos detrás de si, tocando las mejillas del contrarió y alzando la mirada, no lo podía ver y nuevamente se lamentaba de su condición.

Eres mi amigo Soni-kun y por ello te acepto como tal. —Sin poderse quedar con las ansias exprimió gentilmente las mejillas contrarias pero abruptamente fue detenida.

—Ese es nuestro problema ames... Yo quiero ser más.

Y después la beso.

A través Del Espejo【ىօɳɑмʏ】  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora