Capitulo 4.

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Dormí mal, muy mal. No quiero que Dylan sepa quien soy, no quiero que me moleste, estaba bien así, pasando desapercibida para todos. No quiero que me hable, el ya es popular, lo que significa dos cosas, o que me moleste y que el resto de los populares también lo haga, o que me hable y poco a poco la gente se pregunte quien soy, y así pasar de fantasma a conocida en solo días. En fin, deje de lamentarme y odiarlo por ser el y me digne a salir de la cama, me duche y me vestí con lo mas grande y menos llamativo que encontré, deje mi cabello suelto para que tape un poco mi cara, y me coloque mis lentes. Baje las escaleras y mi mama estaba limpiando la casa, como de costumbre, la salude y conversamos un poco, solo un poco porque me despierto de muy mal humor por las mañanas, y ella lo sabe, por lo que no busca mucha charla conmigo en esos momentos. Desayune y salí con rumbo al colegio. Cuando llegue entre directo al aula, y espere mirando disimuladamente hacia la puerta para ver si Dylan entraba. Al ver que entro el profesor y el todavía no llegaba di por hecho que ya no vendría y en ese entonces me relaje. Minutos después me volví a tensar.

-Disculpe la demora profesor.- Dijo Dylan una vez que el profesor le dio el paso, después de decirle que la próxima vez que llegue tarde se quedaría afuera. Camino hacia su lugar bajo la atenta mirada de todas las chicas, dejo la mochila en el piso y me dirigió una rápida mirada antes de sentarse. El profesor pidió silencio y empezó al fin con su clase. Las primeras horas fueron tranquilas, en el primer recreo me encontré con Romi, compramos dos paquetes de papas fritas Lays y nos quedamos sentadas en una banca hablando sobre Taylor Swift y lo hermosos que son los chicos de todos sus vídeos, suertuda.

Después de ese recreo entre al salón y solo estaban Dylan y un par de chicos mas. Tome aire y entre con la cabeza baja, cuando entro el profesor se sentó y se me quedo mirando, me estaba incomodando, así que le devolví la mirada con los ojos entrecerrados.

-¿Que quieres?- le pregunte lo mas fríamente que pude.

-Sólo quería saber si podríamos compartir tu libro, olvide mis cosas.- dijo el de manera aburrida.

-Ah, si, claro.- tomé el libro y lo puse en medio de la mesa, para que ambos pudiéramos leer y seguí con lo mío.

Después de un rato sonó el timbre que indicaba el otro recreo, salí y me encontré en la puerta del salón a Romi, me tomó del brazo y me dirigió directo a la cocina para comprar algo para comer, nos decidimos por unos alfajores y unos jugos, ya se, ya habíamos comido papitas, pero nose, el hambre nos puede. Esta vez no nos sentamos, sino que nos quedamos caminando por el patio, ella me hablaba sobre un chico que le gusta, pero el es tan idiota que no se da cuenta. Y así se nos pasaron los minutos que teníamos de recreo, hablando sobre lo idiota que son los hombres cuando se trata de sentimientos.

Última hora del día, estaba recogiendo mis cosas, ya que en unos minutos terminaría el horario escolar cuando me llamaron.

-Ey.- me llamó Dylan.

-¿Qué Dylan?- ¿porque me habla, no puede seguir con lo suyo?.

-Tu nombre es Sonia, ¿cierto?.- que idiota. Llevamos media semana juntos, y todavía no se aprendió mi nombre.

-Me llamo Sofia no Sonia, capullo.

-Es casi lo mismo, quería preguntarte, como seguro hiciste la tarea para mañana, ¿Me la pasas?- Santo Dios. Lo odio.

-¿Que te crees que soy?- conteste prepotente. Wow, yo no soy así.

-Esta bien, esta bien.- levantó las manos en señal de rendición. Pero, se acercó a mi oído y susurró.- y ni creas que no te reconocí, pequeña bailarina. Por cierto, que hermoso cuerpo, no tendrías que esconderte. Me gustaría disfrutarte preciosa.- dicho esto se dio vuelta y se fue.

Me quedé dura, mierda.

Hola chicas! ¿cómo están?, espero que bien. Me encantaría saber si les está gustando la historia. Por lo que...

Dos votitos y dos comentarios y la sigo.

Abby xoxo



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