Capitulo 6.

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Llegaba tarde a la primer clase, me había quedado dormida porque el maldito despertador no había sonado, por lo que me encontraba corriendo las dos cuadras que hay entre mi casa y el Instituto pero a pesar del esfuerzo que hice por apurarme llegue después de que sonó el timbre que indicaba que las clases empezaban. Toque la puerta un par de veces y cuando la profesora me permitió el paso abrí la puerta y entre bajo la mirada de todos mis compañeros. Odio estos momentos, me siento incómoda y todos te observan como si fueras un bicho raro, con caras serias intentando descifrar que hiciste, o porque llegas tarde, si pasó algo o simplemente te quedaste dormido o se atraso el bus. Tomé mi habitual asiento junto a Dylan, me saludó como siempre, pero esta vez me sorprendió cuando depósito un suave beso en mi mejilla para después volver a acomodarse y escuchar a la profesora como si nada. No me molestó, porque vamos, la mayoría suele saludar así, pero para molestarlo levante mi mano y me limpie la mejilla con ella, como si el simple hecho de que el me toque me repugnase. Eso le llamo la atención y se dio vuelta de forma que quedase mirando hacia mi.

-Si eso te molestó no me imagino que harás cuando haga esto.- dijo a la vez que esbozaba una pequeña sonrisita.

-¿Cuando hagas- no pude terminar cuando siento su lengua pasar muy lentamente por mi mejilla y dejar un camino de saliva allí. Iugh. Iugh. Iugh. Que asco. Ahora si se paso. Esto sí es molesto. No lo soporto.

-Eres un... un... ¡eres un asco! Te odio imbécil.- ¿en serio? ¿Eso es lo mejor que se me puede ocurrir?

-Wooow, no sabía que tenías esa boca amor.- dijo sarcástico.

-Señorita Galliano- me llamo la atención la profesora por encima de mi nuestras voces.- Afuera. Y usted señor McCall vaya a hacerle compañía.

Me levanté y salí enojada del salón, no era justo que por culpa de el baboseador de mejillas me castiguen. Ash, nunca me castigaron en los años que llevo en el Instituto, pero claro llega Dylan y tiene que arruinar mi perfecto expediente.

-Oh vamos muñeca, no te enojes. Sólo te sacaron del aula, no es como si te fueran a suspender o peor, a expulsar.- dijo lo más relajado posible.

-¿Qué no me enojé? Si mi madre se entera va a matarme.- dije ya muy alterada.

-Vamos linda, no es para tanto.- oh vamos, tal vez para el no sea tanto, pero si hay algo con lo que mi madre sea estricta es con el estudio.

-Pierdete.

-Ya que nos sacaron de clase por lo menos podríamos ir a dar una vuelta por el colegio ¿no?- preguntó inocentemente.

-No, no podemos. - en cuanto recibió esa negativa, tomó la parte de arriba de mi remera y me empezó a sacudir como hace Kiko, el del Chavo del ocho, y decir lo mismo una y otra vez daaale, di que si, anda, Di que si, es sólo una vuelta, por favor. A veces no se si tiene diecisiete años o nueve. Es lo más parecido a un niño que conozco. Aunque creo que esa faceta suya sólo la demuestra conmigo, ya que el resto de la población, tanto masculina como femenina, piensa que es el nuevo chico malo, follador descontrolado, y atrae zorras del Instituto. Si tan sólo vieran que es así de chiquilin, si.... creo que perdería su imagen.

-Sólo si prometes dejar de molestar.- esa sería una buena opción.

-Juro dejar de molestarte... al menos por hoy- murmuró lo último aunque lo llegue a escuchar.

-No me molestaras durante el resto del año. - si, con un día no hay trato.

-Dos días.

-Una semana- entrecerre los ojos.

- Tres días. -ash.

-¿No cambiaras de idea, no?- le dije totalmente rendida.

-Noup.- sonrió como niño, me tomó la mano y me llevo corriendo por todo el lugar.

Hey! Perdonen la falta de ortografía, estoy del celular. Capítulo corto, pero es lo mejor que me dejaron hacer, algo es algo no?

Abby ♡

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