Capitulo 8

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Estaba durmiendo muy plácidamente hasta que el despertador sonó, cortando lo que era un maravilloso sueño. Salí de la cama a regañadientes y coloque mis hermosas pantuflas de garritas. Camine hasta la cocina y comencé a prepararme el desayuno, bueno en realidad mucha preparación no tuvo, era leche con cereales pero es lo mejor que puedo hacer por la mañana. Desayuné tranquila y crucé la puerta que dividía la cocina del living y me tiré en el sillón para ver en Netflix una de mis series favoritas The Vampire Diaries. Iba por el cuarto capítulo cuando mire la hora, eran las 3pm y me había olvidado completamente lo de mi cita, ¿cita? No, salida, salida de amigos claro.

Después de mi mini ataque producido por no saber que hacer, y los nervios claro esta, decidí llamar a Romina para contarle de la salida, ya que era sábado y no había tenido la oportunidad de hablar con ella desde el viernes luego de clases.

-¿Hola?- atendió ella.

-Hola ro, soy yo, Sofi. -escuche un ruido desde la otra línea.

-Oh ¡Hola So! ¿Cómo estas?- preguntó alegremente.

-Bien estoy bien, ¿y tu? -luego de que Ro dijera un sutil bien seguí con lo importante.- Tengo algo que contarte.

-Escupe.- respondió feliz.

-Digamos que... voy a salir con Dylan- escuche un chillido medio de felicidad medio de sorpresa de su parte.

Cuando se calmó y me dejo hablar decidí contarle el incidente con Melanie y como Dylan me había defendido. Unos minutos después ella se encontraba en mi casa, me pidió que le cuente de nuevo lo mismo pero con más detalle, estaba feliz pero de un momento a otra su cara se tornó completamente seria.

-Amiga, creo que le gustas al mujeriego. Y eso, eso es un problema. No te ilusiones Sofi. Recuerda que sólo llevamos unos meses en el Instituto y el ya rompió muchos corazones. -me dijo mirándome totalmente seria mientras que dejaba de revolver mi ropa.

-Tranquila, es una salida de amigos. Nada malo puede pasar, a demás...No soy tan tonta como para enamorarme de el. -¿o si?

Al escuchar esa respuesta volvió a sonreírme y siguió revolviendo el armario. Saco unos jeans negros de tiro alto junto con un top blanco con un símbolo infinito y la palabra love estampado en el. Se agachó y debajo de mi cama sacó unas zapatillas Adidas negras, con un poco de taco oculto, y detrás de la puerta sacó del gancho mi chamarra de cuero negra. Si... creo que Romi conocía mi habitación mejor que yo. Acomodo las cosas sobre la cama y prácticamente me empujó al baño.

-Sácate la ropa, métete y báñate. Vamos, apúrate que hay que dejarte espléndida. Ahora, me voy al living, tengo que ver mi serie. -dicho eso se dio vuelta y cerró la puerta. Por Dios, que chica.

Después de unos 30 minutos debajo de la relajante ducha salí y me envolví toalla, tome otra e hice lo mismo con mi cabello. Salí del baño y al entrar en mi habitación Romi se encontraba acostada en mi cama con mi tablet en mano. En cuanto me vio suspiro.

-Dios chica, te tardaste mucho. Vi casi un capitulo completo. -me reprochó.

Me sentó en la silla, sacó la toalla de mi pelo y comenzó a desenrredarlo, lo seco e hizo un par de bucles en las puntas. Saco su porta cosméticos de la cartera y prácticamente me amenazó con cortarme el pelo si no me quedaba quieta y se acercó a esparcir toda esa cosa por mi cara. Nunca me había maquillado mucho, me gustaba verme más bien natural, sólo en ocasiones especiales como bailar en el teatro por ejemplo, o algún cumpleaños pero no mucho más que eso. Tenía miedo de quedar mal, o con exceso de maquillaje, pero una vez que me vestí, la maldita extorsionadora de mi amiga me dejo verme al espejo y me sorprendí mucho con el resultado. Tenía sobre el parpado superior una oscura linea negra dándole forma y un poco de máscara de pestaña que dejaba mi mirada mucho más marcada, esto junto con mis labios pintados de un rojo mate que hacia que la atención se fijara en ellos por lo fuerte de la tonalidad.

-Estas hermosa.- aseguró ella. Miro la hora en su reloj y se sorprendió. - son las siete menos diez, mejor me voy. - me abrazó y se fue.

Unos minutos después escucho el timbre de la puerta. Salí del baño casi disparando y atravesé corriendo el comedor para después darme cuenta de lo que estaba haciendo y frenar de golpe para calmarme. Una vez controlada acomode como pude mi pelo y tome la llave para abrir la puerta. Respire y me decidí a abrirla.

Mil perdones por desaparecer chicas! Es que tuve un par de problemas, a demás de que comenzaron las clases y eso... prometo actualizar más rápido.

Abby

One step for loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora