Personas que solo puedes querer u odiar.

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"Se habían acabado las navidades, el frío ya había calado en todas las casas y solo quedaba despedirse de las navidades un año más.

Mis padres por su décimo aniversario habían decidido ir a las afueras de la ciudad a pasar un fin de semana, plan que rechacé totalmente, quedándome sola en casa dos días enteros. O eso pensaba.

Había acabado de cenar hacía una media hora. De hecho,  iba a irme a dormir, el día había sido agotador y al dirigirme hacia mi habitación, empezó a sonar el timbre sin parar, cosa que me enfurecía y agotaba mi poca paciencia en cuestión de segundos.

Al abrir la puerta, una silueta de metro ochenta se posaba ante mis pies. Sonriéndome, sin parpadear dejándome analizar cada rincón de su cuerpo , o eso creía. Hasta que me cogió del brazo derecho, llevándome a tirones hacia el salón. Mi resistencia era nula, el simple roce de su mano con mi brazo derecho ya conseguía estremecerme.

-No es por nada, pero.. ¡¿Se puede saber qué coño haces?!.-Pues intentándome soltar de sus brazos gritaba.

-Venía a felicitarte el año.- Respondía cruzándose de brazos ante mi.

- Qué quieres.- Contesté mirando hacia otro lado.

-Que me hagas compañía esta noche. Ya que no me has dado ni un bizcocho de bienvenida vecinita. Será que no te acuerdas cómo llegué a este edificio.- Bromeaba mientras se rascaba la nuca, mirándome fijamente. 

Siempre conseguía ponerme nerviosa, pero esta vez quien tenía la sartén por el mango era yo, o al menos eso pensaba.

-Qué quieres. Tengo sueño.- Señalando la puerta con la mirada le contesté secamente intentando imponerme.

En ese mismo instante, el timbre volvió a sonar, cosa que me inquietaba sabiendo a quién tenía a escasos metros. Me dirigí hacia la puerta, era la policía. 

Al abrir la puerta, un hombre de mediana edad vestido de uniforme con cuatro hombres más se aproximó a mi puerta y dijo:
-Buenas noches, lamentamos la molestia y más a estas horas, por casualidad usted no conocerá a Sergi Sánchez? Muchacho que vive en el bajo B, en este mismo edificio? Pelo rubio, ojos claros normal de peso y metro ochenta y cinco?

Nunca me había gustado tener relación con la policía, de la misma manera que negué cualquier cuestión que me formularan al describirme a Sergi, a pesar de que al cerrar la puerta de mi casa, había desaparecido del salón. 

Lo escuchaba reírse, pero no sabía dónde estaba. Me dirigí hacia mi habitación después de haberlo llamado tres veces son fruto alguno, hasta que al tumbarme en la cama, una mano salió por debajo haciéndome cosquillas sin que su risa cesara.- Sí te pido una explicación a que lleves una semana desaparecido, no me la darás, ¿no?.- Me resigné a preguntarle mientras se sentaba a mi lado.

-He visto muchas películas de Bruce Willis, confía en mí."

Siempre había tenido ese don.-Por llamarlo así.- de la inoportunidad, pero también de sacarme de quicio. Y ahí aprendí que es de esa clase de personas que solo puedes querer u odiar, que su forma de ser es su forma de vivir. Sin pararse a mirar el bonito paisaje que es Barcelona por la noche, o si cada noche a las 23:30, hay una pareja de enamorados que discuten primero y después se comen a besos, o si la cafetería donde tomamos el café cada día, ha cambiado de dueños.

Si sale cara, sale bien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora