¿Qué dices que me das a cambio..?

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Desde aquella mañana, parecía que evitaba mi presencia y eso que no era consciente de lo que me dijo medio dormido, cosa que me hizo suponer su nivel de interés por mí, cosa que decidí que cambiara, como fuera.

''Había pasado media hora desde que había salido de la ducha, siempre me gustaba quedarme un rato más cuando no tenía nada que hacer, de hecho eso hacía con un auricular en la derecha hasta que sonó el timbre. Una, no no. Dos veces.

Decidí enrollarme la toalla, e ir a mirar quien estaba tras la puerta. Claramente, esa forma de picar era Sergi. Mi mente esbozaba una sonrisa irónica, pero mi corazón no podía evitar ir a mil por hora.

Abrí la puerta, estaba más moreno de lo habitual, y eso hacía que los ojos verdes se lucieran mejor. Llevaba una camiseta azul y un pantalón a juego, parecía venir de entrenar, con esa estúpida sonrisa que era capaz de alterarme por cuestión de segundos.

-Buenos días Sarita, ¿está tu madre? .- Pues me saludaba mientras se rascaba la nuca intentando no mirar la distancia entre mi toalla y la parte superior de mi rodilla.

Apoyándome en el marco de la puerta dije: -No, no está. Pasa. Sin bajar la mirada ni un solo centímetro se adentró por el pasillo, parecía no querer o no poder mirarme a la cara, supongo que la toalla tampoco ayudaba.

Se giró apoyándose en la pared del pasillo que daba al baño, mirándome fijamente.

-Estoy sin llaves. ¿Podrías dejarme las que tiene tu madre..?

Esta era la oportunidad de devolverle todas las veces que me había puesto nerviosa a mi, pues eso intenté:

Me dirigí hacia la caja de contadores, mi madre aprovechaba para guardar las llaves, pues ahí estaban las de Sergi con un llavero rojo.

Volví hacia dónde estaba él, ni se había inmutado, hasta que notó como me acerqué a él, hasta debajo de su oreja susurrándole que qué me daba a cambio de darle las llaves, cuya reacción fue alejarse, bastante tenso respondió:

-Los buenos días Sarita, los buenos días.
-Prefiero otra cosa...- Pues dije deslizando mi dedo índice por su pecho. Se volvió a alejar, y esta vez entre tartamudeos dijo:

-Prefieres que se lo diga a tu hermano o.. ¿Qué?

Riéndome, logré encogerme de hombros, viendo como iba pasillo abajo hasta llegar a la puerta de la calle, de la misma manera que cuando escuché la puerta cerrarse, a su vez también un '¡Aaaah!' Proviniendo de Sergi, ya era demasiado, y aún tenía las llaves de su casa, a la entrada de esta a placer mío.'

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2016 ⏰

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