Hoy si que si, ya era lunes...un coñazo...ya era lunes...un royazo...
Abrí los ojos con toda la pereza del mundo sobre mí. No había cosa que mas odiara que un maldito Lunes. Quité las sabanas de encima mía y perezosamente me levanté y me dirige para la ducha donde abrí el grifo haciendo que cayeran las gotas de agua por todo mi cuerpo, sentía como golpeaban suavemente contra mi piel y se dividían en pequeñas gotitas las cuales caían al suelo de la bañera y acababan desapareciendo de mi vista. Finalice mi ducha cerrando el grifo, salí y envolví mi cuerpo en una toalla y a continuación envolví otra en mi cabello mojado por la ducha. Me vestí con un jersey blanco con pipitas negras, unos vaqueros negros rajados por ambas de mis rodillas, unas botas militares del mismo color que mis vaqueros y en mi cabello simplemente lo sequé dejándole mis típicas ondas. Apliqué un poco de rímel en mis pestañas para resaltarlas un poco mas y un poco de coloretes para darle rubor a mi rostro pálido. Salí de mi habitación no sin antes ponerme mi típica chaqueta vaquera ancha con un pañuelo oscuro liado sobre mi cuello para no pasar frío.
Bajé a la cocina para ver a mis queridísimos hermanos a los cuales amo taaanto que que se yo (nótese la ironía).-¡HOLA MAMA!- Grité con alegría. La verdad es que debo admitir que hoy me e levantado con alegría y emoción a pesar de que sea Lunes. Bueno al principio me a costado salir de la cama pero a quien no le da todas las mañanas pereza de levantarse cuando en la cama se esta más que bien y además calentito y mas en los inviernos donde cuando sacas un pie de debajo de los edredones sientes como el frío envuelve tu pie y poco a poco lo convierte en un pequeño trozo de hielo.-¡HOLA MOCOSOS INCORDIANTES!
-Hola hija, veo que hoy te has levantado de buen humor y eso que es Lunes...-dijo eso último un poco bajo para que no la escuchara ya que obviamente sabía que los Lunes para mi eran horribles, mortales, catastróficos...en fin, como quieras llamarle.
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Terminamos el desayuno entre risas como siempre que comíamos juntos y nos dirigíamos en el coche dirección al instituto para empezar la semana con exámenes y más exámenes pero era normal ya que esta iba a ser la última semana del primer trimestre dado a que las vacaciones de navidad estaban a la vuelta de la esquina y nada mejor dicho.
Habíamos llegado ya a nuestro destino así que nos bajamos y nos dirigimos juntos a entrar.-Bueno Thomas yo me voy para la cafetería ya que tengo libre pues el profesor dijo en su última clase que hoy no vendría por problemas familiares-le comenté a mi hermano- espero y te deseo toda la suerte del mundo con tu examen de matemáticas idiota- le di un leve golpe con mi puño en su hombre y le sonreí.
-Gracias mocosa- me dio un abrazo y nos despedimos cada uno cogiendo por su respectivo camino.
Me encontraba sentada en una de las mesas de la cafetería pegada a la ventana con mis cascos puesto cuando siento que alguien se sienta enfrente mía. Lo observo detenidamente, es demasiado guapo como para no haberme dado cuenta antes, sí, era mi vecino, Finn, y si, estaba admitiendo que era demasiado guapo, pero lo que es verdad es verdad y aun que me duela decirlo es muuuy guapo.
-Hola Finn- dije como si nada.
-Hola vecina-sonrió.
¿Nunca se cansa de sonreír o que?-¿Cuando dejaras de llamarme vecina? ¿Y cuando dejaras de sonreír tanto? Es molesto- refunfuñé.
-Nunca, nunca y...¿el que es molesto? ¿El sonreír o el llamarte vecina?
-Rodé los ojos- Ambas cosas idiota.
-Aahhh, pues te aguantas. Tu eres demasiado quisquillosa y demasiado antipática y no te digo cuando dejaras de serlo- dijo algo...¿enfadado?
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Reglas #Wattys2016
Ficção Adolescente-Así que eres la nueva- dijo quitándome un trozo de mi croissant. -Supongo- dije pasando por alto lo que había hecho con mi croissant. -¿Y tu nombre es? -Jane ¿ y tu eres...?- dije alargando la última palabra para que me dijera su nombre. -Finn Har...