Capítulo 2

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Las siguientes dos clases pasaron bastante rápido, Niall se mostraba muy distante desde que yo le había intentado prestar mi ayuda. Ahora estaba frío y ni si quiera miraba hacía mi sitio, no apartaba la vista de ninguna cosa que no fuera la pizarra o sus cuadernos. 

Yo le miraba intrigada, ese chico tenía algo que me daba curiosidad. Tal vez fuera el hecho de que estuviera pasando por lo mismo por lo que yo pasé una vez, o tal vez, me intrigaba el no saber que le había llevado a acabar pensando que eso era lo único que podía hacer.

-RIIIIINNNNNNGGGGGG -la campana que indicaba el el comienzo del recreo sonó. Todos salieron atropelladamente del aula, parecía que si no salían lo antes posible se quedarían encerrados. Yo no tardé en salir, tampoco me gustaba estar en aquel sitio. Cogi mi bocadillo y me dirigí a la salida.

Todo el mundo ya estaba situado junto a su pandilla de amigos, comentando seguramente lo que habían hecho en este verano.

Entonces es cuando me di cuenta que yo no tenía ninguna pandilla con la que juntarme, estaba sola completamente y ahora si que me importaba. Una honda sensación de tristeza recorrió mi cuerpo, estar sola en la clase me daba igual ya que podía aislarme un tanto de esos pensamientos atendiendo al profesor o simplemente escribiendo en el cuaderno cualquier chorrada que ese día rondara por mi cabeza. Pero en el recreo era distinto, alli no me podía distraer con nada, es más, lo que conseguía era recordar más y más mi soledad al ver a toda esa gente ya con su pandilla formada en la que no era fácil entrar.

Solo había otra persona que estaba sola como yo, Niall. Los nuevos solían estar un poco perdidos en los primeros días, y se juntaban entre ellos para no sentirse solos. Pero él no, él estaba solo en un banco, comiendose su media mañana y con la mirada perdida en el horizonte. Solo con mirarle sabía que en ese momento su mente no estaba en aquel lugar, sino que volaba muy lejos de alli perdida en cualquier otro recodo del universo que le hacía sentirse bien. Aún así, no parecía que le importara no tener a nadie a su lado ahora mismo, es más, parecía que lo disfrutaba.

Me acerqué a él, yo sin embargo si quería poder entablar conversación con alguien. Él se dió cuenta de mi presencia y rápidamente se levantó para irse.

-No, no te vayas. Prometo que no te molestaré -le dije intentando persuadirle para que se quedara

-Con estar aqui ya me molestas, no quiero que te compadezcas de mi ni nada por el estilo. No lo necesito 

-Mira Niall, no quiero empezar con mal pie. Asi que prometo no hablar de ello si tú no quieres, pero ninguno de los dos tiene amigos con los que juntarse hoy. Por lo que creo que al menos deberíamos hablar un poco ya que tambien somos compañeros.

Después de decir eso Niall me miró durante un rato, y se volvió a sentar junto a mí.

-Está bien, a mi tampoco me gusta estar solo -me dijo- pero nada de hablar sobre lo otro, por favor. 

Yo asentí con la cabeza, ya habría tiempo de hablar de los cortes, de momento me valdría con hablar de lo que fuera con él. Se mostró bastante simpático, pero aún así sabía que escondía algo. Durante el resto del recreo él me estuvo hablando de sus abuelos, eran irlandeses pero él había nacido aqui. Eso fue lo poco que me dijo de su vida, ni si quiera mencionó a sus padres. Lo cual me extrañó bastante asi que quise preguntar.

-¿Y tus padres nacieron aqui tambien?

Al momento me arrepentí de haberle preguntado eso. Niall se calló totalmente, y pude notar como sus ojos se volvían vidriosos, a punto de llorar. Creo que había dado con el porqué de su sufrimiento. 

-RIIIIIIIIINNNNNNNNGGGGGGGGG -sonó de nuevo la campana que indicaba el final del recreo. Mientras todos intentabamos apurar los últimos segundos para ir al baño o comernos los últimos troos de bocadillo, Niall salió corriendo. Supe al instante que lo que no quería era contestar a mi pregunta.

Me dirigi  a las escaleras para volver de nuevo a clase, y fue en ese momento cuando una preocupación repentina invadió mi mente, ¿y si después de hacer esa maldita pregunta había echado por tierra todo el avance que había conseguido? ¿Y si después de eso Niall volvería a encerrarse en si mismo y en su soledad? Crucé los dedos para que eso solo fueran míseras preocupaciones sin importancia, necesitaba volver a hablar con él, ya no solo por mí y mi empeño de tener algo con lo que distraerme este curso, ese chico había conseguido que de verdad quisiera ayudarle. Sabía que lo estaba pasando mal, sabía que posiblemente si nadie le ayudaba en un par de meses acabaría por suceder lo peor. Y eso era lo que más miedo me daba. Debía encontrar la forma de poder pasar más tiempo con él.

Cuando me di cuenta mis pasos desafortunados ya me habían conducido a mi clase, ya había retomado la costumbre. 

Miré hacía mi pupitre, Niall ya estaba allí sentado, en silencio. Como siempre. 

Al sentarme a su lado ni si quiera me miró, deseé con angustia que eso solo fuera porque no me había visto entrar y no porque ya no quisiera volver a hablar conmigo. Le miré a los ojos, esperando que me dijera algo, lo que fuera. 

Pero algo estaba mal, sus ojos estaban enrojecidos, y no creo que fuera la alergia. Había llorado, podía notarlo. Y sabía porqué había sido, decidií ignorar ese hecho y centrarme en retomar la conversación.

-¡Qué rápido te has marchado! Parece que quisieras dar de nuevo clase 

Niall ni si quiera se inmutó. Entonces Noelia, la profesora de lengua cruzó el umbral y la clase empezó, lo que no sabía es que esa clase iba a marcar el comienzo de algo más que una amistad.,

-Hola chicos, ¿qué tal vuestro verano? Espero que bien -dijo mientras recorrió su mirada por todos nosotros- para que no os durmais en los laurales y empeceis este curso con fuerza. Mandaré un trabajo en parejas -un susurro de disgusto y enfado recorrió la clase como la pólvora. Eso es lo que pasaba al nombrar la palabra "trabajo" nada más terminar las vacaciones. Noelia se dió cuenta y siguió hablando

-Vale chicos, callaos. Ya sé que no os hace mucha gracia pero es lo que hay. El trabajo tratará sobre el señor Arthur Conan Doyle, irá para nota. Y las parejas serán os compañeros de pupitres. Asi que chicos,  trabajaoslo.

Yo miré a Niall y él me devolvió la mirada, sabía lo que eso significaba. Íbamos a tener que pasar mucho tiempo juntos si queríamos que nos saliera bien. Y en ese tiempo iba a desvelar todo lo que aquel chico escondía, esos secretos que no habían salido más allá de su mente. E iba a ser yo los que los escuchara. Mi oportunidad había llegado.

El niño que quiso ser ángel. (Niall & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora