Capítulo 4

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Corri más rápido de lo que jamás había hecho. No miré atrás en ningún momento, aún tenía miedo de encontrarme con aquel hombre que había derrumbado a Niall. Podía notar sus ojos fríos y azules clavados en mí; por mucho que intentara quitarme esa imagen en la cabeza parecía que hiciera lo que hiciera jamás podría olvidar aquella mirada.

En seguida llegué a mi casa. Y fue cuando me di cuenta que jamás había corrido tanto y que debido a eso, un dolor incesante me acosaba en la zona del abdomen, flato.

Al entrar en casa, mi madre salió rápido a recibirme. En cuánto me vio pude notar como me miraba asustada. Supongo que entre lo que acababa de ver y la carrera que acababa de hacer mi cara sería un reflejo de todo aquello; la cara es el espejo del alma solían decir, y en este caso creo que tenían razón.

-_________ ¿Te...te pasa algo? -dijo mi madre tocándome la frente para comprobar si estaba enferma.

-Nada mamá tranquila, llegaba tarde a un sitio y he corrido mucho. Tranquila -la dije mientras retiraba su mano de mi frente- Aún así, no me encuentro bien. No creo que coma.

Antes de que mi madre pudiera decir algo en contra, subí rápido a mi cuarto. Debía reflexionar sobre todo aquello, no es que quisiera, pero sabía que tarde o temprano debía hacerlo.

Cerré la puerta de la habitación y me tumbé en la cama mirando al techo.

En seguida recordé todo lo que hace unos minutos acababa de ver, no es que eso me fuera a ser fácil de olvidar. Tenía claro, que posiblemente esa era la razón de porque se cortaba. Aún así había cosas que aún no llegaba entender. Como por ejemplo, ¿es que nadie le había preguntado nada acerca de los constantes cortes? ¿nadie se había fijado? No creo que su padre fuera de pronto asi de violento. Sabía que solo había dos formas posibles de que se volviera así. O que lo fuera por naturaleza debido posiblemente a ser criado entre palizas o algo lo suficientemente trágico y duro le convirtió en ello. 

No sabía cuales de aquellas dos teorías podía ser la adecuada, tal vez incluso ninguna lo pero la única forma de averiguarlo era hablando con Niall.

Sin darme cuenta, mientras seguía teorizando sobre el porqué de aquellos pensamientos, caí presa en los brazos de Morfeo.

-¡___________! ¿Dónde estás? ¿Qué estás haciendo? -gritó mi madre desde el piso de abajo despertandome

Me reincorporé de golpe en la cama. Unas gotas de sudor frío recorrían mi mejilla. Me encontraba un poco desorientada, tardé en recordar que me había provocado aquel sudor frío. De nuevo aquellos ojos azules fríos se clavaban en mí. Un escalofrío se apoderó de mi cuerpo.

El tictac del reloj me recordó que había quedado con Nialla las 18:00 y ya eran las 17:15. Me tenía que dar prisa si quería llegar a tiempo. Solo en ir a la biblioteca tardaba 30 minutos andando rápido. Tenía que ducharme y vestir en 15 minutos, lo cual era un reto para mi, nunca había hecho todo eso tan rápido pero esta vez debía hacerlo, no debía llegar tarde a mi cita con Niall, necesitaba todo el tiempo posible para averiguar todo lo que pudiera sobre él antes de que se fuera.

Tardé en arreglarme tan solo 10 minutos de los 15 que tenía de limite asi que decidí aprovechar los 5 minutos que me habían sobrado para llegar con tiempo de sobra a la biblioteca.

Llegué con los 5 minutos de antelación como había planeado, pero aún así, en seguida vislumbre a Niall sentado leyendo un libro en la mesa del fondo. La más alejada. Como siempre, quería estar sin que nadie le molestara hasta que yo llegara.

Mientras me iba acercando hacia él las dudas volvieron a asaltar mi cabeza junto a todo lo que había visto antes en su casa sin que él lo supiera. ¿Cómo se suponía que iba a abordarle acerca de ese tema? ¿Qué le diría? ¿"Niall ayer decidí seguirte porque tenía mono de actuar como Sherlock Holmes y casualmente vi como tu padre te pegaba"? ¡No podía decirle eso! 

El niño que quiso ser ángel. (Niall & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora