Era una calurosa tarde de domingo, su familia se encontraba en la cocina. El pequeño Louis vestía su mejor camisa y pantalones suspendidos por unos tirantes que lo hacía ver más adorable.
Con solo diez años Louis era más alto que el promedio de niños de su edad, sin mencionar que era más listo y talentoso; justo ahora se encontraba tocando el piano.
Ejecutaba la pieza con maestría, una balada sin igual sin embargo compleja para la mayoría de los niños, para elisa.
A mitad de la pieza Louis se vio extraído de su universo especial gracias a la intromisión de su hermana menor; Felicitie le tocó el hombro.
-Es bueno que seas tan talentoso Louis.-por primera vez el castaño pensó que era un cumplido genuino.-No es como si pudieras confiar en tu aspecto físico para tu futuro.
La pequeña de seis años se alejó hacia la cocina bajo su atenta mirada. Era increíble como una pequeña aparentemente inofensiva podían tumbar sus defensas con tanta facilidad, hace un momento se sentía feliz y dichoso tocando para enriquecerse.
Y es que no podía culparla.
Con su vestido color blanco y sus rizos de chocolate cayendo con dulzura enmarcando las facciones de una muñeca de porcelana; todo en Felicitie era perfección.
En cambio él pensaba que era alto, desgarbado y tenía las facciones demasiado toscas, sus manos eran pequeñas a comparación del resto de su cuerpo y su cabello era un desastre mestizo entre rubio y castaño.
-¡Louis ven acá! .-escuchó como su madre lo llamaba desde la cocina.
Con pasos grandes y decididos como su madre le había indicado hasta el cansancio.
-Si mamá.
El pequeño venciendo la imponente presencia y el temor que le provocaba su madre trató de pararse lo más erguido posible.
Con una mirada poco menos despreciativa la madre se dirigió al pequeño.-Necesito que lleves la sopa al comedor.
Señalando el pesado recipiente la mujer volvió con su labor de cortar vegetales mientras tarareaba junto a Felicitie.
Louis con manos lo más firme posibles tomó el recipiente y al instante le abrasó los dedos.
El eco del cristal rompiéndose fue predominante, la gran mancha extendiéndose por el suelo y salpicando el inmaculado vestido blanco de su hermana.
-¡Pero que has hecho! ¡Mira lo que le hiciste a tu pobre hermana!.-su madre molesta y preocupada se apresuró a consolar a la pequeña en llanto.-Ya cariño, te compraré otro vestido nuevo ¿está bien?
La pequeña quien lloraba desconsoladamente interrumpió su lamento para gritarle al pequeño.
-¡Eres horrible! ¡Una bestia horrorosa!
Los ojos llorosos de Louis miraron a su madre con dolor esperando que ella lo consolara a él también, sin embargo lo único que recibió fue una mano en su mejilla derecha. La fuerza del movimiento lo llevó al suelo y apenas atinó a amortiguar el impacto con su brazo.
-¡Eres una vergüenza Louis! ¿Por qué demonios no pudiste ser una niña?.-la madre encolerizada se alzaba imponente sobre su hijo.-Tuviste que arruinarlo todo, con tu falta de encanto, tus facciones mal hechas; sabes que estás arruinado ¡y ahora quieres hacer lo mismo con tu hermana!
Las fuertes palabras hacian mella en el autoestima del pequeño quien sollozaba desconzolado mientras su madre lo alzaba por la camisa y le zarandeaba sin delicadeza.
-¡No eres más que un error! ¡Igual que tu padre sólo quieres destruir lo que esta a tu alcance!
Ahora, su madre lo había dejado caer como si de un trapo se tratara y en un intento en apoyarse en algo tambaleó el mueble donde su madre anteriormente cocinaba.
Los utensilios cayeron al suelo, el sonido del metal parecía un llamado.
El castaño miraba la ternura con la que su madre trataba a su hermana y no pudo recordar una ocasión en que a él se le tratara igual o al menos con cariño.
Poco a poco sintió como el calor de la ira se apoderaba se su pequeño cuerpo.
Su madre nunca lo había tratado con palabras dulces o lo había arropado por las noches y jamás lograba agradarla; en cambio Felicitie lo hacía.
Miró a su lado la reluciente y pequeña hoja de plata y decidió imitar lo que vio en una película.
Lo siguiente que vio fue un líquido rojizo manchar la inmaculada ropa de su madre mientras ella se deshacía en el suelo abriendo y cerrando la boca; Louis pensó que se parecía a un pez fuera del agua.-¡Tonto! ¡Eres una bestia tonta!.-el chillido de su hermana interrumpió la leve sensación de bienestar.-¡Aléjate! ¡Vete a otra parte! ¡Mounstro sucio!
Arrugó el espacio entre sus cejas y con el arma en mano se acercó a su hermana. Esta solamente siguió gritándole insultos mientras lloraba.
Repitió el movimiento y pensó que el rojo que empapaba el pecho de su vestido blanco era hermoso.
Con las dos durmiendo en el suelo Louis se sintió más tranquilo y se encaminó a su habitación pasando por el odioso pasillo de espejos.
Pero algo en él era distinto.
Se detuvo a observarse y descubrió el brillo en sus ojos y en lo bonitos y grandes que se veían, después notó que su cabello ya no se veía mestizo y que ahora era un bonito castaño.
Entonces todo tuvo sentido para él.
Había absorbido la belleza.
¡Hola!
Bueno esta es mi primer historia, así que les pido que sean amables y que si les gusta dejen su voto y comentario que me motiva a seguir♡
Por su atención, gracias.《Fecha de inicio: 15•01•16》
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Disturbed Souls
Ciencia Ficción"-No hay misterio Harry, no soy un superhéroe o un mago.-el ojiazul conectó las miradas.-¿Por qué no aceptas que soy genuina y locamente felíz? Harry negó.-Simple, considero cínica la idea de presumir felicidad absoluta.-Citó perfectamente sus palab...