-Estaba yo en mi vivero haciendo pócimas como era habitual, pero de golpe, escuché una voz inesperada que hizo que me asustara y que el recipiente que tenía en las manos se me resbalara y cayera al suelo transformándose así en trozos diminutos.
Me giré y pude ver que era mi madre.-
¿Fiona? ¿Qué haces aquí?
-Le contesté extrañada.-
-No tengo la mejor relación madre e hija que se puede tener, odio a mi madre, con todo mi alma. Ya se que tengo 41 años pero esa mujer me abandonó cuando era pequeña en una academia de brujas y entonces una mujer de cabellos anaranjados cuidó de mí, ella es mi verdadera madre. Myrtle lo es todo para mí, fue quien me cuidó y me hizo tal como soy, menos mal que no me parezco en nada a mi madre, ella es una perra sin corazón que se aprovecha de la gente.
La miré de arriba abajo venía con tales aires de superioridad que me caían repelentes, no quería que se quedara mucho tiempo ahí mirándome, me ponía nerviosa. Entonces se quitó sus gafas de sol negras y me miró, parecía que su mirada me traspasaba el alma como un rayo, abrió la boca formulando unas palabras, lo que decía me era irrelevante e indiferente, no me importaba su vida.-
Delia pequeña... Como has crecido. -Me contestó.-
No vengas buscando amor donde no lo vas a encontrar, Fiona.
-Le contesté, no me gustaba llamarle madre ni mamá pues no la considero parte de mi familia.-
¿Todavía piensas que vas a ser algo haciendo estas pócimas que no sirven para nada? ¡Por dios Delia que eres hija de la Suprema, haz cosas que sirvan de algo!
-Me dijo con un tono un tanto desagradable y antipático.-
Primero, no me llames Delia, me llamo Cordelia, segundo, es mi vida y hago con ella lo que me interesa y tercero, todavía no me has dicho por que estas aquí, no creo que hayas venido a verme o a recuperar a tu hija, eso sería impropio de ti.
-Dije esperando a que me respondiera la pregunta, me daba igual pero esta es mi Academia De Jóvenes Brujas y no quiero que se entrometa. Se me olvidó comentar que estoy felizmente casada con un hombre llamado Hans pero eso mi madre tampoco lo acepta, lo normal vamos.-
Cordelia he venido por que soy la Suprema y aparte soy tu madre ¿No puedo venir a ver a mi hija?
-Me dijo con un intento de tono amable.-
Pues... No. No puedes porque me abandonaste.
-Antes de que pudiera decirme nada salí del vivero subiendo hacia la planta de arriba dirigiéndose a la cocina donde estaban 4 alumnas de la academia, Quinnie, Nan, Madison y Zoe, mi madre me siguió, yo intentaba evitarla pero no quería ceder y yo tampoco lo iba a hacer. Acabamos las dos en la cocina donde estaban las alumnas las cuales nos miraron fijamente.-
¿Quién es esa mujer? ¿Quien eres?
-Preguntaron las cuatro alternando la mirada hacia mi madre y a mí. Bajé la mirada cruzándome de brazos y cuando les iba a contestar Fiona me interrumpió, como era habitual ella siempre quería destacar.-
Soy la madre de Cordelia, Fiona... Fiona Goode y también soy la Suprema.
-Eso último lo dijo con aires de superioridad alzando la barbilla, pues se sentía orgullosa de ello.-
¿Es tu madre Cordelia?
-Preguntó Zoe intrigada mientras las demás escuchaban con atención.-
Sí... Es mi madre...
-Contesté, "Por desgracia sí..." Dije para mi misma con decepción.-
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La vida de Cordelia.{Foxxay}
RomanceCordelia Foxx es una mujer casada felizmente, directora de la academia de jóvenes brujas que vive muchos dramas, ella es una bruja que no sabe todo el potencial que tiene y esta apunto de experimentar nuevas cosas que van a cambiar su vida por compl...