Es muy pequeño, Jesús, pero a la vez muy grande.

719 53 7
                                    

- No hace falta que le debas de querer como a un hermano.

- ¿Qué pensarían todos?

- Lo que piensen los demás está de más.

Agacho la cabeza y suspiro. Quizás el destino nos haya hecho hermanos para unir nuestra fraternidad, no nuestro amor.

(...)

- Venga abre los regalos -dice la hermana de Eva.

Sonrío y asiento. Ésta familia es muy agradable.

Abro la boca al ver un colgante en el que pone "Amy" en oro. ¡Es realmente precioso!

-¡Me encanta! Es precioso, muchísimas gracias.

Abro el siguiente de mi hermano Daniel. ¡Son unas superstar!

- Dios, ¡me encantan! Te quiero muchísimo muchas gracias.

En una hora ya me veo estrenandolas. Típico.

- Toma -dice Jesús entregandome un sobre.

Lo cojo y lo abro. Nonono, esto no puede estar pasando. Somos él y yo con 9 años en el patio del orfanato. Millones de recuerdos se me vienen a la mente y no puedo evitar derrumbarme delante de todos.

Aquellos tiempos eran diferentes. Él era digno de ocupar mi corazón y nos queríamos. Éramos felices con lo que teníamos. Ahora ya no puede ocuparlo joder, somos hermanos pero tengo una familia que me quiere. No hay mal que por bien no venga, dicen.

- ¿Lloras porque es demasiado cutre y pequeño el regalo y no me ha costado más de cien pavos? -me pregunta Jesús susurrandome mientras me consuela.

- Es muy pequeño, Jesús, pero a la vez muy grande.

©Falsas Promesas | Gemeliers #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora