Parte 2

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Segundo capitulo (Parte 1): Vestido

Nanami miraba la infinidad del techo del baño, relajándose entre el sin fin de burbujas y sales de baño perfumadas.
Su mente no podía alejarse de los hechos ocurridos en las escaleras, cuando Tomoe la había enviado a un mundo paralelo y de fantasía con aquel beso.
Nunca se habría esperado una reacción como aquella de su familiar, él siempre controlaba sus emociones, era cierto que tenía poca paciencia y se enojaba con facilidad pero nunca actuaba sin pensar las cosas.
Y lo cierto era que ella había tenido la culpa de su enfado ya que no debió haber dicho que el labial era para atraer a los hombres. Debía haber supuesto el enfado de Tomoe.

-Yo solo quiero que Tomoe se fije en mí...-Se lamentó dando por terminado su baño. Salió de la bañera, secándose el cuerpo y el cabello. Se observo en un espejo situado en una esquina; se permitió observar su cuerpo durante unos momentos.
Lo cierto es que había adelgazado bastante durante las ultimas semanas cosa que había provocado discusiones con Tomoe y comprensión por parte de Mizuki.
¿Como iba a atraer la atención de Tomoe si toda ella era de risa? Su pecho no era voluptuoso, era más bien plano y no llegaba a ser copa B.
Sus caderas eran estrechas, hasta se le marcaban los huesecillos. Sus piernas parecían fideos, sin mucha forma ni sensualidad.
Nada de su cuerpo podría hacer que Tomoe se interesase por ella mientras el recuerdo de Yukiji estuviera presente. Ella si era hermosa, su cabello era más exuberante que el suyo, tenía curvas, formas que atraían las miradas de los muchachos.

-Vale, deja de pensar en ello-Se dijo y se vistió rápidamente con un pequeño y corto kimono para combatir el calor, se recogió el pelo en un moño descuidado con un broche y se dirigió al salón donde sus familiares la esperaban. No le apetecía encontrarse con la mirada de Tomoe, como sus ojos la estudiaban y valoraban.

Se había limpiado a conciencia los labios para que su familiar no hiciera otra escena. Aunque gracias al vapor del baño le había dado a sus labios un color más profundo. Ojala no lo notara.

Cuando llego a la salita, solo los verdes ojos de Mizuki se voltearon a verla. Tomoe no se encontraba allí; escuchó ruidos en la cocina, debía de estar aun allí haciendo algo de comer.

-Bienvenida a casa, Nanami-chan-La saludó sonriente Mizuki, ocupando un lugar a su lado. Nanami agradeció la compañía de su familiar serpiente, le gustaba bromear con él, sobre todo cuando había discutido recientemente con Tomoe.
Le agradaba la familiaridad y el afecto que le mostraba, como no le hacía preguntas indiscretas o como encontraba siempre la manera de hacerla reír...Muchas veces se pregunto porque no se había enamorado de él en vez de en Tomoe. La vida podía resultar muy curiosa.

-Gracias, ¿Que habéis hecho hoy?

-Tomoe-kun me mando a podar los arboles del fondo-Se lamento-A cada rato que pasaba me mandaba más tareas pesadas, fue muy cruel-Hizo un mohín.

-Estas exagerando serpiente-Dijo Tomoe, entrando en escena llevando los platillos de comida para su maestra. Sus ojos observaron a ambos, sentados muy juntos, la mano blanquecina de Mizuki sobre la de Nanami-Eres un familiar, por lo tanto tienes tareas que realizar para la manutención del templo.

-Podrías haberle echado una mano-Dijo Nanami, siendo acallada por la mirada que le dirigió el kitsune quien terminó de colocar los cuencos sobre la mesa y se sentó a su otro lado. Nanami bajó los ojos para no encontrarse con la mirada de Tomoe que sabía que la estaba mirando en aquel instante.
"Por dios que no me mire los labios...que no lo haga..." Pensaba la joven y para distraerse comenzó a mover los palillos sobre la comida.

-Que rico-Comentó mientras masticaba los diferentes alimentos que le había preparado Tomoe, un escalofrío le recorrió la espina dorsal cuando vio el platillo con setas shittake. Debió de haberlo imaginado, Tomoe siempre solía ponérselas como venganza pero después de aquella muestra de...¿Posesión? se habría esperado algo mucho más asqueroso. Todos los platillos debían de haber llevado setas o crema de setas...Quizás estaba siendo misericordioso con ella para luego hacerle algo diferente.

Problemas femeninosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora