Boda

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Llamada

• N: Entonces, ¿vendrás?
• Tú: Esta bien, iré - bufé con molestia
• N: Si!! - chillo mi amiga y casi me deja sorda
• Tú: Cálmate. Casi me dejas sorda
• N: Lo siento
• Tú: Ok. Solo prepárame la habitación y ya yo me encargaré del pasaje
• N: Ok, acá te espero
• Tú: Ok, Chao.

Colgué y negué con la cabeza.

Mi amiga, siempre consigue lo que quiere y yo de boba que siempre caigo y la sigo a donde quiera que valla. La mayoría de las cosas a las que la sigo son locuras y pocas son buenas. Pero bueno, es mi mejor amiga y debo acompañarla en esta aventura que durará hasta el resto de sus días junto al hombre que amaba.

Una boba se vendría y no era la mía precisamente. Mario y yo decidimos que nuestra boba sería después, cuando nuestro hijo naciera y tuviera unos cuantos meses, unos cinco tal ves.

Mi amiga no quiere esperar más y está dispuesta a amarrar a su hombre para que ninguna se lo quite. Eso si, debía decirle la verdad, y completa sobre lo que pasó con Thomas. Sé que no quiere que hable del tema porque le molesta que se lo recuerde, pero esas salidas tuvieron una consecuencia que fue un beso que de seguro André la dejara vestida y alborotada cuando se enteré.

Mario quizás me mate por hacer este viaje, pero de todas maneras le diré la razón y creo que será suficiente para que me deje ir.

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- ¡Amiga! ¡Por aquí! - escuche la voz chillona de mi amiga y la divise entre la multitud porque levanto su mano.

Camine hasta ella y cuando la vi más de cerca, corrí un poco, con mi maleta de arrastre, y la abrace. Chillamos emocionadas y dimos pequeños saltitos; parecíamos dos niñas pequeñas. Cualquiera que nos viera en ese aeropuerto pensaran que estamos locas, pero eso no importaban. No veía a mi amiga desde hace un buen y parecía que no nos hubiéramos visto en mucho tiempo.

Después de un rato nos separamos y decidimos salir del aeropuerto de Wolfsburgo para ir en su auto y de allí a su casa, digo casa para ser modesta.

- Y bien, ¿cuando comenzamos a planear tu boda? - pregunté

- Mañana. Debes descasar, debes estar cansada por el viaje.

- No te lo niego, lo estoy - asentí dándole la razón

- Bueno, vamos a casa para que descanses un rato. Hugo te va a dar una buena bienvenida.

- ¿Hugo? ¿El troll? - pregunte confusa

- No boba, es mi perrito - dijo con mala gana

- Ah, ya. Lo siento, no sabía - levante las manos en gesto de calma por su enfurecimiento, ¿qué iba a saber yo que ella tenía un perro? No soy adivina

- Perdóname tú a mí. Tú no sabías que tenía un perrito. Es nuevo, lo compramos hace unas semanas - me explico

- Ok, tranquila. Será un placer conocerlo - le sonreí

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Llévame Despacio (Mario Götze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora