Tú
Estaba en mi última semana de embarazo y gracias a Dios todo iba bien. Mi vientre era muy grande y a la vez lindo. Sentía a mi bebé cada vez más y cuando Mario estaba cerca comenzaba a pegar patadas muy fuertes. Él dice que será futbolista y comienzo a creerle aunque los hijos pueden escoger lo que quieran hacer en sus vidas y los padres debemos siempre apoyarlos en todo.
Estaba viendo la televisión, específicamente un programa de maternidad, cuando de pronto sentí un fuerte dolor y mi expresión cambio. Fue un dolor muy intenso eran ¿contracciones? No, no puede ser, falta una semana para la cesaría no podía adelantarse. Volví a sentir otro dolor y cada vez eran más seguidos; estaba segura, eran contracciones.
Tome mi iPhone como pude y le marque a Mario, solo rezaba porque me contestará. Luego de tres toques por fin contesto.
Llamada
M: Aló amor, ¿qué paso?
Tú: Mario... El bebé...
M: ¿Qué, qué pasa con el bebé?
Tú: Se... Adelanto... Estoy... - un grito salió de mi boca – En trabajo de parto.
M: Ya voy para allá. Sé paciente, por favor. Respira pausadamente. – se escuchaba nervioso y quien no, era su primer hijo.
Tú: Ok, solo llega con bien ¿sí?
M: Ok, ok. Bye.
Tú: Bye.
Colgué y comencé hacer lo que me dijo. Respire lentamente y el dolor era menor.
Por mi mente pasaban muchas cosas.
Estaba asustada, es mi primer hijo y no quiero parir. El dolor, aparte de insoportable, eran horas y horas pujando y sufriendo porque el bebé no sale. No quiero dural, desde un principio le dije a mi doctora que no quería, le rogué porque fuese epidural y ella no se negó pero me advirtió sobre esto, sobre el adelantamiento del parto y que no sé podía aplicar epidural si las contracciones siguen.
Mario llego agitado y estaba nervioso. Le pedí que buscara la maleta y la ropa del bebé. Con mucho nerviosismo hizo lo que le pedí pero sus nervios se hicieron mayores cuando tuvo que ayudarme a levantar y apenas vio el líquido transparente en la alfombra y un poco en el piso pensé que se iba a desmayar ahí mismo pero hizo un gran esfuerzo para llevarme al auto e ir a la clínica del centro.
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- Lo lamento mucho TN pero no podemos aplicarte epidural. Estas en trabajo de parto desde hace una hora. – me dice la doctora.
Perfecto, ahora me tocaba pujar por casi diez horas. Lo que no quería.
- Esta bien doctora, gracias. – bufé y solo me quedaba esperar las contracciones nuevamente, que fueron calmadas por un sedante no tan fuerte.
- Gracias doctora. – dijo Mario.
La doctora salió y Mario y yo nos quedamos en la habitación: él sentado en el sofá y yo en la camilla con un suero.
- ¿Estás bien? – me pregunto
- Más o menos. – respondo
- Sé que no te gusta parir pero son cosas que pasan, ¿no? – se encogió de hombros y me saco una pequeña risa – Mi madre si me dijo que estuviera precavido sobre un adelantamiento del parto, pero igual me sentía muy nervioso y lo sigo estando. Te voy acompañar veinte horas en el quirófano si es necesario, con tal de conocer a mi hijo y de apoyarte siempre, amor. – dijo.
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Llévame Despacio (Mario Götze)
FanfictionEl amor de una fan es el más real pero el amor de una amiga incondicional es el más fuerte.