Renegados

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Uno de los trastornos mentales más frecuentes que afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo es la depresión. En nuestro día a día puede haber altibajos en nuestras emociones y estados de ánimo, esto es normal y hasta sano el poder experimentar y sobreponerse a situaciones difíciles para fortalecernos, pero hay personas que se sumen en un desánimo absoluto de manera prolongada y descontinúan sus actividades y relaciones laborales, familiares y hasta llegar al extremo del suicidio.

Hay grados de clasificación de la depresión dependiendo a la periodicidad e intensidad de los siguientes síntomas, estos pueden ser leves, moderados o graves:

– Pérdida de interés y capacidad de disfrutar

– Falta de energía, fatiga

– Ansiedad

– Alteraciones del sueño y apetito

– Baja autoestima

– Sentimiento de culpa, desesperanza y abandono

– Dificultad en concentrarse

– Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.

Por favor marque el síntoma que usted considera presenta últimamente según la intensidad de este.

Una x para leve, dos x para moderado y tres x para grave.

Oliver vio la hoja en sus manos, está siempre se la entregaban a final de cada semana. Era algo absurdo, en su opinión, una persona no podía dejar de ser infeliz de una semana para otra.

Algunas veces había pensado en mentir, era más sencillo, saldría de aquel lugar más rápido. Aquel lugar en donde lo trataban como si fuera de cristal, como si se fuera a romper cada vez que salía de su habitación. Podría poner cada vez menos x en la hoja, aunque él sabía que cada vez eran más, podía decir que ya todo estaba superado, que ya no se sentía como si algo grande hubiera sido arrancado de su vida.

Ya que cada vez que llamaba a sus padres estos contestaban antes de que sonara tres veces con un desesperado "¿Te encuentras bien?" pero él no podía verlos a los ojos. Ya que su hermana no venía a visitarlo, siempre buscando escusas para hablar lo menos posible con él. Ya que sus amigos sentían pena y se culpaban a ellos mismos, siempre manteniendo la mirada baja cuando entraban a la habitación.

Pensaba en mentir, lo pensaba cada vez que miraba aquella hoja, pero nunca reunía el valor para hacerlo. No después de todo lo que aquí intentaban hacer por él, no después de haber pasado dos meses en una camilla de hospital sin poder moverme demasiado, agregando también todos los días en donde había dejado de hablar, no porque no pudiera. Simplemente se sentía demasiado cansado como para intentar explicarse.

Después de jugar un tanto con el bolígrafo negro que cargaba en su mano, se había propuesto a rellenar la hoja de una vez por todas, no es como si no pudiera ver a la enfermera sentada algo impaciente en una silla justo afuera de su habitación. Siendo sinceros, nadie aquí debe de soportarlo demasiado.

Su letra era cursiva y pequeña, desde pequeño siempre había agarrado el lápiz incorrectamente. Intentaba ocupar el menor espacio posible, escribiendo su nombre y sus datos en el lado superior de la hoja.

Lo cual, en su opinión, era ridículo hacerlo. ¿No se supone que todos aquí deben de saber ya quien es el?

Nombre: Oliver Ríos.

Edad: 19 años.

Lugar de nacimiento: Ciudad de San Francisco, California.

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