Hace mucho tiempo, tanto que ni el Cielo mismo es capaz de recordar; cuando la lógica y la razón desconocían su existencia y el nombre del viento carecía de pronunciamiento. Inclusive antes de aquél desmesurado amor entre el Sol y la Luna...
En la Tierra no reinaba la Oscuridad.
A diferencia de lo que habrás leído, en diversos cuentos, mitos o leyendas, ésta jamás llego a reinar en el mundo; por lo menos no del todo. Sin embargo, la Luz sí...
Pero, contrario a lo que habrás de pensar, esto no era, es ni será nunca algo bueno.
Narran, cantan y cuchichean en secreto, los susurros del más antiguo y sabio de los vientos; una historia, un mito, una leyenda y una verdad, para sólo aquellos que saben escuchar sin oír y pensar sin hablar.
Ésta es la verdad perdida, de un mundo oculto, que sólo se muestra ante aquellos que pueden ver lo invisible y sentir lo inexistente.Narran los susurros, que en el mundo sólo existía la Luz, las sombras de las cosas como las conocemos hoy en día, aquella oscuridad creada a partir de la ausencia de la luz, todavía no había sido "concebida". No existía. Y no podía existir ni en la más desbaratada de las mentes. No porque esto fuera prohibido, sino que es imposible imaginar algo inexistente, que jamás has visto, sin tener referencia alguna de ello.
Claro, has de decir: "Estas equivocado, sino ¿cómo podría un inventor crear artilugios si imaginar algo inexistente es imposible?"
Un inventor crea a partir de una necesidad, es en esta necesidad en la cuál se basa para concebir su creación. ¿Cómo podría pues, el hombre, crear zapatos sin imaginar algo debajo de sus pies que los protegiese del suelo?. Sin embargo, suponiendo que viviésemos en un mundo de tinieblas, ¿cómo podrías imaginarte la luz? o; caso contrario, suponiendo que vives en un mundo sin una pizca de ausencia de claridad. ¿podrías acaso imaginarte algo tan inverosímil como la "oscuridad" o la "sombra"?.Volviendo al tema: Este mundo —narra el viento— era reinado por el Sol y los hijos de este; seres creados a partir de extensiones de sus rayos. Los cuales, con cada pisada, consecuencia de sus caprichos, creaban vida.
Esta "vida" carecía de alma, al igual que sus creadores, eran seres frívolos sin corazón; carentes de deseos, razomiento y cualquier rasgo de una mente que no se basa en instintos. Estos seres, tanto ellos como sus creadores, no podrían ser considerados por nosotros ni siquiera como animales; pues hasta ellos poseen un "alma".El padre Sol, por su parte, era un ser ambicioso, lleno de orgullo y osadía; un ser poderoso, más de lo necesario, convirtiéndolo en un peligro. En aquél ni en ningún otro mundo había ser que se le comparase.
Y él, para desgracia de todos, lo sabía.Un día, por capricho del destino o simple coincidencia; llego, desde un abismo etéreo, olvidado y ya desconocido; un nuevo ser. La Luna. Ella era todo lo contrario al Sol, apagada pero brillante a la vez. Ella era todo lo que él no poseía.
Y eso lo enloquecía.
Trajo consigo el amor, la dulzura y todas las "cosas buenas" que te enseñan de niño.
Y, por primera vez, el Sol "sintió" algo nuevo, algo muy distinto a cualquier cosa que jamás en su vida había sentido. Intentó comparar este sentimiento con los otros que sí conocía, que sí existían en su mundo; intentó compararlo con el deseo, pero no le sirvió; con la ambición, pero esto tampoco funcionó. Y así siguió, saltando de comparación en comparación, mientras admiraba la belleza de aquél nuevo astro, sin comprender nada en lo más mínimo.
Por primera vez en su vida el Sol se encontraba ante algo nuevo, algo desconocido.Y eso lo atemorizó...
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Lōsun. La Verdad Perdida
FantasiDime, querido amigo, ¿quién crees que es el malo del cuento, La Oscuridad o La Luz?¿tu respuesta a esta pregunta realmente es tuya, o es aquella que se te fue enseñando a temprana edad?¿acaso tu respuesta fue un certero "Sí, es mía"?¿qué tan seguro...