No hay palabras.

85 5 0
                                    

Recuerdo enero bastante bien.
Recuerdo como jugaba con tus manos; tu cabello se veía tan hermoso con esa luz matutina, tu aroma, tus ojos...

No sabia de que hablar. Tú eras la que iniciaba las charlas. Tú preguntabas, yo respondía, o a veces yo preguntaba.
No tuve la fortuna de conocerte bien. En cambio tú me conociste, yo te conté varias cosas sobre mi, muchas que nadie sabia, sólo yo.

Me sentía augusto con ese frío de enero, pero también con ese calor que emanas.
Tenias algo especial, me hacías sentir querido de nuevo. No sentía eso desde que tenía 9 años, y tú me devolviste esa sensación, creo que por eso me encariñe demasiado contigo, digo, ¿Quién no se va a encariñar contigo?

No hay palabras en ningún idioma ni en ningún diccionario para describir lo que me hiciste sentir ese Enero.

Sentía que debía hacerlo, decirte que me gustabas, que me encantaba todo de ti. Lo que no me dejaba hacerlo era el miedo a echar todo a perder. No sabia si tú me querías, si te agradaba...
No tuve el valor, hací que decidí guardarlo un poco más e irlo soltando poco a poco. Tal vez tú al recolectar todas esas señales te dieras una idea.

Sólo tuve que esperar un tiempo y sólo tal vez, fuera el momento indicado para decírtelo.


Tanto en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora