Ella estaba mirándome.
Y no dejaba de mirarme, simplemente no apartaba su mirada de la mía.
¿Qué le sucedía? ¿Por qué no apartaba su mirada de la mía?
Joder, es muy extrañamente agradable porque me encantan sus ojos.
-Amigo ¿Qué tanto le vez?
-Su cabello azul con sus dos colitas se le ve preciosos... -Murmure sin pensar. Sacudí de mi cabeza de un lado hacía otro, creo que estoy volviéndome loco- No, eh yo... Quise decir que... –No sabía que decir, así que solo me limite a suspirar y no agregar ninguna otra estupidez.
Al notarlo, Andy se me quedo mirando incrédulo y luego soltó una sonora carcajada.
No sé qué mierdas le pasan por la cabeza a este chico.
-Ella te gusta. –Me miro alzando una ceja.
Negué rotundamente moviendo la cabeza de un lado hacía otro, ella no podría gustarme, por supuesto que no era la chica rara que escuchaba música rara, y se vestía rara porque eso era una chica rara y extraña.
-¡Jamás! –Grite llamando la atención de mis otros compañeros, lo que realmente me fastidiaba.
Me echaron de la clase, así que resignado salí con mis nervios de punta, arrastrando los pies mientras sentía a mis espaldas la mirada penetrante de la chica rara, y las risas de Andy.
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Al otro lado de la calle
Teen FictionDonde una chica escucha música pesada y piensa sin compartir su opinión; Y a un chico desinteresado en la vida, ella le llama la atención.