Dos
En el recreo corrí hacia los baños para acomodar mi pequeño problema.
No, no se me había parado la de abajo. Los imbéciles de mis compañeros me tiraron cola de pegar en el pantalón y luego tiza enzima. Deberían madurar, o comprarse una vida. Obviamente fingí que no me molestaba en lo absoluto y reí con ellos, pero simplemente me contengo para no mandarlos a la mierda.
Todos se reían de mí pero yo no sentía vergüenza. Más bien me avergonzaba por ellos, último año de primer ciclo en secundaria y ellos todavía no comienzan a madurar, siento pena.
Bueno, no exactamente todos se reían de mí. Ella no. Permanecía seria –como siempre- sin inmutarse, pero logre encontrar una expresión de preocupación en su mirar e inmediatamente bajo su rostro volviendo a concentrar su mirada en su celular.
A veces quisiera saber si hablaba con alguien, o lo hacía para disimular.
El instituto al que asistía está lleno de idiotas, y somos muy pocos en realidad, para ser precisos cuatro cursos con veinte máximo cada uno. Muy pocas chicas, demasiados chicos que escuchan mierdas y estudian menos que yo, solo molestan y perjudican a todo profesor. En mi defensa, no molesto y solo resuelvo lo que realmente entiendo.
Vi como entraba al baño de mujeres con el rostro entristecido y la mirada baja, llevaba el cabello despeinado y los ojos hinchados.
-¡Eres un estúpida Kyra! ¿Crees que te vez bien vestida de aquel modo y con el cabello morado? ¡Pues no es así! ¡Estás ridícula! Estúpida, fea y gorda. –Entonaban las únicas tres chicas del aula, además de ella.
Fui hacía el patio del colegio para estar junto a mis demás compañeros, no tenía nada que hacer allí, después de todo ella era rara, una extraña chica punk quien nadie soportaba.
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Al otro lado de la calle
Genç KurguDonde una chica escucha música pesada y piensa sin compartir su opinión; Y a un chico desinteresado en la vida, ella le llama la atención.