Parte 5

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15-03-2014

No hace mucho que te he escrito, pero necesito hacerlo. Quiero a Sehun. Cuando Chanyeol provocó una crisis en Sehun también ayudó a que me armase de valor y me confesara ante él.

Sehun y yo hicimos el amor. Pero no fue como las otras veces que me acosté con otros hombres. Sehun es especial. Cuando le miraba, rozaba su piel y sentía su calor me daba cuenta de que él es mi razón.

Antes me sentía vacío, ahora con él a mi lado creo que soy capaz de hacer cualquier cosa. Pero no he venido a contarte lo feliz que soy porque Sehun esté a mi lado. La noche en la que nos acostamos, el doctor Kim Ryeowook descubrió lo nuestro.
Había confiado en él, pero me equivoqué, esa misma mañana puso en conocimiento al director del centro y a nuestras familias. Como siempre la ineptitud del ser humano sobrepasa fronteras, hoy nos han comunicado a ambos que dentro de un mes trasladaran a Sehun a otro centro. Han puesto como excusa que la terapia de los especialistas de Cassopeia no es lo suficientemente efectiva...

Quise gritarles, quise levantarme, agarrar la mano de Sehun y salir de allí corriendo, pero no pude. Otra vez la sociedad me aplasta como si fuese una pequeña hormiga. Pero aun así no me rendiré, Kyungsoo y yo hemos estado hablando, y cuando Yixing venga en mis días de visita terminaré de confirmar mi plan.

Lo he decidido, voy a huir de Cassopeia con Sehun, y nadie me lo va a impedir.

Luhan estaba sentado ante una de las mesas redondas que servían para recibir a las visitas. No todos los enfermos tenían ese privilegio pero gracias a sus mejorías él era uno de los afortunados. Respiró hondo mirando como los demás pacientes charlaban y disfrutaban la visita de un ser querido. Luhan esperaba a Yixing, estaba algo nervioso, puesto que hacía tiempo que no le veía, tan sólo había ido a visitarle unas tres veces en todo su tiempo de ingreso pero para Luhan habían sido suficientes, al menos alguien fuera de aquellas cuatro paredes le echaba en falta.

La puerta se abrió y Yixing le sonrió desde la entrada. Llevaba unos vaqueros algo anchos y una sudadera gastada, Luhan ya echaba de menos aquel estilo tan característico que tenía su amigo, le devolvió la sonrisa y se levantó esperando a que Yixing se acercara.

El joven se sentó a su lado y esperó a que Luhan tomase asiento de nuevo, ambos estaban algo nerviosos pero todo se relajó cuando Yixing le saludó con total naturalidad.

— Estaba deseando volver a verte —Luhan había echado de menos la dulce voz de Yixing.

— Yo también, tengo demasiadas cosas que contarte —le sonrió Luhan mientras agarraba la mano de su amigo.

— ¿En serio? Eres tú el que está encerrado y soy yo al que no le ha pasado nada nuevo —suspiró fingiendo molestia—. No sé qué voy a hacer para que algo nuevo pase en mi vida.

— Déjate de bromas Yixing, que esto es serio —rió Luhan mientras le golpeaba la mano suavemente.

— Está bien, a ver. Cuéntame qué te ha pasado —le miró tiernamente mientras esperaba a que Luhan comenzase.

— Me he enamorado —la reacción de Yixing fue instantánea, una cara de incredulidad y una ceja levantada en señal de sorpresa lo dejaban todo claro—. No pienses mal, es un chico, Sehun. Sé que puede parecer extraño, pero créeme Yixing que cuando te digo que ese muchacho le ha dado una vuelta a mi vida te lo digo en serio.

— La verdad sí que es una buena noticia, sorprendente no voy a negártelo —confesó Yixing soltándose suavemente del agarre de las manos de Luhan—. Pero creo que deberías de disimularlo, Luhan ya sabes que esto no está muy bien visto, puedes meterte en líos.

— Ya lo he hecho —suspiró Luhan mientras apoyaba los brazos sobre la mesa y se inclinaba un poco más hacia delante para que sólo Yixing le escuchase—. Me acosté con él, y bueno el personal se enteró de lo nuestro. Van a trasladar a Sehun a otro centro...

Yixing abrió los ojos sorprendido, pero no dijo nada cuando se dio cuenta de que en realidad Luhan estaba sufriendo. Agarró las manos de su amigo entre las suyas y se inclinó hacia delante.

— No desesperes, quizás no se lo lleven, dentro de poco saldrás de aquí no es necesario que lo trasladen —Yixing pretendía animar a Luhan, aunque sus palabras le sonasen ridículamente estúpidas.

— No, lo harán de todos modos, quieren trasladarlo a un psiquiátrico en EE.UU. —suspiró Luhan—. Si se llevan a Sehun no podré volver a verlo. Volveré a hundirme, volveré a lo de antes, ¿lo entiendes Yixing?

— Ya...—Luhan sonaba demasiado desesperado para Yixing, pero también lo veía totalmente destrozado, en todos los años de amistad que habían compartido nunca había visto sufrir tanto a su amigo—. ¿No hay nada que podamos hacer?

— Sí, lo he decidido —volvió a acercarse bajando todavía más la voz, fijándose en que el vigilante no estaba mirándoles y seguía inmerso en su revista de crucigramas—. Quiero que me ayudes a salir de aquí con él —Yixing reprimió un grito de sorpresa y clavó su mirada en los ojos de Luhan, que lo observaban firmemente, estaba decidido.

— Pero eso es imposible, Luhan. ¿Cómo vamos a logar que salgáis de aquí sin que nadie se dé cuenta? —preguntó Yixing mientras Luhan volvía a comprobar que nadie les estaba observando.

— Tengo amigos dentro que me ayudarán a salir, tan sólo quiero que consigas un coche —le rogó Luhan acariciándole la mano y mirándole tiernamente—. Necesito que me hagas este gran favor Yixing, no puedo perderle.

— Esto es una locura... —murmuró Yixing, intentando evitar la mirada suplicante de su amigo—. Aaah... Vale, está bien. Pero si nos pillan acabaremos todos encerrados.

Luhan sonrió y abrazó a su amigo recibiendo una llamada de atención del vigilante. Yixing le devolvió el gesto cariñoso con un dulce guiño, ambos muchachos se separaron y aprovecharon el resto del tiempo que tenían de la hora de la visita.

— Dentro de dos semanas, a media noche nos esperarás con el coche encendido, Sehun y yo apareceremos. Si a esa hora no estamos, vete, no quiero meterte en problemas.

— Espero que salga todo bien, a pesar de que hagas estas locuras, no me gustaría perderte —confesó Yixing mientras se despedía de su amigo—. Nos vemos Luhan, pronto serás libre.


29-03-2014
Mañana es el día. No suelo ponerme nervioso, pero sí es cierto que estos días he estado demasiado histérico.
He repasado tanto los pasos con los chicos que dentro de mí temo que algo salga mal, aunque sé que ellos no me fallarán. No he podido hablar con Sehun desde lo ocurrido, lo echo en falta.

Tao fue el encargado de mantenernos en contacto, me siento un poco mal, todos ellos, Kyungsoo, Junmyun, Tao y Jongdae, me están ayudando tanto. En la vida tendré suficiente para poder pagárselo. Si todo sale bien, si Sehun y yo salimos de aquí será gracias a ellos... Y a Yixing.

Me preocupa. No sé nada de él desde hace casi dos semanas, confío en Yixing pero temo que cuando llegue el momento nos encontremos con que nos haya abandonado. Kyungsoo me anima diciéndome que eso no va a suceder, que lo bueno del ser humano es nuestro corazón y que cuando vio a Yixing atravesar el pasillo el día de la visita supo que era una persona dulce y leal.

Quiero creer en Yixing, quiero creer que todo saldrá bien.

Han pasado muchas cosas en todo este tiempo, demasiadas. He vivido tanto, aprendido de todos ellos. Sé que no he terminado todavía, que aún me quedan cosas por las que luchar, una de ellas se presenta mañana.

Mañana a esta hora espero escribirte desde un lugar muy lejano bañado por las estrellas y que Sehun esté descansando en mi regazo.

Querido amigo, mañana seremos libres.

El día se presentó como el anterior, el sol comenzaba a salir y los pequeños círculos de las persianas dibujaban divertidas formas en la pared creando un mapa luminoso. Luhan se revolvió en la cama inquieto, tenía que relajarse, si parecía demasiado nervioso los vigilantes sospecharían algo.

Kyungsoo se acercó a su cama sentándose en el borde de ella. Esperó a que Luhan le hiciese una señal de que estaba despierto para hablarle.

— Buenos días dormilón —la voz tranquilizadora de Kyungsoo le ayudaba a relajarse—. Hoy nos espera un gran día.

— Eso espero —Luhan sonrió y se sentó en la cama.

— Debemos de darnos prisa, tenemos la terapia ahora a la mañana y después comenzaremos con lo planeado —le animó Kyungsoo mientras le apretaba ligeramente la mano.

Luhan y Kyungsoo se prepararon lo más rápido que pudieron, bajaron a desayunar al comedor e intercambiaron miradas cómplices con los demás compañeros.

La hora de la terapia se hizo eterna. Luhan estaba cansado ya de las confesiones sin sentido de Taeyeon y su pequeño amigo amarillo que la visitaba, o de que Amber creyese que alguien le observaba. Su mente viajó a otro lugar, necesitaba desconectar de aquello o se pondría más nervioso. Miró hacia la silla de al lado, la de Sehun, estaba vacía. Ryeowook no había solicitado otro paciente para la terapia. Sonrió para sí pensando en que pronto no sólo volvería a tener a Sehun al lado en una silla, sino que estarían juntos para siempre.

Uno a uno los pacientes fueron saliendo de la sala, Kyungsoo como siempre estaba esperando a Luhan fuera, cerca de las escaleras. Desde que había entrado ahí el pequeño de ojos grandes había sido su sombra, y hasta el último día le había prometido que así sería. Luhan sonrió asintiéndole discretamente.

Ambos muchachos caminaron hacia el comedor, el olor a espaguetis recién hechos les llegaba por el pasillo, la comida favorita de su compañero, que buena manera de celebrar el adiós. Luhan instintivamente agarró a Kyungsoo de la mano algo nervioso y éste le respondió con un suave apretón y guiándole hasta la mesa con los chicos.

Sentado en la esquina derecha de la mesa Luhan podía observar como Sehun comía tranquilo en otra mesa un poco más alejada, estaba solo, nadie le acompañaba. Verle así le recordó a la primera vez que lo vio, su corazón latió con fuerza al volver a sentir aquella sensación. Sehun y él habían estado predestinados desde un principio. Se sentía impotente al no poder levantarse y correr hacia él para abrazarle, hacerle sentir que no volvería a estar solo nunca más.

— ¿Luhan? ¿Luhan me estás escuchando? —le llamó la atención Junmyun—. Deja de pensar en musarañas y haz el favor de hacernos caso.

— ¿Eh? ¡Ah sí, sí por supuesto! —Luhan volvió a la conversación tan rápido como salió de sus pensamientos.

— Estaba diciendo que en cuanto Tao y Jongdae comiencen con lo planeado deberías de salir por la parte de atrás, llamarás menos la atención —le aconsejó Junmyun muy serio. Desde que habían separado las terapias de Jongdae y él, ambos habían cambiado completamente, pero aún así seguían siendo los mismos. A Luhan le había sorprendido la evolución de ambos, pero en el fondo aquella pasión enfermiza que los dos tenían por luchar por la libertad y la verdad permanecía en ellos.

— Sí, será lo más lógico, Kyungsoo me ayudará a salir y tú Junmyun ayudarás a Sehun a encontrarse conmigo en los jardines —aclaró Luhan mientras recogía un poco de espaguetis con el tenedor para simular que estaba teniendo una conversación totalmente natural.

— Si hay algún problema, si cualquiera de vosotros no puede seguir con el plan ya sabe lo que hay que hacer —avisó Jongdae mientras se metía un par de bolas de carne en la boca saboreándolas.

— Esto será emocionante —sonrió travieso Tao—. Me muero de ganas de que lleguen las once.

La tarde paso tranquila, aunque para Luhan las hojas de los libros se le hacían eternas, los paseos inadecuados y las agujas del reloj estaban en su contra sin avanzar ni una milésima de segundo. Kyungsoo intentaba entretenerlo pero nada daba resultado, los nervios se apoderaban más y más de él. Las dudas comenzaban a abarcarlo, de qué pasaría, qué harían o a dónde irían. La camisa de su pijama azulado estaba demasiado castigada, los nervios estaban aflorando demasiado, y entonces llegó Tao, con una enorme sonrisa en los labios.

— Luhan-ge —la voz dulce de Tao trajo a la realidad a Luhan—. Sehun me ha dado un mensaje para ti.

— ¿Sí? —Luhan se sorprendió, ¿por qué ahora Sehun le enviaba un mensaje? A tan poco de poder verse y decírselo todo cara a cara—. Dime Tao ¿de qué se trata?

Tao se acercó a Luhan y le agarró la mano dejándole un trozo de papel bien doblado escondido entre los dedos.

— Me dijo que lo leyeses cuando comenzase todo —le explicó Tao mientras sonreía dulce sujetando fuertemente en su otra mano el espejo que siempre le acompañaba.

Luhan lo apretó con fuerza y sonrió asintiéndole. Sabía que Sehun no enviaría un mensaje por nada, aquel papel traía algo importante. Se mordió los labios deseando que el tiempo fuese complaciente con él y avanzase más rápido.

Todos los residentes habían cenado y se dirigían poco a poco hacia sus habitaciones cuando un fuerte escándalo llamó la atención de todos los vigilantes. Jongdae estaba sujetando un cuchillo mientras que Tao comenzó a tirar toda la vajilla limpia que reposaba en los estantes para el desayuno de mañana.

Doctores, enfermeros y celadores se acercaron al lugar ya que por muchas advertencias que hicieran ninguno de los dos jóvenes paraba. Luhan pudo ver como Junmyun se mezclaba en el alboroto de gente y desaparecía, aquella era su oportunidad.
Kyungsoo y él corrieron por los pasillos camino al jardín trasero, tuvieron que detenerse en alguno de ellos esperando a que algún vigilante se fuera, o esperasen a que la cámara apuntase hacia otro lado para no ser vistos.

El corazón de Luhan latía tan rápido que se le salía del pecho, cuando Kyungsoo abrió la puerta y asintió haciéndole una señal para abrirle camino, Luhan caminó lo más rápido que pudo hacia el árbol cerca del estanque.

Allí, sólo, cogió el papel que sujetaba en la mano desde que Tao se lo había dado y lo abrió. Con una letra algo descuadrada y con trazos malos había una frase que a pesar de estar en un momento tan tenso como aquel, le hizo sonreír.

«La locura no existe es solo una forma distinta de ver la realidad»

Aquella frase lo resumía todo, con aquello Sehun le decía claramente a Luhan que era totalmente suyo. Apretó el papel arrugándolo, Luhan había discutido demasiadas veces con Sehun sobre la verdad, sobre lo que realmente era lo correcto o no. Pero Sehun ahora lo había resumido todo en unas cuantas palabras, su verdad y la de Luhan, estaba claro que ambos tenían razón.

— ¿Luhan-shi? —la voz grave y tímida de Sehun rompió el silencio de la noche.

Luhan levantó la vista del papel y sonrió, Sehun estaba todavía más nervioso que él. Sus ojos no paraban de moverse buscando un lugar fijo en el que fijarse y sentirse aliviado, sus dedos jugaban unos con los otros y su lengua viajaba por los labios una y otra vez. Luhan se acercó a él y levantándolo por el mentón le besó dulcemente, acariciándole la mejilla.

— Todo irá bien, te lo prometo —sonrió y antes de que Sehun le respondiera lo agarró de la mano y corrió hacia la puerta trasera, donde esperaba que Junmyun hubiese soltado el cierre para poder salir.

Como era de esperar Junmyun no les había fallado, cuando llegaron a la enorme puerta de metal comprobaron que estaba abierta, esperándoles con su libertad. Luhan apretó fuertemente la mano de Sehun y comenzó a caminar hacia el exterior. Sehun se paró en seco algo asustado.

— ¿Y si sale mal, Luhan? ¿Y si nos encuentran? No podré verte más —el miedo se reflejaba en la cara del menor.

— Eso no sucederá, no voy a dejar que nos pase nada. Nadie conseguirá separarme de ti —le confirmó Luhan mirándole fijamente y extendió la mano—. Vamos Sehun, volvamos a casa.

— ¿A casa? –Sehun dudó unos segundos, temeroso, pero poco a poco una sonrisa se dibujó en su rostro mientras que su mano se entrelaza con la de Luhan—. Llévame contigo, Luhan.

Por fin ambos muchachos habían salido de las instalaciones, corrieron hasta el lugar donde Luhan le había indicado a Yixing que esperase. Enorme fue la sorpresa cuando allí no había nadie esperándoles. Luhan no podía creerse que de las personas en las cuales había confiado, Yixing hubiese sido el que le había traicionado.

Recorrió unos metros más, intentó mirar si en alguna zona oscura podía visualizar el coche, pero nada, su amigo no aparecía. Sehun posó la mano en el hombro de Luhan y le miró tierno.

— Llegará —le comentó antes de volver a abrazarle.

No habían pasado ni dos minutos cuando el ruido de un vehículo puso en alerta a Luhan, rápidamente agarró a Sehun y se escondieron en la oscuridad de la noche. Un coche negro de cuatro puertas se paró en frente a la puerta del psiquiátrico y de él salió Yixing, algo acalorado mirando el reloj preocupado.

Luhan sonrió satisfecho y salió de su escondrijo todavía con algo de cautela.

— Yixing estamos aquí —susurró para que su amigo los viese.

— Lo siento, tuve un pequeño problema en la entrada —se disculpó Yixing abriéndoles la puerta trasera del coche—. Daros prisa, cuanto antes salgamos de aquí mejor.

Luhan y Sehun entraron en el asiento de atrás del coche. Yixing se apresuró a entrar y arrancar, alejándose de aquel lugar lo más rápido posible.

Luhan apoyó la cabeza en el asiento y respiró relajado. Lo había conseguido, habían escapado de allí juntos. Mientras recorrían la infinita carretera hacia ninguna parte Luhan se sentía la persona más afortunada del mundo mientras contemplaba como Sehun descansaba sobre sus rodillas.


12-04-2014
Han pasado pocos días desde que salimos de Cassopeia. Nos hemos instalado en un pequeño piso en China. Yixing nos consiguió unos pasajes y su madre nos acogió durante los primeros días.

Ahora Sehun duerme mientras te escribo esto. No sé realmente lo que nos deparará el futuro. Ni si puede que esto acabe mal, pero ahora en este momento me doy cuenta de tantas cosas.

Entré en aquel lugar odiando, deseando que aquellos que me rodeaban y compartían mi vida me dedicasen un segundo, y salí de allí amando, deseando ser yo el que dedicase todo mi tiempo en él.

Sehun ha sido mi guía, él me ha abierto los ojos. Cada vez que lo veo me doy cuenta del verdadero porqué de que tuviese que haberme rajado las venas aquel día. Mi alma estaba llamando a la suya.

No he tenido noticias de ninguno de los chicos, pero nos hemos prometido que nos buscaríamos cuando todos ellos saliesen de Cassopeia. Yixing estará en contacto por nosotros allí en Seúl.

Ahora que todo marcha bien, puedo decir felizmente que estoy viviendo mi realidad.

Amigo, puede que mucha gente diga que estamos locos, o que alguien juzgue a otro porque es diferente a él pero he aprendido una cosa en todo este tiempo.

Una realidad es tan sólo lo que uno mismo quiere ver, puede ser transformada o modificada pero sólo cuando eres tú quién la maneja.

Espero que encuentres tu lugar como yo he encontrado el mío.

Nos vemos querido amigo.

FIN


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