Es como si se hubiese detenido el tiempo, pero los segundos siguieran pasando. La vista desde la barca se veía igual; con la niebla cubriéndolo todo y con ese frío que se colaba por los huesos. Nadie hablaba, pero todos reflejaban el mismo sentimiento de querer marcharse lo antes posible.
Me giré a ver a mis padres. Él la protegía a ella, resguardándola bajo sus brazos. Regina tenía las manos de Robin sobre las suyas y Henry a su lado, mirando fijamente a Gold, quién tenía una expresión indescifrable en su rostro.
No sabía cuánto llevábamos dentro de la estrecha barca, pero había parecido una eternidad. Me fijé en el agua que nos rodeaba y que seguía hasta el infinito. Estaba demasiado tranquila para mi gusto, al punto de ser inquietante. Miré fijo el agua por un rato hasta que un escalofrío corrió por mi espalda. Quien sabe lo que albergaban esas aguas.
Volví a posar mi vista en Gold, que ahora miraba sus perfectamente lustrados zapatos. Me giré completamente hasta mirarlo de frente.
-De acuerdo, Oscuro.-Susurré- Algo debes de saber de todo esto, sobre el inframundo.
-Lo único que sé, querida, es que no será una visita placentera.- Dijo en un tono calmado.
-Me lo puedo imaginar, pero debe haber algo más que sepas sobre este lugar. Debemos estar preparados.
-El inframundo es un lugar incierto, así que no hay precisamente una manera de prepararnos a él.
Entrecerré mis ojos con la mirada fija en él. Sabía más cosas de aquel lugar, tan sólo no quería contarme.
-Sabes más que eso, Gold, escúpelo.- Dije desafiante.
-Es todo lo que sé, querida. La verdad es que no soy un fanático del lugar como para saberme cada dato curioso.- Respondió sarcásticamente.
-No estoy ni para juegos ni para mentiras, y la verdad es que no quiero contarle todo a Belle cuando volvamos.- Su mirada cambió por una dolida.
-Si es que logramos volver.
Quería preguntarle más, a qué se refería precisamente. Me estaba afirmando de que habían amenazan esperándonos. Pero tendría que averiguarlo después, porque el hombre de la capucha habló.
-Prepárense para lo que no habían pensado, estamos llegando al Inframundo.- Dijo con la cabeza en dirección al horizonte.
Me alejé de Gold y me posicioné al lado de Henry. Rodeé mi brazo por sus hombros y lo estrujé contra mi pecho.
-Está bien, mamá, todo saldrá bien. Volverás a verlo muy pronto.- Me ofreció una se esas sonrisas que me calman.
Antes de que pudiera responder, la barca paró bruscamente y por primera vez en lo que parecía un largo tiempo, logré ver como la niebla se disipaba para dejarnos ver una orilla, y a un hombre.
-¡Pero que grata sorpresa! Más visitantes.- Habló el hombre.- Bienvenidos a casa.
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Hades se paró disparado de su asiento, con un entusiasmo que yo no compartía. Se dio la vuelta para mirarme y se sorprendió al verme aún sentado.
-¿No viene, señor Jones?
-No quiero ir.
-Oh, por favor. Estoy seguro de que esa tal Milah está ansiosa por verlo.
-No le conviene verme.
-¿Cómo lo sabe si ni siquiera lo ha intentado? Venga, no nos sobra el tiempo. Soy un hombre muy ocupado y no tengo todo el día.
No me dio tiempo de responder y ya me encontraba en el muelle. Lo miré con exasperación. Él sólo me sonreía de vuelta.
-¿Qué espera? Su verdadero amor esta allá adentro.- Señaló un barco anclado a la distancia. Mi barco.
-Ya dije que no iré. Déjeme en cualquier otro lugar, no quiero estar cerca de este maldito mue...-Unas pisadas hicieron que me callara.
-¿Quién anda ahí? Estoy armada, muéstrese o sufrirá las consecuencias.- Una punzada atravesó mi pecho. Era la voz de Milah.
-Milah, querida, ¿cómo te encuentras hoy? Cada día más guapa.- Habló Hades.
-Usted...
-Yo mismo, un gusto verte por cierto.
-¿Qué quiere?-Dijo Milah empuñando la espada.
-¿Pero por qué tan agresiva, querida? Sólo vine a saludar, y traje compañía.- Se volvió para mirarme.
La sombra de uno de los barcos me cubría, así que claramente ella no podía verme.
-Si trajo a alguien para herirme o sabotearme, estoy lista para defenderme.-Habló con la voz un poco temblorosa.
-Oh, no. Claro que no, de hecho, creo que te agradará verlo. ¿Killian?
La mirada de Milah corrió desde Hades hacia la oscuridad en donde yo estaba parado. No parecía estar entendiendo nada de lo que estaba pasando.
-No sea tímido señor Jones, venga a saludar.
No fue necesario que diera un solo paso, pues él de alguna manera logró arrastrarme rápidamente hacia la luz.
-Killian...-La voz de Milah fue sólo un susurro.
-Veo que lo reconoces, querida.
Ella dejó caer la espada al piso, creando un gran estruendo. No pareció importarle pues sólo se concentró en caminar lentamente hacia mí.
-Tengo el presentimiento de que sobro aquí, los dejo a solas. Además, al parecer han llegado nuevos visitantes, debería darle la bienvenida a su nuevo hogar. Si me disculpan.- Y en una nube de humo desapareció.
Me quedé viendo el punto en dónde hace tan solo segundos había estado parado ese molesto hombre. Mis ojos recorrieron la escena hasta toparme con unos ojos grises por los que en algún pasado hubiera matado por volver a ver, pero hoy no.
-Tú estás...- Habló Milah.
-¿Vivo? Sí, eso puedes verlo...-Contesté con desgano.
-¡No! ¡No deberías estar aquí!- Me gritó de repente.
Me sobresalté ante el griterío, hasta que me di cuenta, otra vez. Estaba en el inframundo hablando con el amor de mi pasado. Vivo no era precisamente la mejor descripción para mi persona en este momento.
-Oh, Killian.-Se lanzó a mis brazos y me abrazó.
Me quedé paralizado ante su caricia. Me hubiera gustado abrazarla de vuelta, solo que no nacía de mí. En esos momentos habría preferido haber estado abrazando a otra persona.
-Ven, tengo algo que mostrarte.-Disolvió el abrazo y tomó mi mano. Con una sonrisa me dirigió al Jolly Roger, subiendo rápidamente a bordo.- Te extrañé mucho, amor.
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Surviving the distance [CaptainSwan Fan-Fiction] [[PAUSADA]]
FanfictionEl inframundo lo arrastró a sus tierras; el amor la trajo a ella, ¿será que se puedan encontrar, aunque sea por una coincidencia? ----- Killian se ha sacrificado por Emma y ahora vaga por el inframundo. Emma baja por el con el propósito de traerlo d...