Las botas se me llenaban y no lograba no ver mucho más por la niebla, pero no me importaba, tenía un propósito.
La barca flotaba sobre el lago fantasmagóricamente. El hombre que la llevaba no se movía más que con el ritmo de la barca. Respiré profundamente, pero mis pulmones se congelaron con el gélido aire que acompañaba a aquél encapuchado.
-Emma, no estoy segura si...- comenzó a gesticular mi madre.
-¿Quiénes, portadores de luz y vida deciden dejar la vida Terrenal y a cuál propósito?- Habló el misterioso hombre.
-No tenemos tiempo que perder, parca, tenemos que ir a salvar a un pirata enamorado.- El sarcasmo de Regina logró tensar el ambiente al nivel de ser capaz de cortarse con una espada. Qué irónico.
El hombre no pareció ni inmutarse ante el comentario de Regina. Pensé que saltaría a atacarnos, pero solo levantó su mano para echar hacia atrás su capucha.
Un gemido ahogado se escapó de mi garganta. La piel del hombre parecía estar hecha de porcelana, pero de la porcelana que se rompió hace siglos y ya perdió su brillo. Sus ojos eran solo su iris y las dilatadas pupilas, también sin brillo.
-Parecen no haber entendido mi pregunta.- dijo más amenazador.- ¿Quiénes son y por qué quieren bajar?
Miré a Regina, que tenía las cejas ligeramente alzadas, mostrándose casi ofendida de que no cumpliera su mandato.
No sabía que decir, ni siquiera podía esbozar la más mínima palabra. Pero alguien sí sabía que decir.
-Tenemos que bajar, somos familia y solo queremos volver a ver a alguien que no se debería haber ido.- Habló Henry.
Lo miré anonadada. Mi hijo, había crecido y maduro tanto. Era un hombre valiente y bueno de corazón. No podía estar más agradecida y orgullosa.
-Muchos no se deberían haber ido, chico, pero ahora vagan por los caminos del inframundo.
-Por favor, debo verlo, aunque sea una última vez. Lo necesito.- Hablé con la voz al borde de quebrarse.
Me observó con detenimiento y luego se movió, abriéndonos paso a la barca.
-La línea entre lo terrenal y lo eterno es delgada. Es balancearse en el vacío. Cada paso que den ahora puede hacerles tanto un bien como un mal. Está a su criterio.
Dicho esto, todos subieron a la barca. Miré hacia atrás antes de subirme.
-Volveremos de nuevo, Killian, juntos. Y ahora no dejaré que nos separen. No de nuevo.
Cerrando esta promesa conmigo misma, me subí a la barca y pude ver como la niebla cubría la orilla del lago. Era el primer paso, y ya no había marcha atrás.
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La oscuridad reinaba en Storybrooke, pero no lograba esconder la evidente diferencia del Storybrooke de siempre. Las calles estaban apagadas y había un ambiente hostil rodeando el pueblo.
No sabía que esperar tampoco, pero el hecho de que el lugar fuera tan igual al pueblo me provocaba escalofríos. Pero lo que más me dolía era que sabía que si iba al loft de Mary Margaret, sólo encontraría un lugar vacío, y con suerte algunas pertenencias. Un recordatorio de lo lejos que estaba de Emma, y de que lo iba a estar por siempre.
Caminé con aquel hombre por las calles de "Storybrooke" hasta llegar a Granny's. Otra punzada me atravesó el pecho. Era la peor tortura, me hacía parecer el fuego y los diablillos lo más parecido a paraíso en ese momento.
-¿Gusta un café, señor Jones? Tenemos café gratis por estos lugares.- Sonrió macabramente el hombre.
-¿Tengo elección?
-No mucha, pero creo que sería un buen lugar para empezar. Tenemos mucho que analizar, así que nos tomará un rato.
Entramos a la cafetería en completo silencio. Miré las mesas y el mostrador. Parecía como si todos se hubieran esfumado y se hubiese detenido el tiempo. Había pedidos anotados sobre el mostrador y algunas mesas con tazas vacías de café.
Me senté en unos de los Box, el que solía sentarme con Emma y su familia. Era involuntario, no podía evitarlo. Uní mis manos, bueno, más bien mi mano y mi garfio, sobre la mesa. Me concentré en los anillos que adoraban mis dedos para alejar de mi mente cualquier pensamiento que me jugara en contra, pero hasta los anillos me la recordaban.
-Digamos que he probado mejores cafés, pero no está mal.- Interrumpió mis pensamientos aquel hombre.
-Si hay tanto que analizar, mejor empiece a hablar, colega.- Solté con mal humor.
-Parece que aún no me he presentado como se debe. Hades, encantado.- Me ofreció su mano.
Lo debí haber mirado con una de mis peores miradas porque devolvió la mano en cosa de segundos.
-Bueno, señor Jones, como se imagina, aquí se encuentran todos los que han dejado la vida terrenal, así que, por su propio bien, no intente buscar a sus seres queridos, será sólo un gasto de energía.- Bebió un trago de su café y continuó- Un consejo, tenga cuidado. Sé que no se ha portado de lo mejor, señor Jones, y también sé que hay gente aquí que quiere verlo, pero no precisamente de manera amistosa.
Intenté hacer una lista mental de todos los que quisieran estar torturándome en éste preciso momento. Pan, Barba Negra quizás, incluso Cora.
-Pero también hay gente "neutral". De seguro hay alguien a quien le podría gustar verlo, pero debido a su reputación lo dudo mucho.- Rió amargamente.
¿Quién posiblemente le podría gustar verme por esos lugares? No soy un hombre de muchos amigos, más bien de enemigos y uno que otro celoso de no ser tan endiabladamente apuesto como yo. Debía de haber alguien. Entonces me di cuenta de que si había alguien. Liam, mi hermano. Lo volvería a ver, finalmente. Se iluminó mi cara en sólo pensar en volver a verlo, en contarle mis historias, contarle de Emma.
Emma, su nombre gatilló algo en mi cabeza, y la conexión se formó en cosa de segundos. Milah.
-Oh, veo que alguien se acordó de sus antiguos días de pirata. Es una chica encantadora, ¿no te gustaría verla?
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Surviving the distance [CaptainSwan Fan-Fiction] [[PAUSADA]]
FanfictionEl inframundo lo arrastró a sus tierras; el amor la trajo a ella, ¿será que se puedan encontrar, aunque sea por una coincidencia? ----- Killian se ha sacrificado por Emma y ahora vaga por el inframundo. Emma baja por el con el propósito de traerlo d...