Predicas...(Mis Apuntes)

Las tres puertas

Nehemias 3:1-6: Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel. Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri. Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos. Junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías, hijo de Cos, y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de Baana. E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor. La puerta Vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besodías; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y cerrojos.

Que era la puerta de las ovejas?

-La puerta donde nos hacemos las ovejas de Jesús. Jesucristo es la puerta, el que por Él entra será salvo, y encontrará alimento, cambio de vida, restauración. Ya no vivir en el mundo, vida restaurada, ya no ser la misma persona. Para ganar ovejas nosotros tenemos que ser ovejas.

Juan 10:9: "Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos."

Que era la puerta del pescado?

-Nos hacemos ovejas pescadoras, no somos pero nos volvemos pescadores de hombres como Jesucristo nos dijo, pescadores de vidas, Dios nos transforma en ovejas pescadoras, para hacer ovejas pescadoras tenemos que ser ovejas, transformadas, cambiadas. si no sabemos ser ovejas pescadoras los pescados se van, a las personas se las ganan con amor y con ejemplo, solo el amor nos transforma, ganar y rescatar esas vidas para el Señor. Luchar para que nuestro nombre no sea borrado del libro de la vida, solo el amor de Dios nos puede cambiar, nos va a sacar el orgullo, la flojera, la vanidad, etc.

Que era la puerta vieja?

-Es la vieja naturaleza, nuestro viejo carácter, esa puerta no debe abrirse, para no caer otra vez en lo mismo, no volver al viejo hombre, no acordarse más del pasado, porque no lo podemos cambiar, que no venga a amargarnos, ni a deprimirnos, no sufrir, sino perdonar para seguir con nuestro futuro. La vieja naturaleza no nos deja ver lo que Cristo ha hecho en nuestra vida, a veces se nos olvida pero Dios ha hecho mucho en nuestra vida. Tenemos que ser libres para poder predicar y ganar almas, el que no gana vida es el que no ha cambiado.

Dios siempre está tocando a la puerta y nosotros debemos abrir la puerta para que Dios entre y cenaremos con Él.