--Muy bien jóvenes, ya llegamos-- avisa el coordinador desde la escalera.
Me asomo por la ventana y se puede ver un campo con poca iluminación, con autos viejos y rotos por varias partes del lugar, con algunas paredes y otros intentos de construcciones rotas. Había pintura derramada por todos lados.
--¿Qué es esto?-- dice Kyle.
--Un lugar-- me río sin dejar de observar.
--Es un campo de paintball, par de idiotas-- dice Joshua dándonos un leve golpe en la nuca y señala partes dónde había pintura esparcida --Les aviso que es una mierda, lo jugué y las balas de pintura te lastiman...
--Hay pobrecita, no le gusta que las balas falsas le peguen-- dije dramático poniendo mis manos en mis mejillas.
Todos comienzan a bajar del autobús, después de media hora todos estábamos vestidos con los trajes camuflados para jugar, nos habían dado a cada uno un arma y una "bomba" de pintura.
Ahora estábamos todos reunidos para que un hombre de unos cuarenta años no diga las reglas del juego.
--Muy bien chicos, primero que nada el objetivo del juego es que quede solo uno, si les disparan en cualquier parte del cuerpo, están fuera-- hablaba como soldado lo que me hacía reír, al igual que a todos --Y tengan cuidado, especialmente los hombres-- se ríe de si mismo --De qué parte del cuerpo disparan, porque las armas disparan con mucha fuerza...
Kyle se acerca y se para junto a mí.
--Ya sé dónde dispararle a Daniel-- susurra.
--Imagina que te disparan a ti ahí abajo-- ladea la cabeza en señal que entiende --Seguro no te dolería... No tienes nada-- apreté los labios con fuerza para no reírme.
--... Ahora, ¿Qué pasa si se les acaban las balas de pintura? Se quedan dónde están y esperan a que alguien les dispare. Cada uno tiene una bomba de pintura, para usarla simplemente le quitan el seguro y tienen quince segundos para correr. Y por último, no se pueden aliar con otros-- ordenó como un soldado, ni que esto fuera para tanto.
Fuimos todos a escondernos, la campana sonó y todos comenzamos a dispararnos, lo que más se oían eran las armas disparando y risas, yo estaba detrás de una pared que tenía hoyos y disparaba por ahí, pero tenía una puntería pésima. Cuando por fin le di a alguien me di cuanta que era a Daniel, se levantó y yo me escondí para después no tener el doble de problemas.
A cada segundo intentaba buscarla, pero también debía seguir en el juego y era imposible.
Miré hacia mi izquierda y corrí hacia el auto que estaba libre, evitando que me disparen. Apoyé mi espalda contra la puerta del auto, observaba hacia todos los lados y disparaba a cada quién que se levantaba de su escondite.
Y cuando por fin la encontré, estaba completamente escondida y disparaba rara vez, me acerqué a ella causando que se sobresalte del susto.
--No se puede hacer aliados...-- dice cuando vio que no iba a lastimarla.
--Por ti no solo rompo las reglas-- le guiño el ojo y sonríe de lado.
Seguimos los dos ahí escondidos hasta que el marcador de sobrevivientes decía que faltaban solo tres. Se le podía ver dentro de un auto, y estuvimos esperando a que salga por varios minutos, pero cuando por fin se asomó, se habían acabado mis balas de pintura.
Solté el arma y la dejé a un lado, intentaba buscar una solución porque tarde o temprano a ella también se le acabarían, y él seguro tenía bastantes porque creo que nunca se movió de allí, estaba a salvo ahí.