Capítulo 2

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Mi madre suele poner rock clásico siempre que vamos de viaje. No me desagrada, pero tampoco me entusiasma que digamos. También canta para acompañar la música y es imposible no reírme en tal situación.

-Por favor mamá, te están mirando los demás coches. -Le digo con una sonrisa tímida. -No me hagas pasar más vergüenza de la que ya tengo.

-¿Y qué tal si pongo esa canción que tanto de gusta y la canto a todo pulmón? -Me pregunta entre carcajadas, mirándome de reojo por el retrovisor.

-¡No mamá, no! ¡Ni se te ocurra! Cada vez que escucho la canción de Chiquilaquatre, me pongo mala. Y no porqué la canción que enviamos a Eurovisión hace unos años sea horrible, sino porqué a mi madre le encanta cantarla para avergonzarme un poquito más. Pero debo de decir que me lo paso genial escuchándola cantar con la intención de animarme. Y siempre lo consigue.

-¿Donde esta papá? -intervengo.- No lo veo desde que me ayudó con la maleta.

-Esta arreglando unos papeles para el traslado a otro país. Me responde mamá sin dejar de mirar a la carretera.

¿Otro país? Eso me había tomado por sorpresa. Pensaba que no saldríamos de España. Que nos iríamos a un lugar como Madrid, o quién sabe, tal vez en las islas Canarias, que tampoco hubiese sido mala idea.

-¿Cómo que otro país? ¡Pensaba que no nos iríamos tan lejos! ¡Así es imposible que me vengan a ver mis amigos! -Grito nerviosa.

-Era una oportunidad única Sofía. Y cuándo vimos el lugar donde lo concedían, no tuvimos ninguna duda en aceptarlo. Lo hacemos por ti cielo, y de veras que te encantará. -Contesta poniéndome una mano en el regazo. -Llevas años deseando pisar ese país. ¿Debo darte más pistas para que adivines donde es?

Creo que no estoy segura de que habla, pero si es el sitio que estoy pensando, gritaré de alegría.

-¿No me digas que es Italia, mamá? -Pregunto aún más nerviosa que antes.

Tarda unos cuantos segundos en contestar, y por su sonrisa que invade su mirada, ya sé la respuesta.

-Efectivamente Sofía. ¡Nos vamos a vivir a Italia!

Y en ese preciso instante, mi corazón comienza a palpitar tan fuerte que hasta yo lo puedo oír. No me lo puedo creer, no me lo puedo creer, grito entre dientes. Llevo esperando visitar ese magnífico país desde que tengo uso de razón y que ahora me vaya a vivir allí, es mi mayor sueño cumplido.

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