Observo las nubes desde la ventanilla del avión. Es una sensación de liberación increíble. Y me encanta. Me hace reflexionar mucho ver la vista desde esta perspectiva. Pienso en cómo va a ser mi vida desde Italia. Pienso en que no se me da bien hacer amistades, no suelo abrirme fácilmente, y supongo que es lo que llevaré peor en mi nueva vida. Tampoco se mucho Italiano, solo lo básico que estudié hace 2 años en un campamento de verano. Pero lo entiendo perfectamente ya que no se diferencia mucho del español. Papá visitó Italia cuando era todo un adolescente y lo recuerda todo con gran afectación. Él si habla italiano, y ha sido fácil que le contrataran en una empresa de abogacía cerca de Florencia, que es donde vamos a vivir. Me habla de esa ciudad como la más bonita que ha visto jamás, por su cantidad de monumentos y arte que hay por las calles. Florencia es la ciudad del Renacimiento y vivir allí será como transportarme en ese siglo como lo hacía cuando lo estudiaba en sociales. Con la gran diferencia que ahora no será una imaginación, será una realidad.
-¿Cuánto falta para llegar papá? -le pregunto algo cansada.
-Media hora cielo.- murmura- ¿Quieres que te cuente un poco sobre tu nueva ciudad?
-¡Sí! Me encantaría. -Sonrío.- ¿Cómo son los italianos?
-En general muy abiertos y cariños. -empieza.- Me trataron muy bien los meses que estuve visitándolo. Son muy familiares, y sobre todo, la mamma es lo más importante. Son muy cercanos a la familia, ya lo irás viendo con el tiempo. Y el fútbol, como aquí en España, es un icono muy sagrado. Y en cuanto los chicos...-me mira con una mirada traviesa.- Son muy muy seductores. -ríe.- No les importaría pararte por la calle sólo para decirte lo bella que eres.
Su último comentario hace que nos riamos los dos. Tiene razón papá, por lo que me han comentado, los italianos son muy románticos. Y a las chicas, se nos hace imposible resistirnos a un chico italiano que se paran a hablarnos de lo bonitas que somos con ese acento tan seductor.
Como me lo hagan a mí, me moriré de amor al instante.-Shht, no se si es buena idea hablarle de amor a Sofía, Iván. -Oigo que le dice mamá a papá al oído.
Mamá desde siempre ha sido muy protectora conmigo desde que tuve mi primer novio hace 2 años. Duró poco la relación, desde que me me comenzó a tratarme mal. Y es desde entonces que mi madre es tan subjetiva con los chicos.
-Tiene 17 años, Marta. Creo que llevarla a Italia para que no se enamore es una muy mala idea. -sonríe entre dientes.
-Os estoy oyendo tontorrones. -burlo amistosamente.
Pasa la media hora que papá me dijo que llegaríamos y es cuando oigo a la azafata advertirnos que nos pongamos los cinturones, que faltaban escasamente unos 5 minutos para aterrizar. Miré al momento la ventanilla por si veía desde arriba la ciudad de Florencia, pero las nubes me tapaban la visibilidad. Y es cuando me puse de nuevo los auriculares y me relajé hasta que ya aterrizáramos.
-¡Sofía, Sofía! ¡Mira! -me gritó mi madre desde su asiento señalando la ventanilla. Giré rápidamente y se me iluminó los ojos. Lo que acababa de ver era alucinante. Por fin se podía ver la ciudad desde el avión, y era mucho más bonito de lo que me imaginaba. Se podía ver el Duomo y también el Ponte Vecchio.
-Es increíblemente bonito. -anuncié sin dejar de observarlo.
-Cuando lo veas de cerca, te gustará aún más. -dijo papá acercándose a mi ventanilla.
Ya hemos aterrizado y oficialmente estoy en Italia. Tanto tiempo llevo soñando con venir y por fin se ha echo realidad. No puedo ser más feliz.
Salgo del avión dando grandes zancadas para coger lo más rápido posible las maletas y entrar en Florencia.
Antes de abrir la puerta del aeropuerto y entrar en la ciudad, dice mi padre con la mayor de sus sonrisas:-¡Bienvenida a Italia cariño!
Y derrepente, una luz cegadora alumbra mi cara y en ese mismo momento, vuelvo a creer en la magia.
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MI MILLOR CASUALITAT
RomanceSofía lleva soñando con pisar Italia desde que tiene uso de razón. Le encanta ese país. Y es cuando una mañana cualquiera, sus padres deciden empezar una nueva vida a un país que no podía ser otro que Italia. Este giro tan monumental en la vida de S...