Capítulo II

20 1 0
                                    

"Vamos a patear traseros de bebé"

April's P.O.V 

Me desperté y vi la hora 2:15PM, gracias a Dios ya era sábado, entré al baño y cuando me vi en el espejo ¡casi me muero! Tenía el cabello demasiado desordenado y me habían salido dos barritos!

¡DOS! Si uno ya era una caos, ni se imaginan cuánto lo serían dos. Me dirigí a la sala y vi a Caytlin...

¡Esperen! Estaba desmayada en el suelo junto con la vecina, la señora Brown!

—¡DIOS MÍO! — entré en pánico mientras miraba confusa a la señora Brown — ¿Qué ha pasado? Pero no se quede ahí parada ¡llame a una ambulancia!

—Yo..em.. Yo no sabía que ella..mm era alérgica a las fresas, yo no..

—¡SOLO LLAME A LA AMBULANCIA RÁPIDO!–Con cada segundo que pasaba me alteraba más y más.

Si Caytlin ya era alérgica a las zanahorias, que tan solo le producían manchas y picazón, las fresas le hinchaba la cara y le impedía respirar.

—¡Cay! Despierta por favor, ¿quieres decirme por qué mierda vino la señora Brown?— inquirí algo molesta.

Puede que ella sea muy irritante la mayoría del tiempo, pero es mi hermana y la amo, mis padres me matarían si... Enfócate April, enfócate.

Oí unas sirenas y rápidamente intente cargar a Caytlin, pero vamos, ¡sí que pesa! Intenté arrastrarla, o al menos que caminara pero no pude, cuando estaba en la puerta de mi casa los paramédicos no me ayudaron a cargar a mi hermana ¡¿por qué demonios?

—Disculpe, quisiera saber ¿por qué no me ayudan? ¡se supone que están para ayudar! — dije alterada y fue cuando vi que la camilla se dirigía hacia la casa del vecino, parece que allá hubo otro accidente.

—Señorita, tengo registrada la dirección que me dieron y es la casa de al lado, pero tenemos suficiente espacio para otra persona, si usted lo desea—dijo el paramédico y yo asentí, mientras traían otra camilla.

Al entrar en la ambulancia vi quién era ese chico, era ¡Damián! ¿O es Adam? No recuerdo bien, de su pierna derecha tenía un líquido verde con un tono de amarillo cubriendo gran parte de sí.

***

Me encontraba en sala de espera, y sin uñas, me las había comido todas, cuando llegó un doctor, y se aclaró la garganta para decir algo.

—Familiares de la niña Caytlin Williams—Me levanté de la silla—Por aquí señorita.

—E-ella... ¿se enc-cuentra bien, cierto?— dije titubeando y el doctor asintió amablemente.

Entré a la habitación y estaba mi hermana con la cara un poco menos inflamada y con el nebulizador en la zona de la nariz y  la barbilla. Me acerqué lentamente, creo que no puede hablar bien.

—Que pregunta tan ridicula, hermana, ¿tengo cara de estar sana y coleando?—dijo con un tono de voz raro, ya que el nebulizador no le permite hablar del todo bien.

—Aggh, no seas tan amarga Cay, por favor. Ahora, ¿me quieres decir que hacía la señora Brown en la casa? Esa señora es demasiado chismosa, no me agrada.

Cadena de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora