21 de mayo de 1815
- Buenas tardes milady, mi nombre es Alice y seré su doncella. - Se presentó mientras abría su baúl y sacaba los pocos vestidos que había traído y los colgaba en el armario.- Me informó Lady Armstrong-Jones que descansaría, ¿la ayudo a ponerse su camisón para descansar?
- Oh no, gracias Alice, me gustaría preguntarte algo, ¿dónde se encuentra la biblioteca?
- Está en el estudio de Lord Armstrong-Jones, ¿necesita algo más?
- Es todo, gracias. - Le sonrió y con una reverencia se retiró dejándola sola, el sueño y cansancio se había esfumado en cuanto vio el hermoso jardín por la ventana, quiso ir a recorrerlo pero recordó que se habían llevado a Anne por lo que fue hacía la puerta y al abrirla la vio dormida en su cuna y a su niñera tejiendo pero cuando la vio se puso en pie para recibirla. - Buenas tardes señora Miller.
- Buenas tardes señorita Griffin, ¿quiere quedarse con ella a solas?
- Oh por favor, sólo será un momento.
- Con permiso.
Salió de la habitación y ella se sentó al lado de la cuna donde dormía plácidamente la pequeña. Empezó a recordar cuando su madre se enteró de que estaba embarazada y lo feliz que estaban ambos, le dio mucha tristeza que su padre le echara la culpa de la muerte de su madre, nadie pensó que eso pasaría, las visitas del médico siempre eran buenas dándoles excelentes noticias de su progreso, pero cuando entró en trabajo de parto después de una hora empezó a debilitarse y todos empezaron a preocuparse, hasta el médico y cuando no nacía les dijo que moriría algo que devastó a su padre en sobremanera al igual que a ella. Soltó algunas lágrimas mientras acariciaba suavemente el rostro de Anne y recordaba cada momento feliz junto a sus padres en el campo, jamás salió del campo pero sabía que había nacido en Londres, sus padres nunca la quisieron traer a la cuidad, le decían que el campo era mejor, más tranquilidad y paz. Al recordar eso vino a su mente lo que su tío le había dicho, que los Aldrich eran muy odiados aquí en Londres... Pero, ¿Por qué? Tampoco quiso que mensionara su apellido frente a más personas, eso la intrigaba mucho.
- Señorita Griffin, siento interrumpirla pero Lady Armstrong-Jones la quiere ver en la sala de té.
- Enseguida voy, gracias. - Se levantó y alisó su falta para salir hacia la sala de té.
Caminó y me tomó su tiempo para ver mejor los cuadros, había uno que decía "Familia Armstrong-Jones" pero no vio a su madre, pues la estaba buscando y supuso que ella debía de estar allí por haber pertenecido a esta familia, siguió caminando para llegar a la sala de té y ver que su tía no estaba sola, había otras dos señoras.
- Oh Georgiana, pasa querida. - Pasó algo dudosa para sentarse en un pequeño sillón del lugar. - Ella es Lady Lynch y ella es Lady Jones.
- Encantada de conocerlas. - Dijo con tono amable y una reverencia.
- ¿Cuál es tu nombre querida?- Preguntó Lady Jones.
- Mi nombre es Georgiana Al... Griffin.
- ¿Al? Que raro nombre.
- Lo siento, se me ha pasado, soy Georgiana Griffin.
- Que hermoso nombre, ¿cómo está Lady Griffin? ¡todo Londres habla de la bebé que trajiste!
- Es mi hermana, nuestra madre nos envió por la temporada para que la pasemos junto a mis tíos.
- ¿Enviar a una recién nacida? Jamás hice eso con mis hijos. - Habló Lady Lynch.
- Eso no tiene importancia. - Dijo su tía quitándole la palabra. - ¿Por qué no vamos a dar una caminata?
- Sería reconfortante, sólo que no he traído sombrilla.

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Georgiana (1)
Fiksi SejarahSIN EDITAR Una hermosa tarde de primavera llega a la ciudad de Londres una joven con su pequeña hermana recién nacida, lo que inmediatamente llamó la atención de los habitantes haciendo que tal noticia llegue hasta los oídos de el Duque de Norfolk:...