—Hey Marti despierta, si no te levantas te ganaré el baño, y no quiero escuchar lloriqueos tuyos por no poder haber defecado, así que elige —es impresionante lo tierna que puede llegar a ser mi compañera de cuarto.
—Eres asquerosa, pero tienes razón, mi panza me está matando, así que elijo levantarme —si pienso dos veces en levantarme de la cama podría causar una catástrofe.
—Excelente decisión —dice picándome su ojo derecho. —Oye, a controlar lo que entra en tu frágil estomaguito, enserio que no aguantas nada —tengo que admitirlo es verdad.
—Mi estómago no será objeto de conversación —advierto y cierro la puerta del baño—¡Eliana no has comprado los malditos tampones y tampoco hay compresas!. Idiota te voy a rapar tu linda cabeza pelirroja —grito más que histérica, se supone que era su turno en comprar las cosas del baño.
—Cariño relájate, no te dejes llevar por los cambios de humor por causa de la visita, ya iré por las cosas—. Dice con tanta calma que te pone los pelos de punta.
Entro en la ducha y comienzo a tararear "You make me feel so young" de Frank Sinatra, mi madre me ha contado que ésta canción fue dedicada a ella por mi padre en la noche de su boda y que fue hermoso, además tengo buena voz que desafortunadamente heredé de mi padre.
—Aquí están, ¿ya te sientes más calmada? —pregunta irrumpiendo en mi momento de tranquilidad.
—Si ya estoy feliz, aunque interrumpiste mi "performance".
Eliana hace un sonido de lástima y continúa:-Lo siento Nancy Sinatra, solo estaba haciendo lo que me pediste, nadie entiende a las mujeres —concluye y sale del baño.
—Que tonta eres —le grito y ella ríe a carcajadas.
—Nancy, te quedan 15 minutos —en realidad teníamos el tiempo de estadía en el baño dividido, media hora para ella y otra para mí.
—¡Dios! —digo solo para mí.
Agarro la toalla y me seco rápidamente, y me coloco la ropa interior de un tirón, me acerco al espejo, tengo una gran melena por domar, así que cojo la pinza empezando a moldear mi muy ondulado cabello negro y así es por los restantes 15 minutos, aplico los hidratantes en mi cabello y salgo victoriosa.
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Enamorada tal vez, obsesionada si.
Fiksi Remaja-Pero ¡¿QUIÉN DIABLOS ERES?! -nunca había sentido tanta satisfacción como aquella al escucharlo gritar tan aterrorizado. -Cariño, no es suficiente si te dijera que soy peor que el monstruo al que tanto temías cuando eras un pequeño...
