25 - Todo se rompe

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25 - Todo se rompe

-Helena ¿Podemos hablar? -me pregunta Derek posando una mano sobre mi hombro mientras yo sigo sentada.

Miro a John en busca de orientación a mi respuesta, pero no obtengo nada.

-Está bien, John pide por mí, por favor -me levanto de la silla y salgo con Derek del local.

Cuando estamos fuera espero a que él empiece a hablar, pero la situación se llena de un silencio incomodo.

Le miro, me mira. Mantengo la mirada pero él la aparta.

Normalmente habría sido yo quien apartara la mirada antes que él, supongo que su ausencia me ha hecho más fuerte, tal vez me ha cambiado.

¿Qué fueron de los escalofríos que me causaba su mirada? ¿A dónde fueron los erizamientos de piel que provocaban su voz?

Tal vez se fueron con él, pero no volvieron. Tal vez, solo tal vez, ya no siento amor, solo dolor.

-¿Qué tal has estado? -se digna a preguntar.

Un ardor crece en mi interior. No solo es dolor lo que siento, también es enfado.

-¿Qué crees? Desapareces después del día de mi cumpleaños, no dejaste ni una nota, ni un post-it en la nevera, eso no habría estado mal. ¿Cómo crees que me sentí? Perdí la virginidad contigo y te fuiste. Pero dime, ¿A ti qué tal te ha ido? ¿Por qué te fuiste?

Se queda en silencio mirando al suelo, mas tarde levanta la cabeza y me mira.

-Mi abuela enfermó y mi madre me llamó para que saliera corriendo porque iba a perder un avión que no sabía que iba a coger para volar a Wisconsin, en un pueblo donde la cobertura es un asco. Pero mi abuela está bien, gracias por preguntar -finaliza como si me echara en cara no haber preguntado por una abuela de quien no sabía su existencia ya que no respondía mis mensajes.

-¿Y Hannah? ¿Qué hace aquí?

-Es la nieta de la vecina de mi abuela, somos amigos desde pequeños, tiene una beca para estudiar aquí y la ha aprovechado.

-Eso sabes que me da igual, me refería a si has tenido algo con ella -digo mientras se forma un nudo en mi garganta y noto mis ojos llenarse de lagrimas.

Vuelve a bajar la mirada avergonzado y las lágrimas empiezan a resbalar por mis mejillas.

-Helena... -acerca su mano a mi mejilla pero la aparto inmediatamente.

-No me toques. Contéstame Derek.

-Sí, no sé cómo pero surgió y...

-Me pusiste los cuernos, está bien, no pasa nada... -contesto intentando calmarme e intentando convencerme a mi misma de que no pasa nada.

-¿Seguro?

-¿Eres idiota? -Empiezo a gritar- ¿Cómo puedes creer que no pasa nada? ¿En qué mundo crees que vivimos? Te vas sin avisar, pasas de mis mensajes, me pones los cuernos... ¡Y no pasa nada! Tienes muchos problemas Derek, pero tranquilo que yo no volveré a ser uno de ellos.

Abro la puerta del local para volver a entrar mientras escucho a Derek llamarme pero no le hago caso.

No hace falta ser un genio para saber que se han escuchado mis gritos dentro del local, solo hace falta ver sus caras cuando me siento en mi sitio de antes.

-¿Quieres hablar del...? -empieza John pero no continua porque niego rapidamente con la cabeza.

El camarero trae la comida y yo me centro en comer mi pizza Hawaiana, mi favorita, es como pizza de jamón y queso normal, pero también tiene piña, lo que le convierte en una cena pero a la vez postre. Es genial.

Prohibido enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora