Prohibido enamorarse

28 - The dreamers

Leer mi nota del final por favor.

28 – The dreamers

-Aún estoy enamorado de ti.

Me limito a no contestar.

Tampoco le miro.

¿Qué se supone que debo contestar a eso?

Decir que yo también seria mentira, es decir, puede que aún le quiera, pero no como antes y mucho menos seguir enamorada.

No, no y no.

Continuo el trayecto hacia su apartamento en silencio y él se queda dormido en el asiento del copiloto con la cabeza apoyada en la ventanilla y la boca abierta.

My Little Derek...

No Lena no. Firme.

Cuando consigo aparcar delante de su piso, le intento despertar.

-¡Psst! ¡Psst! ¡Derek despierta! –le balanceo el hombro.

-Shht cinco minutos más mamá –pide aún con los ojos cerrados.

-¿Cómo que mamá? Despierta o te mato aquí mismo –le amenazo y rie.

-Vale mama –sigue riendo y bajo del coche pegando un portazo y gruñendo.

Él baja y camina hacia la puerta pero al notar que no le sigo, frena en seco y se gira para mirarme.

-¿No me acompañas arriba?

-No –contesto y frunce el ceño.

-¿Y si me pierdo? Estoy borracho.

-No pareces borracho.

-Lo estoy, mucho –no miente, su constante perdida del equilibrio lo demuestra. Ruedo los ojos y cierro el coche con el botón del mando. Si no accedo me quedaré con él discutiendo toda la noche en la calle, y tacharme de loca si quereis, pero no me apetece con el frio que hace de madrugada.

-Ale, que descanses –le susurro cuando se mete en la cama.

-Tumbate un rato –me pide.

-Derek, estoy muy cansada, debo irme.

-Si estas muy cansada es un gran motivo para que te quedes un ratito en la cama –insiste.

-¿Hasta que no acceda no pararas? –pregunto y asiente, resoplo y me quito los zapatos para meterme en la cama.

Acerca su mano a mi y me acaricia la cara suavemente con los dedos.

Sus dedos bailan sobre mi piel, de mi mejilla a mi cuello, de mi cuello a mi mejilla.

Cierro los ojos y tranquilizo mi respiración.

-Eres hermosa –me susurra.

-Estás ebrio –le constesto.

-Sí, estoy ebrio. Y tu eres hermosa. Y mañana estaré sobrio, pero tu seguiras siendo hermosa.

-Eso es de una película –río- "The dreamers".

-Lo sé –ríe- El alcohol no me deja espacio para la originalidad y lo que he dicho no es ninguna mentira.

No puedo evitar sonreir, definitivamente me vuelve loca, no puedo evitarle ni fingir que no siento nada por él, se me hace imposible dejar de pensar en este imbécil. Joder, aún le quiero.

Nos pasamos el resto de la noche hablando, riendo y recordando momentos hasta que ambos nos quedamos dormidos.

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