Capítulo 1

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Y allí estaba, justo en el momento de mi muerte, de una de tantas muertes, de uno de tantos "finales", de uno de tantos "cierres"; siempre tuve un concepto fascinante, una teoría propia acerca de la existencia, a menudo guarde en mi mente que cada ser existente posee una grandeza infinita quizá tanto como la infinidad del universo.

Supongamos que un arquitecto famoso emprende una obra, pretende construir un edificio ciertamente gigantesco, el propósito u objetivo de aquel edificio sería darle vivienda a una gran cantidad de personas, la meta se encuentra en alojar personas en todos y cada uno de los apartamentos, ahora bien, si un arquitecto que es un ser que aloja en sí mismo un espíritu "común", si aquel ser piensa en esto y acuña dicho objetivo; se podría decir que Dios que es un ser supremamente sabio y es aquel al que probablemente le debemos nuestra existencia, este ser superior al momento de crear el universo el cual es infinito, no pudo crearlo para que en sólo un planeta ubicado en tan solo una galaxia, hubiera vida, por eso lo pensé una y otra vez en el momento de mi muerte, la tierra no es el único planeta en el cual habitan seres semejantes a nosotros.

Sentí lentamente como mi alma se desprendía poco a poco de mi cuerpo, como se desprendía de aquella materia, como se rompía aquel llamado cordón de plata, al principio sentí muchísimo dolor pero luego una sensación de plenitud en mi misma, digo "mi misma" ya que en aquella vida, en aquel estado del alma, tuve la suerte de ser una mujer. Mi paso por el planeta tierra fue agradable ya que a pesar de los momentos amargos que posee cualquier ser en el momento en que presencia aquella vida, pese a todo eso cumplí mis objetivos, fui trabajadora social y trate de ayudar al máximo a personas con un nivel probablemente más bajo de suerte que la mía. Por todas aquellas palabras que he escrito previamente tuve la oportunidad de pasar a otro planeta, a otro nicho por decirlo así, en el cual todo era tan diferente... y aquí viene la primera razón:

"Nuestra existencia se compone por estados del alma, la vida en el planeta tierra es uno de dichos estados, hay muchas vidas, se necesita pasar por muchos estados del alma para conseguir transformarnos en espíritus puros es decir conseguir al menos un 80% u 90%, indudablemente Dios está en un 100%; pero para lograr pasar por cada uno de dichos estados del alma debemos actuar correctamente en cada uno de ellos, tal cual como en la escuela, si no apruebas un año debes repetirlo o no podrás pasar al siguiente"

Yo estaba consciente y continuo estándolo, después de aquella vida en el planeta tierra, mi espíritu viajo a otro planeta, pase a un estado del alma diferente.





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