A la mañana siguiente, Serena se despertó, acunada en sus brazos, en la cama del dormitorio y contempló las luces rosadas del amanecer.
Habían pasado toda la tarde y la noche del día anterior en la cama. Apenas habían salido del dormitorio unos minutos para ducharse y tomar algo en la cocina.
Lo miró ahora mientras dormía. Su rostro apacible parecía más joven que nunca, casi infantil. Había dormido abrazada a él toda la noche, después de haber hecho el amor varias veces. Era la felicidad absoluta. El paraíso. El éxtasis total.
¿Por qué se sentía tan cerca de él, tan ligada a él? ¿Porque le había entregado su virginidad? ¿No se estaría engañando a sí misma como le había ocurrido con Diamante, imaginándose que Darien era el hombre que satisfacía todos sus sueños románticos?
«No crea que soy una buena persona», le había dicho él muy serio. Pero ella no quería creerlo. ¿Cómo podía hacerlo cuando cada centímetro de su piel y de su cuerpo le decía lo contrario? Además, él había mantenido su promesa. Incluso le había aconsejado que estuviese muy segura antes de dar ningún paso. Ella había sido la que le había pedido que la besara, la que le había entregado su virginidad por voluntad propia.
Y no lo lamentaba.
Sin embargo...
Había pensado que podría mantener relaciones sexuales sólo por placer, sin necesidad de sentir amor por el hombre con el que estuviera. Pero ahora se daba cuenta de lo estúpida que había sido al creer tal cosa. Ella no podía separar los sentimientos de esa manera.
- ¿Arrepentida? -le dijo él en voz baja a su lado, como si hubiera estado leyéndole el pensamiento.
-No -respondió ella con una sonrisa trémula-. De hecho, creo que debería haber hecho esto hace ya mucho tiempo.
-Pues yo me alegro de que no lo hicieras -replicó él, dándole un beso lleno de ternura y luego añadió al notar una cierta preocupación en su mirada-: ¿Qué pasa, Serena? ¿Sigues pensando en el Blackmoon?
-No.
-Aún le amas, ¿verdad?
-No -respondió ella-. Creo que nunca lo amé.
-Me alegra oírlo.
Darien clavó en ella sus profundos ojos negros y esta se sintió totalmente perdida. Sus recuerdos de Diamante parecían una gota de rocío comparados con el océano de emociones que él le inspiraba en ese momento.
Pero sabía que no podía enamorarse de Darien después de lo que él le había dicho. ¡No podía ser tan estúpida e ingenua!
Se incorporó en la cama bruscamente.
- ¿Serena? -exclamó él sorprendido.
-Estoy bien -respondió ella con una sonrisa forzada, tratando de contener las lágrimas-. Lo de anoche fue maravilloso.
-Fue tu primera vez -dijo él con añoranza, poniendo las manos sobre la almohada por debajo de la cabeza-. Sí, fue realmente maravilloso -añadió acariciándola con la mirada.
-Bueno, no tienes de qué preocuparte -dijo ella desviando la mirada-. No voy a atosigarte para que me regales un anillo de compromiso.
-Eso está bien -replicó él-. Los dos sabemos que yo no soy de ese tipo de hombres que iría a pedirte a casa de tus padres. No tengo madera de marido, ni de padre.
-Ya...
-Lo digo en serio -dijo él, incorporándose en la cama y sentándose a su lado con gesto serio-. ¿Crees que Diamante es un egoísta malnacido? Pues bien, yo soy peor.
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La Novia Raptada (Completa)
FanfictionPrimero que nada ya estaba publicando esta historia pero x motivos de mi torpesa perdi esa cuenta asi q la volvera a publicar aqui sin mas q decir esta historia no me pertenece yo solo la publico con fines recreativos. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Si al...