20/9/2013
Es viernes, y cuando llego al instituto compruebo que mi pelo sigue aún húmedo a causa de la ducha.
- ¿Que tal fue la entrevista? - pregunta Leo apareciendo de la nada y provocando un pequeño infarto en mi pobre corazón.
- Lo sabrías si me hubieras esperado a que terminara como me prometiste - le acuso.
Intento parecer molesta pero no puedo, ya que gracias a eso, pude presentarme al moreno de ojos persistentes.
Una vez que mi entrevista, que bajo mi parecer fue bastante bien, acabó y al comprobar que Leo se había marchado del lugar, volví a encontrarme con un par de ojos marrones, pero esta vez me encontraba preparada para el contacto visual.
- ¿Te recuerdo alguien? - rompo el hielo
- Puede ser - me ofrece una segunda sonrisa - por cierto, Aarón.
- Valeria, aunque supongo que ya lo sabes - intento sonar graciosa pero temo que haya parecido una frase hecha de alguna película. Aarón parece pensar lo mismo porque se ríe, pero procuro que no afecte a mis mejillas. - ¿trabajas aquí?
Pregunto para salvar mi último comentario. Observo como el moreno saca un cigarrillo del paquete y se lo lleva a los labios. Punto menos para el chico, pues no soy partidaria de la nicotina aunque soporte ocasionalmente a Leo o Hugo.
Él me ofrece un cigarrillo pero se lo niego.
- Soy tu encargado - contesta mientras deja escapar el humo de forma lenta.
Por un momento me quedo hipnotizada en forma de sujetar el cigarro entre sus labios hasta que en mente resuena su contestación, ¿mi encargado?
- ¿Significa eso que me han cogido?
Intento no sonar muy desesperada pero las palabras salen de mi boca antes de poder pensarlas. Aarón simplemente sonríe y le vuelve a dar otra calada.
- Puede ser - contesta apagando el cigarro con la suela de su zapatilla - ya te llamaré.
Y mientras se despide con la mano y vuelve dentro del local, solo puedo pensar que me puede llamar todas las veces que quiera.
Leo comienza hacer pucheros con sus labios mientras se sujeta a mi brazo. Hago como si no me hubiera dado cuenta y sigo caminando, simplemente para hacerla sufrir un poco, pero el trayecto hasta la clase se me dificulta porque el agarre que tenía sobre el brazo ahora pasa a la pierna. Cuando bajo la mirada, me encuentro a Leo sujeta a mi pierna como si se tratara de un koala en una palmera, y noto las primeras miradas del resto de estudiantes.
- Leo para, por favor - le pido escuchando algunas risas.
- Dime que me perdonas y que no puedes vivir sin mi.
Ruedo con los ojos, y posiciono mis manos en las caderas recordándome por un momento a mi madre.
- No voy a decir eso
Siento una punzada en la pierna. Me había mordido, e iba a volver hacerlo, me lo estaba dejando claro posicionando de nuevo sus dientes sobre mi muslo.
- Vale, vale - grito ganándome la curiosidad de unos cuantos alumnos más - te perdono y no puedo vivir sin ti, ¿contenta?
Puedo ver como una gran sonrisa se dibuja en su cara. Se sacude el polvo del suelo de sus pantalones rotos y me mira complacida.
- Si te sirve de consuelo, me tuve que ir porque recibí una llamada muy urgente y no tuve más remedio - me confiesa tras un gran suspiro - En fin, es hora de ir a clase que suficiente espectáculo acabas de dar - me reprocha mientras sujeta con fuerza su mochila y a traviesa la puerta ignorando cada mirada del resto de estudiantes, como lleva haciendo desde el primer curso.
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La chica de oro
Fiksi Remaja¿Valeria Martín? Ella es una persona dulce, alegre, buena estudiante y excelente amiga. No tiene prejuicios y ante todo, cree en el amor, pero Valeria no se ve así misma como alguien merecedora de ello, no es perfecta y eso cada vez le va hundiendo...